other

Falleció Osvaldo Bayer, el pueblo trabajador ha perdido a un amigo

Hemos perdido a quien le puso letras a episodios heroicos de la lucha obrera, siempre olvidados por la historia escrita para los ricos y poderosos. hemos perdido a un inmenso intelectual, comprometido desde siempre con la causa de la liberación de los trabajadores. Hemos perdido a un gran ser humano, que se mantuvo siempre firme en sus ideas; dándole una nueva vida al ideario anarquista que siempre reivindicó. Una persona que generaba respeto más allá de las diferencias políticas e ideológicas. Quienes luchamos por un mundo libre de explotación y opresión, hemos perdido a un compañero.
La historia argentina siempre fue falsificada por los escribas al servicio de ricos y poderosos. Pero un puñado de intelectuales alzaron su voz para demostrar la falsedad de esos hechos. Que las estatuas de terratenientes fueron construidas sobre los huesos de pueblos bravos, de gauchos rebeldes y obreros irreductibles. Uno de ellos fue Osvaldo Bayer, intelectual, historiador y periodista anarquista
Nacido en Santa Fe en 1927, Osvaldo Bayer fue un historiador, escritor y periodista que se reivindicó toda su vida como “anarquista y pacifista a ultranza”; fue representante gremial de los trabajadores de prensa en los diferentes medios en los que trabajó, llegando a sufrir amenazas por su trabajo periodístico en algunos medios patagónicos.
Más adelante, su clara postura en defensa del pueblo trabajador, lo hizo víctima de las persecuciones de la triple A y luego de la dictadura, que lo forzó a exiliarse en Berlín. Cuando los milicos fueron echados del poder, regresó y continuó con su tarea de rescate de la historia de las luchas obreras; mientras seguía siendo parte de las diferentes luchas populares, por lo general al lado del sector organizado en torno al Encuentro Memoria, Verdad y Justicia. De hecho, en su último cumpleaños fue visitado por Nora Cortiñas y otros referentes de ese organismo de lucha por los derechos humanos

Rescatar la historia obrera

«Nuestras clases dominantes han procurado siempre que los trabajadores no tengan historia, no tengan doctrina, no tengan héroes ni mártires. Cada lucha debe empezar de nuevo, separada de las luchas anteriores. La experiencia colectiva se pierde, las lecciones se olvidan. La historia aparece así como propiedad privada cuyos dueños son los dueños de todas las cosas. Esta vez es posible que se quiebre el círculo…» escribió Rodolfo Walsh en un trabajo sobre el Cordobazo. Y Osvaldo Bayer dedicó grandes esfuerzos intelectuales a eso; narrando historias, batallas y sufrimientos de los desposeídos de nuestro país, así como las luchas de los anarquistas que fundaron el movimiento obrero, especialmente los que vengaron a las víctimas de la oligarquía terrateniente.
La historia también es un campo de batalla contra los ricos y poderosos. No solo para desmontar las mentiras que sostienen su dominio, sino para demostrar la potencialidad de las luchas revolucionarias del pueblo trabajador, con sus fortalezas y debilidades. Bayer dedicó su vida a esta tarea, inspirando a muchos que se sumaron a esa tarea de rescatar a historia de nuestra clase.
Tal vez su mayor trabajo fue sobre lo que él mismo bautizó como “la Patagonia Rebelde” la lucha de los peones rurales de Santa Cruz ahogada en sangre hace casi un siglo. Rescatando la historia de aquellos obreros martirzados, Bayer les dio una referencia, una tradición histórica a los combativos trabajadores de aquella parte del país, como los metalúrgicos de Río Grande, los mineros de Río Turbio, o los heroicos petroleros que han luchado contra el saqueo de nuestro país durante las últimas décadas, como nuestro compañero Daniel Ruíz, rehén del macrismo.

Se nos fue un compañero

«A pesar de todas las profundas divergencias, que ni usted ni yo tenemos la costumbre de negar o atenuar, espero que me permita expresarle mi más cálida estima, por ser un luchador en cada pulgada de su ser» Le escribió nuestro maestro León Trotsky al anarquista italo-americano Carlo Tresca, quien era un gran luchador obrero en los Estados Unidos en la década del ’30. Y algo similar podemos decir de Osvaldo Bayer.
Porque más allá de las diferencias, la trayectoria de Bayer nos ha puesto de su lado de la historia: en la lucha por limpiar el mundo de las injusticias y maldades sembradas por el imperialismo, en la lucha por acabar con la explotación y las opresiones. En ese medio, el de la lucha de los desposeídos por su liberación es en donde debatimos nuestras diferencias.
Hemos perdido a un compañero y maestro; pero sus lecciones, sus obras, las historias que el narró quedan con nosotros para siempre. Es nuestro deber mantenerlas a salvo del olvido, como el hizo con las luchas obreras, populares y de los pueblos originarios.