Se acerca un nuevo 24 de Marzo, 45° aniversario del Golpe Militar genocida del ´76 y hoy más que nunca sobran las razones para ganar las calles por los Derechos Humanos y contra la impunidad de ayer y de hoy. Sin embargo, la mayoría de los organismos de Derechos Humanos, todos ellos muy afines al Gobierno, han decidido no marchar argumentando que por la pandemia no están dadas las condiciones sanitarias. Desde el PSTU lejos estamos de ser negacionistas de la pandemia, pero precisamente solo con la lucha podremos defender la salud y la vida del pueblo trabajador.
La pandemia es un problema real que se profundiza (al cierre de esta edición se contabilizan más de 53.000 muertos por Covid-19 en nuestro país), la indignante demora en la vacunación, la “nueva normalidad” y la llegada de la segunda ola de casos indican un futuro mucho peor.
Pero el desastre en que estamos no es por culpa del destino: de ambos lados de la “grieta” lo que primó, más tarde o más temprano, fue que todos y todas vayamos a trabajar para que no pierdan las patronales. Así llegamos hoy a tener hasta las escuelas abiertas y los transportes públicos llenos y con los protocolos en los trabajos que ya casi no existen ni formalmente.
Nadie puede desconocer que estamos ante una situación terrible tanto económica y sanitaria para el pueblo trabajador, para enfrentar esto ¿Lo mejor es quedarnos en nuestras casas mientras todos los días obligan a exponernos o ganar las calles, con los cuidados necesarios, por vacunación inmediata para todos y todas?
¿Quién hace el juego a la derecha?
Es evidente que tras el argumento de la pandemia se esconde otra cuestión: la idea de que este Gobierno es de los DD.HH como llamaban también a los de Néstor y Cristina, gobiernos “compañeros”. Así fue que por ejemplo, el sector de Madres de Plaza de Mayo de Hebe de Bonafini dejó de hacer en esos años la Marcha de la Resistencia porque ya no había necesidad. Así es como frente a cada protesta hablan de “hacerle el juego a la derecha”.
Sin embargo, hacerle el juego a la derecha es hoy dejarle la calle para ellos. Los sectores más reaccionarios de la sociedad organizan frecuentes protestas públicas. Se montan sobre la bronca y desesperación que provoca la crisis que vivimos, que con este Gobierno, como en todos los anteriores, se descarga sobre las espaldas del pueblo trabajador, mientras se sigue pagando al FMI y aumentan las ganancias patronales (ver pág 6).
Lo que sucede en Formosa es una clara muestra de esto: el Gobierno de Insfrán (represor y hambreador hace años) toma medidas contra la pandemia sin garantizar ningún sustento económico. Así condena a la población a más hambre aún de la que ya hay en la provincia, la bronca salta con un programa incorrecto, porque termina siendo aprovechado por la llamada “derecha”.
Lamentablemente esta política de los organismos de DD.HH. es parte de la política de Pacto Social que también tienen los dirigentes sindicales, que dejan pasar todos los ataques (ver página 3) y del movimiento de mujeres, que el 8M plantearon una movilización mínima y sin nombrar al Gobierno en medio de un aumento impresionante de la violencia machista.
Las Madres, las Abuelas y los HIJOS son referentes muy importantes para el conjunto de los luchadores y luchadoras del país y por eso, muchas veces sus decisiones parecen incuestionables. Sin embargo y sin negar su trayectoria y aporte a la lucha del pueblo argentino, no dejan de tener color y funcionalidad política, y lamentablemente su posicionamiento actual del sector mayoritario sirve para sostener políticas que revientan al pueblo trabajador y darle espacio a la “derecha”.
Las tareas pendientes
Así como es necesario desmitificar que a las Madres y a las Abuelas no se les discute, también hay que hacerlo con la idea que se instaló en el kirchnerismo de que la Justicia por los crímenes del genocidio está lograda, por eso el 24 seria una fecha solo para recordar. Muy lejos se está aún de eso.
Si bien en los últimos años, producto de décadas de lucha, se ha avanzado bastante en los juzgamientos. Recién son 1013 los sentenciados (en 250 causas), de los cuales 638 cumplen el arresto en su domicilio, y aún hay 373 causas sin dictado de sentencia y 280 se encuentra en etapa de instrucción. La tendencia que expone con preocupación la Procuraduría de Crímenes de Lesa Humanidad es a una ralentización del proceso, mientras tanto los genocidas van muriendo de viejitos, impunes, como los 692 que murieron sin sentencia desde el 2006. (1)
Por supuesto el panorama de impunidad se agrava mucho más si tomamos en cuenta la complicidad civil y particularmente empresarial, que casi no ha sido juzgada excepto casos como el de Ford, pero se sabe que fue generalizada en la industria.
El hoy
Ya con las tareas pendientes respecto del genocidio de la Dictadura, sobran razones para ganar las calles, pero hay muchas más. Los Derechos Humanos del pueblo trabajador hoy no están garantizados y sufren constantes ataques.
Al problema de las vacunas y la pandemia, podríamos sumar páginas y páginas con las necesidades básicas insatisfechas con una pobreza del 45%, y una desocupación del 20%.
Pero también en relación directamente con lo represivo actual hay mucho por que luchar. En esta democracia para ricos y con un Gobierno que habla de Derechos Humanos sigue habiendo presos políticos por luchar: Milagro Sala sigue presa, al igual que nuestro compañero Sebastián Romero, al que no se le imputa ningún otro “delito” que haberse defendido, junto a miles, de la brutal represión policial del 18 de diciembre de 2017. Por esa misma jornada nuestro compañero Daniel Ruiz (luego de 13 meses de cárcel) y Cesar Arakaki, del Partido Obrero están en juicio y no hay una prueba que demuestre las acusaciones.
El gatillo fácil continúa y aumentó con la pandemia, el nombre de Facundo Castro, cuyo asesinato aún sigue impune encabeza una larga lista de asesinados por la policía en 2020, que se suman a más crímenes impunes anteriores como el de Santiago Maldonado. La represión a los sectores más golpeados tuvo su imagen más terrible en el brutal desalojo a la toma de tierras de Guernica, entre otras. Aún las puebladas contra los femicidios son reprimidas por fuerzas de seguridad.
Frente a este panorama ¿Podemos quedarnos en casa este 24M como nos proponen las Abuelas, las Madres de Hebe e HIJOS? ¿No es acaso amparar estas barbaridades por acción u omisión?
No podés faltar
Pero hay un sector de las Madres, encabezado por Nora Cortiñas, que sí llama a la Plaza este 24M. Es el mismo sector que hace tiempo apoya casi en soledad todas las luchas del pueblo trabajador y cuestiona el pago de la Deuda Externa. Junto al Encuentro Memoria Verdad y Justicia (EMVJ) se plantean sostener las banderas contra la impunidad de ayer y de hoy, que son más necesarias que nunca.
Desde el PSTU somos parte de esta convocatoria y pondremos todas nuestras fuerzas por que sea lo más grande posible y creemos que sería un buen momento para que se junten las luchas que están en curso (ver página 3). Porque queremos que la “derecha” (ya sea Bullrich, ya sea Berni) sepa que las calles son nuestras. Porque queremos la cárcel común, perpetua y efectiva a todos los genocidas y empresarios cómplices de la Dictadura, y de los policías de gatillo fácil. Porque queremos la inmediata libertad de Sebastián Romero y todos los presos políticos por luchar; porque hoy defender la vida es exigir vacunas para todos y todas ya; por plata para salud, trabajo, educación, combate a la violencia machista y no para el FMI.
Por los 30.000 detenidos desaparecidos ¡Presentes! Por nuestros mas de 100 compañeros del PST asesinados ¡Presentes! Porque nos sobran razones, este 24 nos vemos en la calle.
- https://www.fiscales.gob.ar/lesa-humanidad/en-14-anos-de-juicios-se-dictaron-250-sentencias-con-1013-personas-condenadas-y-164-absueltas/