En el fin de semana del 11, 12 y 13 de octubre próximos, se realizará en Jujuy el 37 o Encuentro Plurinacional de mujeres y diversidades.
Los Encuentros Nacionales de Mujeres comenzaron a realizarse a partir de la iniciativa de un grupo de mujeres, mayoritariamente pertenecientes a diferentes partidos políticos, y sectores sociales, que habían asistido en el año 1985 a la 3ª Conferencia Mundial de Mujeres de Nairobi (Kenia, África). Tuvieron la iniciativa de convocar un encuentro pluralista en Argentina: mujeres de diferentes partidos políticos, trabajadoras, gremialistas, de organismos de derechos humanos y feministas. Se realizó ese Primer Encuentro Nacional de Mujeres, en el Teatro San Martín de la ciudad de Buenos Aires, los días 24 y 25 de mayo de 1986. Tuvo una concurrencia de alrededor mil mujeres –varias de ellas procedían de distintos lugares del país–, mayoritariamente provenientes de los sectores medios.
Desde ese año, todos los años se hicieron en distintos puntos del país y con una creciente participación. Hasta nuestros días, en que la nueva denominación refiere no solo a las mujeres sino también a integrantes de los pueblos originarios y de sectores sexualmente diversos.
Miles y miles se organizan para llegar hasta la provincia donde se convoca y participar de las actividades que se realizan. Se hacen talleres con distintos temas (trabajo, deuda externa, conflictos ambientales, vivienda, sindicatos, presos/as políticos, derechos humanos, juventud, aborto, violencia doméstica, experiencias transgénero, etc.). Hay charlas, representaciones culturales, actos de apertura y cierre, y una movilización que recorre la ciudad, por lo general impresionante por la masividad. En cada Acto de Cierre se resuelve donde será al año siguiente con una “sospechosa votación por aplauso”. El año pasado en Bariloche, se resolvió hacerlo en Jujuy este 2024.
¿Por qué se hace en Jujuy?
Cada lugar que se elige tiene que ver con alguna situación o proceso que se haya dado en esa provincia.
El pueblo jujeño, el año pasado fue protagonista de grandes movilizaciones contra la reforma de la constitución provincial que propuso el Gobierno. Dieron una lucha enorme por sus derechos, en defensa de los recursos naturales, una pelea tremenda donde las mujeres tuvieron un papel central, como parte de la clase trabajadora a la vez que de los pueblos originarios que son amplia mayoría en la provincia, peleando por el agua y por la vida de sus comunidades.
Esas mujeres, junto a sus compañeros, pelearon en piquetes en las rutas, aguantaron los palos y los gases. No lograron vencer el proyecto del Gobierno. Los dirigentes sindicales y políticos al igual que ahora, frente a la política que lleva adelante Milei, no hicieron nada. Solo un paro de un día de la CTERA y de la CGT jujeña. Por supuesto eso no alcanzó. Hoy, como ayer, tendrían que haber organizado una huelga general que derrotara a los Gobiernos y sus planes de saqueo del litio, el agua y la tierra por parte de las empresas multinacionales.
¿Qué son los Encuentros?
Desde el PSTU consideramos que estos Encuentros son importantes y en un sentido progresivos porque las mujeres y disidencias se juntan para hablar y expresar sus problemas, por la gran apertura mental que disparan y por la movilización que se genera alrededor de ellos.
¿Quiénes son sus direcciones? Mayoritariamente fueron la CCC-PCR; en los últimos años le ganaron terreno las feministas de “Ni una Menos” (pro kirchneristas).
Por otro lado, tienen presencia las católicas y miembros de otras iglesias que están contra el aborto, el concepto de género, etc., quienes disputan la dirección en estos temas.
También participa por supuesto todo el arco de las feministas de izquierda (PO; PTS; IS; MST; NUEVO MAS; etc.). Por lo general van con la política de que en los talleres y en el Acto de Cierre se vote: es otra manera de disputar la dirección y de crear expectativas en que desde allí se puede organizar una pelea.
Sin embargo, el Encuentro no es una organización, es un acontecimiento anual “de todas las mujeres y disidencias”.
El PSTU no aspira a pelear por la dirección de este evento. Por un lado señalamos su falta de representatividad: sus asistentes no son producto de una elección en los lugares de trabajo, estudio o en los barrios. Además cuestionamos los métodos verticalistas de sus direcciones.
Pero lo esencial es que el Encuentro no pretende agrupar obreras y trabajadoras. Es policlasista: bajo su denominación podrían convivir en él Victoria Villarroel o Patricia Bullrich, espadas del ajuste y la represión, con una obrera metalúrgica víctima del cierre de su fábrica o con una activista barrial procesada por luchar.
Por eso mismo, tampoco pensamos que la liberación femenina se obtendrá de la construcción de un “movimiento de mujeres”. Ni siquiera, si se le agrega “que sea clasista e independiente de los gobiernos”, como plantean casi todas las organizaciones de izquierda. ¿Cómo puede ser clasista una organización que aísla a las compañeras de sus pares varones de la clase trabajadora, dividiendo así la pelea contra toda explotación y opresión?
¿A qué vamos al Encuentro?
Pero sí, el PSTU se propone intervenir en el Encuentro.
Nuestra clase trabajadora está viviendo uno de los peores momentos de la historia; desocupación, miseria, hambre, y podríamos seguir con la lista. Es que el Gobierno a través de la Ley Bases, el RIGI y el Impuesto a las Ganancias al salario ha dado un duro golpe a los hogares obreros. Se profundiza la entrega de los recursos naturales a potencias extranjeras sean yanquis, chinas o europeas, con un salto en los acuerdos con el Estado sionista de Israel que sigue firmando convenios para la explotación del agua potable a través de su empresa Mekorot. Y esto se da en un marco de tregua de la CGT y las demás centrales sindicales, casi indiferentes ante la embestida del Gobierno de Milei.
Pero la resistencia de los trabajadores y trabajadoras en todo el país es importante.
Creemos que debemos hablar de todo esto en el Encuentro.
Queremos decirles a través de nuestro periódico, volantes y nuestras redes, en los talleres y en las calles de Jujuy, que el camino es el de las docentes de Neuquén que llevan varios días de huelga contra el presentismo y el intento de avanzar con la Reforma Laboral y del Sistema de Jubilación que quiere imponer el Gobierno de Rolando Figueroa.
Queremos decirles que, las mujeres o disidencias solas, no podemos defender los derechos que conquistamos en las calles, de los embates retrógrados de este Gobierno. Dichos ataques son parte de la ofensiva general contra la clase trabajadora y sectores populares. Por eso es necesario que nos unamos a nuestros compañeros trabajadores para enfrentarla en forma conjunta.
Queremos decirles que tenemos que seguir el ejemplo de los aceiteros que ganaron la pulseada a su patronal. Llevaron adelante una huelga paralizando las exportaciones con diez mil camiones parados, con piquetes que garantizaron las medidas e impidieron que los trabajadores fueran forzados a trabajar, además de prevenir toda violencia policial o patronal.
Queremos decirles que nuestra lucha es la misma que la del pueblo ucraniano contra los atropellos de Putin o la del pueblo palestino contra el Estado genocida de Israel, gendarme de los yanquis en Medio Oriente.
No podemos esperar más.
No hay posibilidad de triunfo si peleamos divididos/as: hay que reunir todos los reclamos en un pliego común y en una misma pelea. Es hora de avanzar en una organización capaz de enfrentar al Gobierno, las patronales y la entrega del país. Que conduzca un plan de lucha dispuesto a enfrentar también el protocolo antipiquete y la represión, hasta derrotar el plan de Milei, las patronales y el FMI ¡No podemos dejar que nos sigan encarcelando y abriendo causas por luchar! ¡Organizar la defensa sindical, obrera y popular, contra la represión!
Parece una tarea imposible con las actuales cúpulas política y gremial del peronismo/ kirchnerismo. Daniel Yofra dirigente gremial de los aceiteros triunfantes, declaró en un congreso de delegados que se realizó en julio que “la GGT no está a la altura de las circunstancias” y que “se puede hacer un paro nacional sin la CGT”. Los aceiteros, cuya pelea es referencia para todos/as los/as luchadores/as, tienen la fuerza y la autoridad, para hacerlo posible, convocarlo y organizarlo: ¡con la CGT y las CTAs o sin ellas!
Para contribuir a esa tarea, tenemos que llevar a las reuniones y asambleas de los barrios, trabajo, estudio, los debates que hagamos en el Encuentro. Porque allí sí podemos tomar decisiones, votar cómo pelear por las reivindicaciones femeninas y de los demás sectores oprimidos y organizar una lucha efectiva que las aúne con las de todo el pueblo trabajador.
Y, sobre todo, debemos convencernos que somos capaces de tomar en nuestras manos la solución de nuestros problemas. Tenemos que dar un paso al frente porque hace falta una revolución social, un nuevo Argentinazo triunfante, que imponga “que se vayan todos”, a través de un gobierno obrero y popular. Que logre una Segunda y Definitiva Independencia, en camino al socialismo, conquistando la vida que nos merecemos. Nada de esto podría concretarse sin la participación activa de las mujeres, disidencias, integrantes de pueblos originarios, afrodescendientes e inmigrantes, de la clase trabajadora y sectores populares. Te proponemos venir a dar juntes esta pelea.