La semana pasada el presidente Macri dio una conferencia de prensa donde se refirió al rumbo económico. Una vez más, sin que se le caiga la cara de vergüenza dijo que “no nos está yendo mal a pesar de la tormenta”.
Con una devaluación que llevó el dólar a casi $30, una inflación imparable, desocupación y suspensiones en aumento, cierre de empresas, consumo en baja, salarios licuándose con aumentos menores a la inflación, caída del consumo, mayores tarifazos en luz y gas anunciados, y una recesión económica cada vez más profunda, parecen demostrar lo contrario.
Sus discursos no pueden tapar el sol con un dedo. La realidad muestra a diario de qué se trata el plan del virrey Macri y el reino del FMI.
En realidad, cuando Macri dice “que no nos está yendo mal” les está hablando a los de su clase. Porque es cierto que a los capitalistas que él les está yendo bárbaro. Y las familias ligadas al Gobierno, a sus CEOs, a los empresarios, a los banqueros y gerentes de los especuladores financieros nacionales e internacionales, los buitres, no pasan por la preocupación, el temor y la angustia de los millones de hogares de trabajadores y jubilados que no saben cómo llegar a fin de mes dignamente.
Se llevan todo para pagar la Deuda Eterna
Además de la acumulación de las ganancias patronales, todo este padecimiento es para que los acreedores nacionales y extranjeros de la “Deuda Externa” impagable cobren sus beneficios por prestar a gobiernos lacayos, corruptos, entregadores de recursos.
Por eso el principal generador del déficit fiscal del Estado es el pago de intereses de esa “Deuda Eterna” fraudulenta. Sumando además la deuda por Lebacs, una “timba financiera” de bancos y buitres que el propio Gobierno promociona ahora dolarizándola y generando fuga de capitales.
Por lo tanto, además de la transferencia millonaria a las patronales del campo, de la industria, de la minería, de las petroleras, del transporte, etc. ahora con el aval del FMI hay que garantizar el pago de miles de millones de dólares en intereses usurarios a los acreedores de una deuda pública que estaría llegando a más de U$S 350.000 millones. Una sangría que no para de robarle los recursos a los trabajadores, con complicidades gremiales y de los políticos de la oposición.
Asé es como comúnmente vemos y escuchamos a los economistas del kirchnerismo, massismo, peronismo federal, y tantos otros describir y quejarse por las consecuencias del plan Macri, pero nada de acciones concretas para pararle la mano a este Gobierno, nada para impulsar aunque sea a una moratoria de la Deuda externa impagable. Solo alguna esporádica manifestación para “mostrarse” y llegar al 2019.