La elección para elegir presidente en la Asociación de Futbol Argentino, derivó en una insólita crisis cuando, sobre 75 votantes habilitados -uno por cada club de la AFA-, se dio un empate 38 a 38 (sí, 76 votos emitidos) entre los dos candidatos, Luis Segura, sucesor de Julio Grondona, y el conocido conductor de televisión Marcelo Tinelli, quien alineado con el macrismo se presentaba como el “cambio” en la AFA.
Esta situación aportó un paso de comedia vergonzosa frente a los escándalos que han abatido al fútbol a lo largo del año, con las denuncias y detenciones de altos dirigentes de la FIFA envueltos en casos gravísimos de corrupción; escándalos que se siguen sumando, con la detención de dirigentes de la CONMEBOL (Confederación Sudamericana de Fútbol) el mismo día de las elecciones de AFA.
Y ante este panorama, muchos sectores han empezado a moverse a lo largo del mundo para terminar de liquidar a la dirigencia tradicional de la FIFA en esta federación y en las secciones nacionales y quedarse con sus redituables negocios. Tinelli y su iniciativa en la AFA van en ese sentido: no son una “nueva dirigencia”, sino una nueva camarilla dispuesta a lanzarse sobre los negocios en torno al fútbol
Más allá de la fecha definitiva para nuevos comicios que serían ante de fin de año, entre los dos candidatos hay acuerdo en seguir con la mercantilización de un deporte que nació como una expresión de los sectores populares, los que organizaron los clubes por abajo, de manera democrática, décadas antes de que estas mafias los coparan. Y es a eso a lo que tenemos que volver: a recuperar el fútbol de las garras del mercado, para que vuelva a pertenecer a los trabajadores y el pueblo