El retroceso de la Ley Ómnibus y la posterior refriega con los gobernadores a partir del conflicto en Chubut dejaron a la vista la debilidad en ciertos aspectos del Gobierno de Javier Milei para llevar a fondo su plan. Pero esa disputa entre los poderosos expresa más una pelea por el reparto de la torta que una disputa de plan. Tanto la CAME, que agrupa a los empresarios de las Pymes, como la Sociedad Rural, se presentaron en la Justicia para solicitar que se pronuncie a favor del capítulo laboral del Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) del Gobierno.
La grieta entre Mauricio Macri y Milei, que parecía haberse abierto habiendo fallado la fusión LLA-PRO, da signos de seguir viva. Y aunque los gobernadores “amigos” defienden sus propios intereses (las cajas de sus provincias, para no tener que apagar incendios), están dispuestos a dialogar con el Gobierno.
La “motosierra” mientras tanto sigue encendida y sigue aplicando el brutal ajuste a los trabajadores y el pueblo: a los aumentos en los alimentos y los servicios, se suman los despidos y las suspensiones. La UOCRA (Construcción) habla de 150 mil puestos de trabajo perdidos. Peligra el funcionamiento de las universidades públicas por el ahogo presupuestario. Ahora Milei, por lo dicho en la apertura del Congreso, planea avanzar sobre los Convenios Colectivos.
Los 10 puntos de su propuesto Pacto de Mayo a los gobernadores, no son más que una reafirmación del Consenso de Washington, la base de todos los planes neoliberales de los 90 en América Latina. Ese plan no fue aplicado a fondo en Argentina, pero es una necesidad de los empresarios llevarlo a fondo.
Los trabajadores de Chubut marcan el camino
El paro petrolero que se convocó en Chubut desembocó en un proceso provincial y nacional. Se desencadenó una movilización en la que confluyeron pesqueros, portuarios, trabajadores de la energía eléctrica, estatales y más. Al día de hoy continúan en conflicto Luz y Fuerza y el SUPA (Petroleros).
Aunque Ignacio “Nacho” Torres del PRO, gobernador de Chubut, se haya puesto al frente de la movilización, él es parte del plan de ajuste y ahora se dispone a negociar con Milei. Quienes movieron el amperímetro de la situación e hicieron que aparezca la plata fueron los propios trabajadores con su movilización. Demostraron que se puede torcerle la mano al Gobierno, aprovechando las grietas abiertas en su plan.
Junto a los chubutenses salieron ferroviarios, trabajadores de sanidad, docentes. Ahora la UOM se suma a los reclamos. Pero la CGT se niega a unificar todos esos reclamos. Las paritarias que se fueron cerrando por sector están sirviendo para dividir. Son la excusa de las direcciones para desmovilizar, aún cuando la pérdida del salario las supera, y los trabajadores, aún quienes recibieron aumentos, siguen siendo golpeados por el plan del Gobierno.
Por eso es necesario un Paro Nacional que unifique los reclamos. Partiendo del salario, pero enfrentando el plan de conjunto: la defensa del derecho a la Educación, la Salud, la Cultura, y contra la continuidad de la entrega de nuestro país y nuestros recursos a las multinacionales y las potencias extranjeras.
Al mismo tiempo que le exigimos a la CGT que ponga fecha al paro, debemos comenzar a preparar esa medida desde abajo, formando comités de base en las fábricas, para organizar a los mejores compañeros y compañeras. Las asambleas barriales tienen que salir a “patear” sus barrios y discutir con la gente que se sume a los reclamos, que es necesario tirar abajo este plan.
Problemas contundentes requieren medidas contundentes. No podemos contentarnos con acciones que no van a fondo. Tenemos que preparar acciones en los puertos, yacimientos, refinerías, en las principales empresas, nacionales y extranjeras. Tocar las ganancias de los capitalistas, afectando la producción, es la única forma de ganar.
Hace falta un plan alternativo
Sin embargo, vale preguntarse: si cae el plan de Milei ¿Que viene después?
Nuestro país es rico en recursos. Supo ser “el granero del mundo”, que alimentó al equivalente a diez veces su población. Sin embargo, el hambre no es algo nuevo de este Gobierno. Los dueños del país hoy son los multimillonarios dueños de las multinacionales, en asociación con sus socios empresarios locales, más políticos de uno u otro color según la ocasión. Los gobernadores patagónicos, por ejemplo, se juntaran el 7 con unas propuestas de amoldarse al ajuste, por eso proponen la creación de una empresa petrolera mixta etc.
Los trabajadores necesitamos nuestro propio plan económico de emergencia. Como dice la declaración del PSTU Chubut: no alcanza con “cerrar el grifo”, hay que expropiar las principales empresas. Las y los trabajadores debemos transformarnos en dueños de la riqueza que generamos, expropiando los recursos, las fábricas y los bancos. Utilizando esos recursos para desarrollar la ciencia, la medicina, la cultura. Garantizar vivienda y alimento para todas las familias trabajadoras. Es la única manera de garantizar una vida digna para nuestras familias.