Distintos sectores, encabezados por las Mujeres de la Corriente Federal y de la CTA, han puesto sobre la mesa la necesidad de discutir que lugar ocupan dentro de los sindicatos, y de la CGT, justo antes de que esta elija su nueva conducción. Si bien por ley debiera aplicarse el acceso de las mujeres a un cupo del 30%, esto no se cumple, y hasta ahora solo dos mujeres accedieron a un lugar dentro de la Central, ocupando espacios relacionados con “temas de mujeres”, como Salud Laboral e Igualdad de Oportunidades y Genero.
La CGT tiene pensado en su próximo congreso votar cambios estatutarios para facilitar el acceso de las mujeres, pero esos cambios no tocan los cargos más importantes, tales como la Secretaría General, la Adjunta y Tesorería, en donde ni el cupo ni la paridad van a tenerse en cuenta. Es decir, pueden ocupar cualquier secretaria, pero el poder de verdad lo siguen manejando los varones, como era de suponerse.
Por otra parte, empieza a discutirse un proyecto que elimine un articulo de una ley de 1924 que prohibía el trabajo de las mujeres en distintos sectores considerados de hombres, como el trabajo en navíos, canteras, manejo de maquinas de carga o trabajos “peligrosos”. La brecha salarial entre hombres y mujeres también se acrecienta debido a que las mujeres no podemos acceder a los trabajos mejores pagos ya que naturalmente son reservados a los trabajadores varones.
Un caballito de batalla oportunista y electoral
En verdad, estas iniciativas son llevadas adelante a pedido del Gobierno de Fernández, quien usa como caballito de batalla la pelea de las mujeres por sus derechos. Pero son las mismas mujeres de la Corriente Federal quienes describen una cantidad infinita de problemas y necesidades que el Gobierno está muy lejos de solucionar.
Para las mujeres de los sectores populares, nada se modifica mucho si las sindicalistas rompen “el techo de cristal”, es decir, si acceden a puestos de poder en la CGT. Porque estas mismas mujeres llaman a confiar todas las fuerzas en este Gobierno, que es el mismo que sigue privilegiando el pago de la Deuda Externa y entregando los recursos a las multinacionales, en vez de destinar verdadero presupuesto para solucionar los problemas graves y urgentes de las mujeres. Es el mismo Gobierno que ha convalidado convenios miserables para el salario de empleadas domésticas y su Justicia es la que sigue avalando que las trabajadoras, además de sus salarios miserables y pésimas condiciones de empleo y contratación, sufran la humillación y los acosos de parte de sus jefes (ver reportaje en misma página). Creemos que la salida entonces no va por ahí.
Las feministas de la Corriente Federal deberían poner su militancia y lugar de poder al servicio de la organización y la lucha para defender a las trabajadoras de la miseria y el machismo. Sin embargo, solo nos llaman a votar al Frente de Todos, y a seguir construyendo un modelo de sindicalismo anti obrero y dependiente del Estado, que es garante del ajuste que el Gobierno quiere imponernos a los trabajadores y trabajadoras.
Claro que es necesario que las mujeres estemos en igualdad de condiciones con nuestros compañeros varones y ocupando los lugares donde se toman las decisiones, el problema sigue siendo al servicio de qué proyecto político. Es decir, no es un problema solo de género, sino de a que clase defendemos: hoy es el Gobierno o las trabajadoras y trabajadores
Ninguna de nuestras urgencias como salud, educación, el combate a la violencia, o el desempleo pueden ser solucionadas por este Gobierno, sino solo tomando la tarea de organizar la pelea por lo que necesitamos en nuestras manos. Y aún yendo contra las conducciones que, en vez de defendernos, nos entregan servidos en bandeja a los planes del FMI y su aliado Fernández.
- Solo un gobierno obrero y popular que pueda poner en marcha un plan al servicio del pueblo trabajador.
- Por sindicatos y centrales sindicales independiente del Estado, con representación proporcional de mujeres. Los trabajadores deben incorporar entre sus reivindicaciones y en cada lucha las necesidades de las mujeres trabajadoras.
- Por secretarías o comités que tomen las necesidades de las trabajadoras y la autodefensa ante el machismo
- Igual trabajo, igual salario.
- Por guarderías en los sindicatos para que las mujeres puedan ser parte de cualquier actividad y no sean limitadas por tareas de cuidados.