Es necesaria la mayor unidad para derrotar el pacto de ajuste

Los compañeros del Partido Obrero vienen impulsando la convocatoria a un encuentro político sindical para el próximo 8 de Noviembre. Dicho evento, llamado como “Congreso del Movimiento Obrero y la Izquierda”, viene a sumarse a las variadas iniciativas que han convocado, con distinto éxito, varias corrientes de izquierda, incluso desde el propio FIT.

Desde el PSTU valoramos esta convocatoria, tal como hacemos con cada uno de los encuentros que agrupan a sectores del activismo y nuevo dirigentes, al mismo tiempo que señalamos las limitaciones de cada una de ellas en la medida en que son aún parciales, ya que no incluyen al conjunto de quienes hoy protagonizamos las luchas contra el plan de ajuste del gobierno de Cristina y el pacto para sostenerlo de la oposición patronal, la iglesia y la burocracia sindical.

Es para mejor enfrentar y derrotar este pacto patronal de ajuste contra los trabajadores y el pueblo que desde el PSTU venimos insistiendo, en todos los ámbitos, sobre la necesidad de terminar con la división en distintos “encuentros”, “plenarios” o “congresos” organizados más como construcción propia y medición de fuerzas entre las diversas corrientes que como una verdadera herramienta que responda a los intereses de la clase trabajadora. Por ello planteamos que desde la izquierda tenemos por delante una urgente necesidad, una gran oportunidad y una responsabilidad histórica: dar una respuesta unitaria a la búsqueda de millones de trabajadores y sectores populares de una alternativa para enfrentar la brutal ofensiva patronal e imperialista.

Cada uno de estos encuentros parciales que se convocan se enfrenta a una disyuntiva de hierro: o avanzan por el camino de romper la autoproclamación, el sectarismo y las especulaciones meramente electorales, poniéndose al servicio de la más amplia unidad, o por el contrario se transforman en un obstáculo para avanzar en el camino de construir la nueva dirección política y sindical que hace falta, terminando, en el mejor de los casos, en el olvido o como meros “sellos” de tal o cual organización.

La tarea planteada hoy supera largamente los éxitos obtenidos por la izquierda y en particular el FIT en el terreno electoral. Lo que está por delante es dar una respuesta a la posibilidad de dotar a la clase trabajadora de una nueva dirección para luchar.

Desde el PSTU, sin dejar de señalar las limitaciones que le vemos a la convocatoria al llamado “Congreso del movimiento obrero y la izquierda”, por lo cual definimos no ser convocantes, participaremos del mismo llevando nuestra posición y planteos políticos como un espacio para el debate.

Unidad de los que luchan contra el ajuste y la burocracia sindical

Asistimos a una aguda crisis mundial de la economía capitalista y de la dominación imperialista. En toda América Latina, ya empieza a impactar la crisis económica. Un nuevo ascenso continental de luchas es la respuesta de las clases explotadas, que hacen su experiencia política y con ello se acentúa la decadencia de los gobiernos populistas o de colaboración de clases que frenaron y desviaron los estallidos sociales y el ascenso revolucionario latinoamericano en la década pasada.

La crisis económica y política en nuestro país se acelera al compás de la inflación y la recesión. Las suspensiones, despidos y quiebras fraudulentas son aceptados por un gobierno, que se dice “nacional y popular” mientras se somete cada vez más al dictado colonial de los usureros internacionales. Un gobierno que pretende vender la imagen de enfrentamiento con los “buitres” pero ha pagado millones al Club de París y el FMI, que abre las puertas al saqueo de nuestros recursos y hoy legaliza el pago de la fraudulenta deuda externa.

Estamos ante un momento crucial y una necesidad fundamental: la unidad para luchar contra el ajuste, rompiendo el chaleco de fuerza de la vieja burocracia sindical, combatir a las alternativas patronales y por dar una salida obrera y popular. Para enfrentar en serio la entrega del Gobierno a los buitres, para desbaratar el pacto del ajuste y el sometimiento colonial de las patronales, sus políticos y la burocracia es que tenemos que impulsar la más amplia unidad de todos los que luchan y de aquellos que estén dispuestos a hacerlo. En el marco de esa unidad es que debemos debatir un plan alternativo, un plan obrero y popular para que los trabajadores no paguemos la crisis. Ese es el único camino para que el país sea realmente soberano.

La tarea del momento y que tiene consecuencias estratégicas es, entonces, lograr esta unidad con representatividad desde las bases. Cualquier error sectario o vanguardista es irresponsable y hace retroceder a todos aquellos que hoy quieren luchar, los divide y debilita para la pelea. Ya vimos derrotas importantes y dolorosas bajas de luchadores producidas por las decisiones erradas al margen de la voluntad y la acción del conjunto. Igualmente equivocada es toda autoproclamación que se dirija al movimiento obrero en nombre del conjunto de la izquierda.

Hay un rico proceso de reorganización político-sindical, alimentado por las luchas. En las principales batallas confluimos con miles de luchadores obreros que hasta hace poco tuvieron expectativas con el kirchnerismo y que están rompiendo con el peronismo para mirar con simpatía a la izquierda. Y también se da la confluencia con las fuerzas de la izquierda, incluso aquellas que están fuera del FIT.

La unidad en la lucha contra el ajuste y la burocracia ha permitido, por ejemplo, la conformación de numerosas listas opositoras en los sindicatos y la recuperación de varios de ellos. Desde el PSTU creemos que debemos impulsar también la unidad con todos esos sectores. Las nuevas direcciones de seccionales docentes del SUTEBA en Buenos Aires, de sindicatos provinciales como ATEN, luchadores antiburócraticos de centenares de fábricas como la CI de FATE, Kraft, FelFort, delegados del SMATA que enfrentan a Pignanelli, delegados petroleros que enfrentan a las patronales y la entrega del petróleo, metalúrgicos y tantos otros. Centenares de delegados y activistas independientes que junto a las corrientes políticas con las que allí nos unimos deben ser parte de una convocatoria unitaria.

Muchos de estos sectores actuamos juntos en los paros del 10 de abril y el 28 de agosto, impuestos a la burocracia, garantizando que fueran activos. El 1° de mayo logramos un acto unitario en Plaza de Mayo que, a pesar de algunas mezquindades sectarias, fue una importante expresión de las luchas obreras y populares. Entre todos existen diferencias y debates, pero también importantes puntos programáticos en común.

¿Por qué entonces no pueden convocarse encuentros unitarios de todos los que estamos juntos en las acciones cotidianas? La responsabilidad de que no se convoquen es de quienes pueden hacerlo y no lo hacen. Esa es la debilidad que marcamos en marzo en el Encuentro de Atlanta. Allí dijimos que estaban ausentes fuerzas significativas como la CSC-PO y otros importantes sectores de trabajadores. Es necesario sacar las necesarias conclusiones del fracaso de iniciativas anteriores, parciales y limitadas, como la de Atlanta – que ha estallado por los aires y profundiza su dispersión con una nueva convocatoria para el 25 de octubre que es la expresión de su ruptura– para no repetirlas desde otro polo convocante.

Por eso señalamos que si el evento del Luna Park no se plantea como un primer paso en responder a la necesidad de ampliar la unidad, sino como un nuevo encuentro que se autoproclame por sí mismo, se transformará en una traba para luchar y derrotar el ajuste.

La persecución a los delegados ferroviarios del Sarmiento mostró la necesidad de unirse para enfrentarla. La amplia unidad de acción lograda frente a ese ataque del gobierno muestra que se debe sumar la participación de esas importantes fuerzas obreras y referentes como el “Pollo” Sobrero, aunque tengamos profundas diferencias políticas respecto a sus relaciones con Moyano o con el proyecto político que pueda tener el “Perro” Santillán. Y si en Atlanta fue convocante Santillán, por qué vedar la participación de dirigentes obreros y públicos del MST que son parte de luchas como EMFER o Lear, de organizaciones como “Rompiendo cadenas” u otras con las que compartimos batallas cotidianas. Entre todos debemos buscar los puntos de acuerdo y abrir el debate a fondo sobre las diferencias.

Por todo eso, aunque decidimos no ser convocantes a este encuentro organizado por el PO asistiremos al mismo a aportar fraternalmente nuestras opiniones, porque aspiramos a un necesario debate abierto y democrático entre los luchadores obreros y populares y sectores de la izquierda.

 

Un programa obrero para salir de la crisis y el rol del FIT

Desde el PSTU consideramos que la convocatoria a un encuentro unitario de ninguna manera puede estar limitada a impulsar la unidad de acción para luchar contra el ajuste, este es solo el primer paso. Junto con ello es necesario poner en discusión un programa obrero para salir de la crisis y las medidas de acción estratégicas para imponerlo.

En este sentido creemos que el FIT puede cumplir un rol fundamental, si es que logra superar su “status quo” electoral, abrirse a otras organizaciones y luchadores para ampliarse. Este debería ser el primer eslabón, superando sus actuales divisiones, para una convocatoria unitaria y colocando su actual programa en debate.

El FIT, que representó una colosal conquista electoral de la izquierda clasista y que abrió un espacio aún más amplio, porque fue visto como un polo de referencia por miles de luchadores obreros, ha fracasado hasta ahora en transformarse en una herramienta unificada, no sólo para las luchas cotidianas en curso, sino para la lucha política por un programa obrero que de salida a la crisis. Empezando por encabezar como FIT la lucha por movilizar a las masas trabajadoras y populares contra el pago de la deuda externa. Y en consecuencia, es una seria limitación que ni siquiera se haya logrado hasta ahora una convocatoria unitaria para iniciar ese debate del programa y la acción unitaria por sus consignas más urgentes.

Desde el PSTU creemos que ese programa de acción, ese puente tiene hoy un centro y “colectoras” muy claras:

¡Ni un peso a los buitres. No al pago de la fraudulenta Deuda Externa! Que se destinen esos millones a trabajo, salud y educación. Para el déficit de 3 millones de viviendas y obras de infraestructura necesarias. Para combatir el 40% de trabajo en negro, expropiando bajo control de los trabajadores toda fábrica que cierre. ¡Exijamos un paro de 36 horas! ¡Plan de lucha o buitres!

En lugar de pagar a los usureros, destinar ese dinero para un Plan de obras públicas: jardines maternales, escuelas, hospitales, viviendas, usinas, redes de transporte y comunicación, obras sanitarias y todo al servicio de las necesidades obreras y populares. Prohibición de despidos y suspensiones. No al trabajo precario, no al fraude laboral de las agencias «eventuales», efectivización de todos los contratados.

Salario mínimo igual a la canasta familiar. Jubilaciones con 82% móvil. Eliminación del impuesto a los salarios de convenio. Impuestos crecientes a los grandes capitales y propiedades agrarias y urbanas. Estatización de la banca, las finanzas y el comercio exterior. Estatización bajo control obrero de las grandes empresas industriales y de servicios.

Basta de discriminación hacia la mujer trabajadora: igual salario por igual trabajo, presupuesto para combatir la violencia contra la mujer y para atender su salud sexual y reproductiva que incluya el aborto legal, seguro y gratuito.

Contra la represión y el recorte de las libertades democráticas y sindicales que sirven al ajuste: No a la ley antiterrorista. Por el desprocesamiento de todos los luchadores sindicales y sociales. Por la absolución de los petroleros procesados de Las Heras.¡Fuera Berni y su gendarmería!

Denunciamos al gobierno que se dice latinoamericanista y a sus FFAA que define como “sanmartinianas” por su vergonzoso rol en la ocupación de Haití y la opresión de su pueblo. ¡Fuera la Minustah! ¡Inmediato retiro de las tropas argentinas!

Insistimos en que la necesaria alternativa política de independencia de clase sólo se podrá construir alrededor de un programa de acción que coloque a la clase obrera como caudillo del pueblo pobre para las tareas de liberación nacional.

¡Abajo el pacto contra los trabajadores y los luchadores de las conducciones sindicales con el gobierno y los Massa, Macri y compañía! Caló, Yasky, Moyano, Barrionuevo tienen que romper sus compromisos con las patronales y sus partidos y lanzar un plan de lucha en serio. Asambleas y plenarios de delegados con mandato de base para imponérselo.

Desde el PSTU y la Liga Internacional de los Trabajadores, hacemos un llamado al conjunto de las organizaciones de izquierda, clasistas y antiburocráticas, a impulsar juntos la unidad para enfrentar el ajuste y el pacto patronal-sindical que lo sostiene, para avanzar en el camino de construir una nueva dirección política y sindical que proponga una salida obrera a la crisis y un gobierno de los únicos que pueden llevarla adelante, los trabajadores y el pueblo.

30/9/14