FRIGORÍFICO AMANCAY: ¡BASTA DE ACOSO SEXUAL Y LABORAL!

Entrevistamos a Karen Giménez, obrera despedida del Frigorífico Amancay en zona norte, quien luego de ser acosada por su jefe, es despedida por decir que NO.

AS: Contanos quien sos y que labor desempeñabas en el frigorífico

KG: Soy Karen, trabajé aproximadamente 4 meses en el frigorífico Amancay, en el sector de producción y envasado de carnes. Todo ese tiempo trabajé sin contratación laboral legal, como la mayoría de los trabajadores de los frigoríficos. 

AS: ¿Qué situación desencadenó tu despido y posterior denuncia?

KG: Luego del primer mes de trabajo, el jefe Sebastián Páez comenzó a enviarme mensajes a través de mis propios compañeros, insistiendo en que saliéramos, tuviéramos algo, y siempre me negué a acceder a sus insistentes pedidos. Es por eso que me despiden, por negarme, así es como realizo la denuncia en la Comisaría de la Mujer de Pilar, por acoso laboral. Esto lo hice hace varios meses, pero nunca había habido ninguna respuesta ni siquiera me habían tomado declaración. Encima, comencé a recibir ataques de este hombre, amenazando con iniciarme acciones legales si no cesaba en mi “ataque público” hacia él.

AS: ¿Hubo cambios en la situación legal en estos últimos meses?

KG: Luego de varios meses, acompañada por distintas organizaciones de la zona como la Lista Roja de la Carne, varios partidos de izquierda como el FIT-U, OS, y varios más, realizamos movilizaciones, solo después de eso me citaron a declarar y empezar a mover la causa penal. La causa es por amenazas, nunca la caratularon como acoso laboral ni sexual. 

AS: ¿cómo sigue el reclamo y que es lo que exigís?

KG: Yo tengo dos hijos y necesito el trabajo, está muy difícil conseguir otro en estos momentos, exijo justicia y la reincorporación, porque mi despido fue totalmente injusto.

 

 

CONTRA EL MACHISMO Y POR LA AUTODEFENSA

Queda clarísimo el rol de la Justicia frente a las mujeres trabajadoras que levantan su voz y reclaman. Sin organización y movilización la causa no hubiera avanzado, favoreciendo a quien no solo acosó a Karen, sino que también la despidió de su trabajo, dejándola sin el sustento para su familia. 

Este caso también muestra la necesidad de trabajar dentro de los lugares obreros la ESI (Educación Sexual Integral), para que se logre entender que las mujeres no somos cosas sino compañeras y que nos defendemos y fortalecemos entre nosotros y nosotras.  Necesitamos pelear de conjunto para erradicar estas prácticas machistas de los lugares de trabajo, para que las mujeres trabajadoras avancemos en nuestros derechos de manera igualitaria con nuestros compañeros varones. Es obligación de los sindicatos educar en este combate y organizarnos para pelear contra esto, pero somos nosotres quienes debemos impulsar desde abajo para que esto suceda, y ponerlo en práctica. Que en cada sindicato exista una Secretaría de Mujeres y se organicen comités para trabajar la cuestión dentro de los mismos