Avanzada Socialista entrevistó a Martin Ralph, Secretario de la Liga Socialista Internacional, sección de la la LIT-CI en Gran Bretaña , sobre la oleada de luchas en el Reino Unido que nuclea a ferroviarios, choferes de colectivos, trabajadores de correos y trabajadores del sistema público, entre otros. Las centrales sindicales se niegan a llamar al paro general, pero los trabajadores podrían torcerles el brazo. El último paro general en Reino Unido fue en 1926.
AS: La primera cuestión que impresiona del proceso es la diversidad de sectores que están en lucha, ¿qué es lo que tienen en común?
MR: Esto es correcto. Existe un amplio rango de sindicatos y organizaciones en lucha. Además, hay muchos activistas que tal vez no están sindicalizados pero que están dando apoyo a las huelgas. Las encuestas muestran que la mayoría de la población apoya los paros. Lo que unifica a todos es una larga experiencia de Gran Bretaña convirtiéndose en una nación de ingresos bajos. Después de la caída de la bolsa de 2008 vino un periodo de austeridad a nivel mundial pero que fue impuesto con severidad en Gran Bretaña tanto por el Partido Conservador como por el Laboralista, y eso continuó por diez años. Eso significó la privatización, el recorte de servicios, el despido de trabajadores del Estado y en general una reducción del salario de los trabajadores, que quedaron atrás de la inflación. Y después de eso vino la pandemia, y los salarios quedaron congelados en pos del supuesto “esfuerzo nacional”, tal como dijeron. La invasión de las fuerzas rusas sobre Ucrania profundizó problemas que ya existían en la cadena de abastecimiento. El precio del gas y del petróleo comenzaron a subir en enero de este año, y eso golpeó a todos, a la clase obrera y sobretodo a la más pobre. Pero también golpea a la clase media y a los pequeños comercios. Y entonces el gobierno trató de contener el descontento y creo que otorgó 150 libras de subsidio para las facturas de energía. Pero para ese entonces las facturas ya habían aumentado un 300% y la gente se empezó a preocupar muchísimo. Y luego las petroleras y las compañías de gas obtuvieron ganancias a mansalva y el enojo aumentó. Al mismo tiempo el gobierno del Partido Conservador y todos medios de comunicación de la burguesía, como el Financial Times y El Economista, decían que los salarios altos causaban inflación… ¡luego de doce años de salarios bajos! Eso ya no podía sostenerse, ninguna de las burocracias sindicales podía sostener esa mentira si querían preservar legitimidad. Entonces tenés la caída de los salarios, las ganancias masivas en una escala no vistas antes y el aumento del precio de la comida.
La semana pasada estaba en un piquete de trabajadores del correo y a ellos les habían ofrecido un 2%, y la inflación a este momento es del 11% oficialmente, lo que quiere decir que posiblemente sea mayor que eso. Pero no solamente eso, sino que el correo y el sistema de trenes está privatizado, lo que significa que el dinero está yendo a accionistas. Entonces le están diciendo a los trabajadores que no pueden aumentar en más del 2% su salario, en la misma semana que le dan 750 millones de libras a los accionistas. La gente puede ver la desigualdad que existe en este sistema capitalista. Es por eso que hay tanto enojo y es muy común que vean que a las enfermeras no se les paga, cuando trabajaron tanto durante la pandemia y todos los jueves salíamos a aplaudir a estas heroínas. Los choferes de colectivos también trabajaron duramente durante la pandemia, así como los trabajadores ferroviarios… fueron héroes en aquel momento y ahora les van a dar 2, 3 o 4% de aumento. Pero cualquier cosa que les ofrezca es menor que la inflación, que sube todos los meses. Para el próximo enero se espera que sea el 13% pero algunos sostienen que va a ser el 18%. Posiblemente sea la peor inflación en Europa. El 18 de junio la Trade Union Congress (TUC, por sus siglas en inglés, una suerte de CGT) organizó una manifestación en Londres bajo el slogan de “We want better” (que es como “Queremos mejor”), que no es necesariamente una gran consigna, pero aun así atrajo a 60 mil trabajadores. También estaba la CWU (el sindicato de comunicaciones) y la RMT (el sindicato de los ferroviarios) y muchos otros sindicatos. Nosotros fuimos y le preguntamos a los trabajadores si la TUC debería coordinar las luchas y la mayoría respondió “por supuesto”, como si fuera una pregunta estúpida la que estábamos haciendo, pero nadie está articulando esa demanda. El único sindicato que ese día dijo “si quieren solidarizarse con nosotros, organicen un paro nacional” fue la RMT.
AS: Estas demandas, ¿están principalmente limitadas al salario y el costo de vida o hay cuestionamientos más generales al sistema?
MR: Están principalmente vinculadas al costo de vida, pero también cada sector tiene sus propias reivindicaciones. Las pensiones también estuvieron bajo ataque en algunos casos. Pero el punto que la RMT y otros sindicatos están dejando claro es que este no es un ataque a un sindicato en particular, sino que es una guerra de clases desarrollada por el gobierno conservador. Escuché hoy que hay muchas manifestaciones ocurriendo en Escocia, en Manchester, en Londres y en Liverpool con miles de personas, y ayer la RMT lo expresó de esta manera: “Del 15 al 17 de septiembre le haremos saber a los medios, al gobierno y a las corporaciones que tenemos el poder. Que la RMT tiene los medios para detener el país a menos que alcancemos un acuerdo. Tenemos que unirnos como clase y estar juntos en los piquetes y otras acciones”. Y luego se dirigen al gobierno: “Si quieren agarrárselas con los trabajadores del correo, lucharemos con ellos. Si quieren agarrárselas con las enfermeras, lucharemos con ellas”. Así que el paro general, bueno, parece estar armándose, aunque la palabra no esté articulada, supongo que por presiones de la TUC. Y a diferencia de Latinoamérica, los paros generales son muy poco frecuentes en Gran Bretaña. El último paro general fue en 1926. Hay una gran preocupación por la privatización del sistema público de salud (NHS por sus siglas en inglés), porque el porcentaje de privatización está creciendo. No hay dinero entrando al NHS. Muchos hospitales durante el Covid estuvieron cerca de colapsar. Tampoco hay vivienda digna. La gran mayoría de las viviendas sociales, que alojaban a millones de trabajadores en este país, fueron vendidas en los ochenta y noventa. La educación no está privatizada, pero se está mercantilizando cada vez más, está en proceso de privatización. Y después, como dije, los salarios están en caída. Así que hay muchos elementos, pero todavía no se están plasmando en un programa. Estamos escribiendo sobre eso, sobre la necesidad de un programa. Pero indudablemente millones de trabajadores sienten ese problema.
AS: ¿Qué tareas están desarrollando desde la Liga?
Una de las tareas que estamos impulsando es ver esto como parte de un problema mundial, que es el capitalismo. Todo el mundo puede darse cuenta que esta inflación proviene de un sistema disfuncional y en decadencia. Pero estratégicamente necesitamos hacer enlaces con trabajadores de otros países. La solidaridad que nos envían los trabajadores del mundo es impresionante, pero es una debilidad del movimiento obrero inglés no tener tantas conexiones con trabajadores de otros países. Sabemos que ha habido luchas en AItalia y aerolíneas en España y otros países, así que hay movilización. Es muy probable que en Gran Bretaña se esté dando el proceso de lucha más impresionante del momento, pero para continuar tiene que profundizar sus conexiones internacionales. Después de todo, muchas de las empresas a las que se enfrentan son controladas internacionalmente, son regentadas por empresarios de Estados Unidos, Bélgica o Francia. Así que hacer esas conexiones es muy estratégico.