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ENTREVISTA CON JAVIER ROMÁN, ACTIVISTA DE BEDTIME, QUIEN RECUPERÓ SU PUESTO DE TRABAJO LUEGO DE LA LUCHA JUNTO A SUS COMPAÑEROS

AS: Contanos la génesis del conflicto y como se dio

JR: el conflicto arranca el 2 de noviembre cuando yo vuelvo de una licencia médica con tareas livianas por 90 días. La empresa acepta el certificado, y RRHH y el supervisor me dan un nuevo puesto de trabajo que era escanear los productos que vienen de fábrica a expedición. Pasaron 20 días hasta que el supervisor me dice que no puedo ingresar a la fábrica porque no hay tareas livianas. Yo me negué a irme, e intentaron sacarme con la policía, no pudieron porque los compañeros me rodearon, se hizo una asamblea donde se discutió que se pudiera negociar con mi licencia por tareas livianas poder irme a mi casa. Supuestamente me iban a pagar el sueldo completo como si estuviera trabajando, cosa que no pasó porque de ahí hasta acá lo hicieron como licencia médica hasta que pasaran los 90 días de tareas livianas. Cuando fui al médico el 18 de enero le pedí si podía rever el certificado anterior, y me dio el alta médica. Así y todo no me dejaron entrar a la planta, me cerraron el portón y quedaron afuera 30 compañeros conmigo. Ahí arrancó otro tipo de conflicto, porque hablé con el dueño y me dijo que yo ya había cumplido un ciclo, que era un trabajador muy conflictivo porque había sido delegado durante 12 años y tengo una ideología que, según la patronal, es muy “compleja”. La producción se vio afectada en esos días, entonces empezaron a dejarme entrar, aunque seguridad se ponía delante mío y me decía que no podía, pero entraba tranquilamente y hacia la tarea asignada.

El martes pasado, me encuentro que el sector donde yo trabajaba había sido eliminado y cuando le consulto a mi supervisor qué tarea tenía asignada me dijo que yo no podía estar dentro de la fábrica, así que fui y me paré e la boca de expendio de los semis donde se cargan los colchones a granel. Yo no quería exponer a mis compañeros porque la patronal últimamente descuenta si hacemos asamblea o alguna medida, y hay compañeros que ya sienten ese rigor. Yo vengo cobrando nada, así que les dije a ellos que digan que yo les impedía cargar la mercadería. Hicimos una asamblea con los delegados, donde se votó apoyarme y exigir que la patronal le dé un punto final al conflicto que trae desde noviembre. Y que me den un puesto de trabajo definitivo. Ante la negativa, hicimos una asamblea general y se paró la fábrica completa, excepto el personal que acaba de ingresar, para que no tomen represalias sobre ellos.

El martes a la noche el dueño le dice a uno de los delegados que ofrecía pagar lo descontado por asamblea, los premios, trimestrales etc., a cambio de que se levante la medida. Pero seguir discutiendo en la semana sobre mi puesto de trabajo. Ya el miércoles a la mañana discutimos la necesidad de esa plata pero limitar la negociación sobre mi puesto solo hasta el día viernes. El dueño bajó y quiso participar de la asamblea, claro que le dijimos que no, pero si le permitimos decir su propuesta u opinión, que consistía en afirmar que yo ya no tenía un puesto de trabajo y que eso era una decisión tomada. Eso provocó que sigamos con la medida. En la próxima reunión en que me citan junto a los delegados me proponen negociar mi indemnización, la cual rechazo y reafirmo que quiero mi fuente de trabajo, más aun en una situación tan inestable económicamente, con una corrida cambiaria etc., lo que recibe cualquier trabajador no sirve de nada porque se devalúa rápidamente. Me levanté de la reunión para irme, yo soy medio cabrón, y la patronal me seguía acusando de ser un mal trabajador, que había decepcionado a la empresa, todo eso lo negué. Antes que me retire, la patronal me plantea que si yo me comprometía a ser un buen trabajador, no faltar nunca más, el dueño me daba un puesto de trabajo. Yo le respondí que si debía faltar por estar enfermo o lo necesitara, lo iba a hacer. En ese ida y vuelta, me pide un compromiso de ser un buen trabajador al menos (ante mi negativa de comprometerme a no faltar por estar enfermo). Yo soy un buen trabajador, calificado en las máquinas de matelasse, se tapizar o cerrar, pero cuando se meten con el sustento de mi familia dejo de ser un buen trabajador. Llegamos a un acuerdo entonces, ahora estamos esperando el acta de la gran victoria.

Todo cuesta mucho pero estamos encaminados, somos una fábrica histórica de la zona, con mucha experiencia, hemos parado muchas veces, cortamos la Panamericana, pero ahora la situación económica hace que los trabajadores retrocedan muchísimo, y les duele esta situación.

AS: se cumplen tres años de la toma de la fábrica, en pandemia y casi por los mismos motivos que hoy se da el conflicto. De ahí hasta acá, ¿pensas que hay persecución política, sindical, ideológica o lo que sucede es solo respecto a vos?

JR: Yo creo que hay todo tipo de persecución. Mientras yo estaba en mi casa esperando los 90 días hubo compañeros acá que han sido citados por RR HH mostrándoles carpetas con sanciones que ni ellos estaban enterados. Los supervisores arman causas para apretarlos con la producción. Estábamos obligados a llenar planillas sobre la producción y en asamblea votamos dejar de hacerlo. Hay compañeros que anotan solo cantidades, se va flexibilizando un poco porque hay mucha presión. Hay suspensiones por hacer eso. Esto es constante desde que vino esta compañía (ahora es BedTime, antes era Sealy), te controlan los horarios de almuerzo, te sacan fotos, a mí me mandaron cartas documentos a mi casa diciendo que yo amenacé a compañeros y supervisores, etc. Intentaron armar causas para despedir sin indemnizaciones. Ese el objetivo de esta patronal en particular.

Hubo un intento de descontarle a los delegados horas de trabajo gremial, y ante el comunicado que ustedes sacaron (PSTU) y volantearon en la puerta denunciando la situación, la empresa respondió intentando apretar más aun y persiguiendo ideológica y políticamente a los que se mueven acá adentro

AS: Quedan tareas por hacer, como ves las perspectivas en este sentido.

JR: El sindicato brilló por su ausencia, igual que en la toma de la fábrica (recién vinieron cuando apareció la CGT zonal), solo hacen presencia y se llevan su moneda, igual están obligados a seguirnos el ritmo porque acá adentro se la ven fea.

Entonces el único método que tenemos los trabajadores es la asamblea, y desde ahí podemos ir al hueso de la cuestión para poder ganar. Hoy se complica por las presiones económicas. Yo hablé con uno de los delegados que hace falta movimiento afuera y adentro. Antes recorríamos los sectores, hacíamos panfleteadas, comunicados, llenábamos carteleras y estábamos todo el tiempo buscando compañeros que juntaran la plata para cuando fallece un familiar y los ayudamos, les dábamos tareas. Nos movilizábamos a Plaza de Mayo o cortábamos la Panamericana. Eso se ha perdido, no sé si por conservadurismo o por la situación general del país. Cuando levantamos la toma de la fábrica en 2020, hicimos una locreada gigante y se lo dimos a los merenderos del barrio, porque el barrio se interesaba, porque hay muchos compañeros que viven acá, ahí vinieron compañeros de otros gremios en solidaridad, etc. Creo que esa es la única manera de romper con la situación del país.