Esta semana Christine Largade arriba a nuestro país al frente de una nueva comitiva del FMI y otros funcionarios en el marco de los encuentros preparatorios del G20 a realizarse a fin de año. Viene a monitorear los avances del ajuste del gobierno de Macri. El PSTU llama a movilizarse junto a otras organizaciones el próximo sábado 21 a las 12h al predio ferial de exposiciones en señal de repudio a su presencia exigiendo el paro activo y plan de lucha nacional para romper con el Fondo y dejar de pagar la deuda externa.
La titular del FMI no llegará en un buen momento. A pesar de que el Gobierno quiere presentar como superada la crisis, la realidad es otra.
Precios por la nubes
Largade llega justo cuando acaba de darse a conocer el Indice de Precios al consumidor con una suba del 3,7% en el mes de junio. Los índices que más subieron fueron alimentos y bebidas (5,2%) y transporte (5,9%). “Ese resultado cambia de posiciones en la medición anual donde el salto del costo de vida es de 29,5% impulsado en mayor medida por un aumento de 48,5% en el rubro vivienda, electricidad, gas y otros combustibles y de 36,8% en el transporte. Los alimentos subieron 27,5% en un año y dejaron atrás a las subas salariales.”(Clarín 18/7).
Estos números no hacen otra cosa que confirmar la situación angustiante que los trabajadores vivimos todos los días en nuestros hogares. La plata no alcanza y encima el ministro Dujovne anunció que en el presupuesto 2019 el recorte en los servicios sociales será mayor ($ 100 mil millones más de lo previsto), que ascenderá a los 300.000 millones de pesos.
El hambre avanza y la bronca se acumula. La situación social es una verdadera bomba de tiempo que cualquier detónate la puede hacer estallar. Ya empiezan a verse en algunos barrios a los vecinos impidiendo que se realicen los cortes de los servicios ante los tarifazos. Y lamentablemente vuelven las ollas populares en las puertas de los supermercados y los clubes de trueque vecinales para poder parar la olla.
Se destapó la olla
A todo esto, al gobierno se le terminan de caer las caretas. Pese al cerco mediático se ha destapado la olla de corrupción que dibuja aportes truchos en la campaña electoral de Cambiemos 2015 como mecanismo de blanqueo de financiamiento de capitales de origen oscuro. La propia gobernadora de Buenos Aires María Eugenia Vidal está salpicada y empieza a caer su imagen en las encuestas. Para colmo, la oficina anticorrupción que conduce Laura Alonso también está sospechada por adjudicar en forma directa un millón de pesos por trabajos de prensa a una empresa vinculada con el PRO. Nada muy distinto a la era kirchnerista.
Asimismo, Largade podrá ver de primera mano cómo se movilizan miles y miles por el derecho al aborto seguro y gratuito ante la contraofensiva de los sectores más reaccionarios encabezados por la Iglesia católica y el Papa Francisco. (ver suplemento especial)
Con cartas y reuniones no alcanza. Macri y el FMI se tienen que ir
Más allá de las declaraciones de ocasión, lejos de encontrar un gobierno fuerte y con confianza en poder llevar adelante el plan económico acordado, la titular del FMI encontrará un rechazo generalizado.
Así es como referentes de movimientos sociales, dirigentes de la oposición, gremialistas, actores, periodistas y representantes de diversos organismos de derechos humanos, en su mayoría pertenecientes al movimiento 21 F o alguna facción del peronismo (kirchneristas, no kirchneristas o del Frente Renovador), firmaron una carta dirigida a la titular del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde , en rechazo al acuerdo entre el Gobierno y el organismo internacional, señalando que «la explosiva situación social que vive la Argentina seguramente se agravará a medida que se apliquen las medidas pactadas».
Sin embargo, lejos de organizar la lucha y dar continuidad al parazo del pasado 25J para derrotar esta entrega, estos dirigentes ponen el freno y siguen con la tegua. En ese sentido, ya están pautadas reuniones con gobernadores, dirigentes de la CGT y de la oposición peronista para garantizar que el plan sea “viable”. En criollo, quieren acordar que la oposición siga como hasta ahora: posando para la foto y en el congreso como opositores mientras dejan correr el ajuste en nombre de la “gobernabilidad”.
No hay nada que negociar con estos buitres que nos chupan la sangre y sólo piden ajuste tras ajuste. No alcanzan las cartas y las declaraciones para derrotar este plan de hambre y miseria. Para los trabajadores “no hay 2019” como dicen sus slogan de campaña porque queda muy lejos. Esto no da para más. No hay nada que esperar. Son ellos o nuestras familias. Hay que romper la tregua y seguir con paros nacionales, movilizaciones y medidas de acción directa hasta echar a Macri Y al FMI ya mismo. Cuanto antes mejor. Ya hemos demostrado la fuerza que tenemos. Y es por este camino que construiremos una alternativa para dar una verdadera salida en favor de los laburantes, sin los partidos y los dirigentes que ya fracasaron y nos trajeron hasta acá.
Hay otra salida: No pagar la deuda
Para combatir el hambre y la miseria hay otro camino. Debemos romper todas las ataduras con el FMI y el G20, empezando por dejar de pagar esta deuda usuraria e impagable. Podemos usar todos esos fondos para llevar adelante un plan de obras públicas que den trabajo, infaestreuctura, y servicios a la población, con fines verdaderamente productivos y no como hacen ahora que se llevan toda la guita para afuera.
Debemos renacionlaizar y reestatizar todos los recursos naturales, los servicios públicos, y las finanzas que hoy están en manos de las multinacionales para ponerlas a producir bajo control obrero. Estas pueden ser algunas medidas de un plan de emergencia obrero y popular.
En definitiva, debemos retomar el camino de la lucha por la segunda y definitiva independencia para que esta vez la crisis la paguen quienes la provocaron: los bancos y las multinacionales.