Avanzada Socialista entrevistó a Fabio de CSP-Con Lutas (Brasil) y Alfredo de Corriente Rojas y Co.Bas Madrid sobre el segundo convoy de la campaña Ayuda Obrera a Ucrania, realizado a principios de octubre y organizado por la Red Sindical Internacional de Solidaridad y Luchas. Los elementos recaudados fueron entregados al Sindicato Independiente de Metalúrgicos y Mineros de Kryvyi Rih, una ciudad industrial y minera ubicada a 50 km del frente de batalla.
AS: Alfredo, Fabio. Gracias por su tiempo. En primer lugar, quisiéramos que nos cuenten de dónde surge la idea de hacer un convoy y cómo fueron los preparativos en esta oportunidad.
Fabio: La idea de hacer el convoy apareció después de la invasión rusa, que empezó el 24 de febrero. En marzo, un compañero de Brasil, Herbert, recordando lo que habíamos hecho en la época de la guerra de Bosnia, tuvo la idea de enviar convoys de ayuda obrera a Ucrania. Ahí conversamos con otras organizaciones de la Red Sindical Internacional, en particular con Solidaire de Francia e Iniciativa Obrera de Polonia, y se entusiasmaron mucho con la idea. Se organizó muy rápido y en abril salió el primer convoy. En esa oportunidad, llegamos a la primera gran ciudad ucraniana, Lviv, después de la frontera polaca pero lejos del frente de batalla. Allí hicimos una conferencia por el 1ro de mayo que fue muy interesante. Para el segundo convoy, del que estamos hablando ahora, nos basamos en las cosas que salieron bien en el primer convoy, que fue que la ayuda fue de clase obrera a clase obrera. Esta vez decidimos ir más cerca del frente de batalla y nos fuimos hasta Kryvyi Rih.
AS: ¿Qué diferencias encuentran entre el primer y segundo convoy?
Fabio: En el primer convoy nosotros estábamos con miedo por ingresar a Ucrania, pero allá nos fuimos adaptando al comportamiento de la población local. Por ejemplo, en la ciudad cerca de tres veces por día tocaban las sirenas, que avisaban que podría haber bombardeo en la ciudad, pero la gente, después de un tiempo, escucha pero sigue con su vida normal. La primera vez que lo escuchamos fuimos a la recepción del hotel y la gente estaba allí como si nada estuviera pasando. En otra oportunidad estábamos cruzando un parque y empezaron a sonar las sirenas. La gente siguió caminando. Hay una normalización de la situación de guerra. En el primer convoy hubo muchos relatos de no solo cómo la guerra destruye los edificios y mata a la gente, sino también sobre los problemas mentales que le trae a la población, como la sensación de culpa porque están matando a sus compatriotas y ellos siguen vivos. Mucha gente se queda en depresión. Es una cosa bien destructiva. En el segundo fue distinto porque nos fuimos hasta una ciudad que estaba hasta 50 km del frente, y estuvimos más cerca de la clase obrera.
Alfredo: Yo no estuve en el primer convoy, pero sí en el segundo. Lo que llevamos fueron aportes bastantes simples, muy básicos: bolsas de dormir, impermeables, algún generador. Cosas básicas que debería proporcionar un Estado a gente que está combatiendo, y evidentemente esto no lo hace con todos por igual. El Estado suministra a su ejército profesional pero evidentemente a quienes se han alistado para echar a los rusos que los invaden no están dándole el material que deben. Lo que me llamó mucho la atención fue que cuando sonaban las sirenas, la gente no se iba para ningún sitio porque no tenía sentido si no sabían dónde iba a caer el misil, pero eso demuestra que no solo se normaliza la guerra sino que la gente pierde el miedo frente a la guerra, la gente quiere seguir viviendo su vida normal, a pesar de que los están atacando. Eso lo percibimos en el segundo convoy, que la gente tenía mucha moral y mucho ánimo por derrotar al invasor. Es de alabar cómo la gente ha ganado confianza en el día en su batalla contra el ejército ruso.
AS: ¿Por qué eligieron esta ciudad?
Fabio: Había un contacto después de una lucha que hubo en ArcelorMittal, donde hicimos una campaña de solidaridad. Naturalmente volvimos a ellos. Las informaciones que reunimos apuntaban a que dentro del movimiento sindical ucraniano hay dos grandes ramas: uno, que está vinculado al Partido Comunista y el otro es una corriente independiente, donde uno de los sindicatos que se destacan es este (el Sindicato de Mineros y Metalúrgicos de Kryvyi Rih), por tener una orientación más combativa y de lucha. Por esto direccionamos la ayuda a ellos.
AS: Y esta vez, como dijeron, mucho más cerca del frente. ¿Nos pueden contar sobre ese viaje de 24 horas que los lleva desde Varsovia hacia la ciudad de Kryvyi Rih?
Alfredo: Lo bueno fue que permitió observar situaciones que te llamaban la atención. Permitió ver, por ejemplo, cuando entrábamos a Kiev cómo había centros logísticos y algún almacén que estaba bombardeado. Hicimos parada en Kiev y pudimos ver cómo la ciudad todavía estaba muy viva, a pesar de la guerra y del ataque que tuvo a principio de año. Además nos pudimos dar una idea de cómo se estaba organizando la autodefensa ucraniana. Por ejemplo, en las inmediaciones de la estación de tren me llamó la atención un brazalete de uno de los militares con los típicos colores anarquistas, rojo y negro. Preguntamos qué era eso y nos explicaron que era un batallón de anarquistas que se había puesto al frente de la defensa de Kiev. Eso para combatir la idea del famoso Batallón Azov, porque hubo batallones de todo tipo de ideología. Un viaje tan largo te permite ver esas cosas.
Fabio: Otra cosa que me llamó la atención fue que alrededor de las vías tenían barricadas, por lo menos, desde antes de Kiev. Eso estaba presente todo el tiempo. Cuando nos íbamos acercando lo que estaba claro es que se iba vaciando el bus, que paraba en todas partes. Bajaba gente y no subía más. Sabés que estás cerca porque el micro se va vaciando. Fuimos ocho en el micro regular y dos fueron conduciendo la carga.
AS: ¿Cómo fue la recepción del sindicato?
Fabio: Fue muy buena. Allí estaba el presidente del sindicato y otro compañero del Sindicato de Ferroviarios. Nos llevaron al hotel donde nos quedamos, y al día siguiente nos llevaron a un local central en la ciudad donde están expuestos los tanques rusos destruidos por los ucranianos. Entonces la gente común va para allá, la familia, saca fotos de los tanques. Eso habla de una moral alta.
Alfredo: Estuvimos prácticamente un día entero porque el resto estuvimos viajando. Es cierto que intentamos hacerlo todo lo intenso que pudimos, entonces nos enseñaron el local del sindicato y una de las minas. También nos explicaron cómo le estaban haciendo frente a las políticas de Zelenski contra la clase obrera. Están haciendo todo lo posible para que no les recorten la mitad del salario y contra los despidos libres, que aprobaron con esta reforma laboral. Entonces por una parte están luchando contra la invasión rusa y por la otra están luchando porque no les recorten todo lo que están aprobando desde el gobierno ucraniano. No es suficiente que tengan que pelear contra la invasión rusa sino que también tienen que pelear contra la burocracia del Estado, porque a veces no les pagan aunque estén en el frente de batalla. También se alistaron mujeres, no es habitual, pero sí ocurre. Kryvyi Rih es la ciudad del presidente, y recientemente hubo elecciones municipales y no ganó el partido de Zelenski, eso habla de que no están haciendo las cosas bien.
AS: ¿De dónde creen que obtienen su moral?
Alfredo: Creo que el rodearte de tu gente ayuda bastante a obtener la moral que tanto se necesita en situaciones como esta. Si tuvieras que organizar la defensa de tu casa de forma individual es desmoralizante, porque cuando vengan cinco desalmados del ejército ruso te van a reventar. Entonces, saber que podes contar con tus vecinos, con los trabajadores de la fábrica de al lado, creo que eso es lo que permite estar un poco más confiado.
Fabio: Creo que tiene que ver con su derecho a defender su vida, su casa y su familia. Nosotros ponemos un poco de ayuda ahí, porque nos vieron… ven unos tipos de Francia, de Italia, de Brasil y piensan que hay gente que los está apoyando. Hay otras iniciativas de solidaridad, pero pienso que como estás debe ser unas de las pocas que hay, porque la mayor parte de la izquierda no está apoyando a Ucrania, están con Rusia o mantienen una posición neutra. No estoy hablando de los estalinistas que están con Putin, también en el movimiento trotskista hay organizaciones que adoptaron una posición de neutralidad, eso es una vergüenza. Está bien, tenemos que oponernos al imperialismo yanki y europeo, pero Putin es una dictadura terrible. No tiene derecho alguno a invadir. Incluso tiene problemas dentro de Rusia porque la gente no siente que la guerra sea suya. Hay estimaciones de que hay un millón de rusos que salieron del país para evitar el alistamiento militar. ¿La gente de izquierda está luchando para hacer de sus países algo parecido a Rusia, que es un país capitalista, con una oligarquía, con servicios en el comando del país? Hay mucha gente de izquierda que imagina que Ucrania es la extrema derecha, que son neonazis y que son tropas terrestres de la OTAN. Nosotros lo vimos: es la gente, es la clase obrera, son los pobres. Es la gente que está en el frente de batalla intentando defender sus casas y sus familias, y no hay material militar para toda la gente que se integró a las defensas territoriales o al ejército regular. Ahí vemos lo que es la ayuda de OTAN. No hay uniformes, ametralladoras, cascos. Otra cosa, los rusos están destruyendo la infraestructura energética de Ucrania con drones, ¿de verdad que la OTAN no tiene nada para parar drones? No es posible. Lo que está ocurriendo es que los equipamientos más modernos de la OTAN no se los entregan a Ucrania o se los entregan a cuentagotas.
Alfredo: En relación a lo que dice Fabio, no es Co.Bas estatal el que está haciendo la ayuda obrera en Ucrania, es más bien Co.Bas Madrid. Salvo Co.Bas Madrid, Corriente roja y una organización anarquista que se sumó al aporte económico para el segundo convoy, nadie ve ese apoyo a la resistencia obrera ucraniana. Unos porque te dicen que son nazis, que eso es totalmente una falacia porque cuando en Ucrania preguntamos por los nazis nos señalan a los rusos, y otros porque se pliegan al pacifismo, al no a la guerra, y está claro que el no a la guerra está bien cuando sos parte del país agresor, pero cuando sos parte del país que se defiende o no interviene, el no a la guerra no sirve para nada. El pacifismo está bien en Rusia, pero en el resto de los países no está bien. Esa conciencia hay que combatirla, porque el pacismo está bien para determinados momentos, pero en otros momentos son necesarias las respuestas.
AS: ¿Algo más que quieran decir?
Fabio: Queremos hacer un llamado a que la gente se involucre y hable del tema con sus compañeras y compañeros de trabajo, de estudio, con sus amigos y amigas. Estamos haciendo una recaudación de fondos para enviar a Ucrania y viendo si armamos un tercer convoy. La campaña continúa.