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FMI Y PACTO SOCIAL, VIEJAS RECETAS PARA REVENTAR AL PUEBLO TRABAJADOR

Hace solo algunos días el FMI llegó a la Argentina con el fin de renegociar la Deuda con ese organismo. En medio de una situación marcada por la crisis económica y el desarrollo de la pandemia, la visita del viejo amo es bien recibida por ambos lados de la supuesta grieta, con gestos para complacerlo, como las últimas medidas económicas, tremendamente favorables a las patronales y a las multinacionales (ver página 4) y la reactivación del Pacto Social. Esta película ya la vimos y, si no la frenamos, para el pueblo trabajador termina muy mal.

Mientras los casos de contagios y muertos por coronavirus siguen creciendo, y la pandemia parece estar naturalizada (ver página 5), la debacle económica en la que estamos golpea brutalmente al pueblo trabajador. Aunque aún no haya un nivel de respuesta acorde a los ataques que sufrimos, las luchas (a pesar del papel de ministro de gobierno de los dirigentes de las centrales sindicales) se multiplican (ver página 3), dejando ver que no va a ser tan fácil hacernos pagar todos los platos rotos.

El Gobierno, a menos de un año de asumir tiene un importante desgaste, desilusión de sus votantes y crisis interna. Su carácter de gobierno de alianza, que involucra diversos sectores, es cada vez más visible y frente a situaciones álgidas se ven las rispideces y los matices en la política (como en lo de la toma de Guernica, entre otros ejemplos). Sin embargo, la orientación del Gobierno en los hechos es bien clara y definida.

El caso de Vicentín, en el que luego de anunciar la expropiación parcial de una empresa quebrada por las “transfugueadas” de sus dueños, pidió disculpas, vale de botón de muestra de toda una política en la que ni siquiera se animan a avanzar con las medidas mínimas que ellos mismos anunciaban. Otra muestra más es el de la legalización del aborto, prometida desde la campaña electoral.

La oposición patronal ganó la iniciativa en las calles, en un principio contra la expropiación de Vicentín, luego contra le Reforma Judicial, siempre con el reclamo contra el aislamiento social de trasfondo. Es una oposición gorila, que se ubica abiertamente a la “derecha” del gobierno, criticando sus medidas supuestamente progresistas y que se monta sobre su desgaste para llevar tras de sí, no solo a los sectores medios altos, sino también a sectores comerciantes o de la clase media empobrecida por la crisis.

La tan mencionada grieta es negocio para ambos, que ya arrancaron la carrera electoral. Imponer la idea que la gran rivalidad es entre los de Macri y los de Alberto les sirve por un lado para mantener a sus adeptos y ganar decepcionados con el oponente. Pero sobre todo para esconder cuál es la verdadera grieta, la irreconciliable, la de los intereses de los empresarios y las multinacionales con el pueblo trabajador.

Sumisión al FMI y Pacto social

Quizá el aspecto más fundamental en el que la grieta no se ve es en relación al FMI. En este país, el pueblo trabajador sabe muy bien lo que significan las “ayudas” de este repudiado organismo usurero, más ajuste, hambre y miseria. Por eso, cuando Macri pidió un nuevo préstamo al FMI el repudio fue masivo y los sectores políticos y sindicales participantes del gobierno actual, salieron a repudiar el acuerdo. Los carteles de “Fuera FMI” en las marchas kirchneristas parecen haber quedado en la historia, hoy todos esos mismos dirigentes reciben al FMI con los brazos abiertos.

La contradicción es tan evidente que quieren mostrar que el Fondo cambió, y la propia titular del organismo declaró: “No venimos a la Argentina a pedir más ajuste”. Sin embargo, el acuerdo recientemente firmado con el gobierno de Ecuador obliga a dicho país a subir en un 15% el IVA y a recortar el gasto público.

El gobierno de Fernández que prometió una Argentina de pie, va de rodillas a negociar con el Fondo el refinanciamiento de la Deuda por U$S 44.000 millones. Es decir, que el acuerdo repudiable lo vamos a pagar, más tarde o más temprano, los trabajadores y trabajadoras del país.

Como una señal al servicio de esa renegociación, el Gobierno retomó el Pacto Social el día lunes y contó con la presencia de representantes de la CGT (con siete dirigentes), la CTA y la CTEP, Miguel Acevedo y Carolina Castro por la Unión Industrial Argentina, las cámaras de Comercio y de la Construcción, José Martins por el Consejo Agroindustrial (que mañana volverá a reunirse con el gobierno) y dirigentes de la banca pública y privada.

Como ya hemos mencionado en anteriores ocasiones, el Pacto Social es un acuerdo entre el gobierno, los empresarios y los dirigentes sindicales al servicio de maniatar la resistencia obrera y popular al ajuste que necesariamente se profundizará de la mano del FMI.

La posibilidad de un acuerdo que pueda beneficiar tanto a empresarios como a trabajadores, “un capitalismo en el que ganemos todos” como supo decir Alberto Fernández, es una ilusión al servicio de que sigan ganando los mismos de siempre, y los de abajo paguemos la crisis con pérdida de derechos laborales y previsionales, pérdida de salario y puestos de trabajo.

Fuera el FMI, abajo el Pacto Social

Muchos compañeros y compañeras, con buenas intenciones, creen que solo existe otra salida, la de intentar la mejor negociación posible con el FMI. Romper relaciones con el FMI y dejar de pagar la Deuda Pública Externa y fraudulenta no solo es posible, de hecho, Argentina y otros países han caído en default varias veces, sino que también es indispensable para poder solucionar las necesidades básicas insatisfechas que hoy tiene el 50% de la población.

En Costa Rica la movilización popular impidió que el gobierno avance con su acuerdo con el FMI. Debemos unir todas las voces que rechazan la visita de este organismo para empezar a gestar la movilización contra el acuerdo, rompiendo el Pacto Social y para que no se les pague ni un peso, mientras haya un solo niño mal alimentado en Argentina.

Está visto que una salida a la crisis en beneficio del pueblo trabajador no vendrá de la mano de este Gobierno, ni de ninguno que represente los intereses de las multinacionales y los empresarios. Los trabajadores necesitamos tomar en nuestras propias manos la tarea de lograr una Segunda y Definitiva Independencia e imponer un gobierno de los trabajadores y el pueblo, que organice la economía al servicio de las necesidades de la mayoría de la población, en camino al socialismo. Al servicio de esta tarea construimos el PSTU, te invitamos a desarrollarla con nosotros y nosotras.