Imposible no indignarse. Cuatro chicos fueron asesinados mientras eran perseguidos por la policía, que disparaba al auto en el que viajaban.
La llamada “Doctrina Chocobar”, disparar por la espalda, a matar, sin dar la voz de alto se cobra cuatro nuevas victimas. El crimen: ser pobre. Según datos de CORREPI, al 24 de mayo se contaban 26 muertes por gatillo fácil o en centros de detención, solo durante el mes de mayo. Más de un muerto al día.
El Gobierno es responsable de esta situación. La ministra de seguridad, Patricia Bullrich viene respaldando este accionar como el camino a seguir.
Brutalidad policial. Una continuidad que alarma
Esto no es nada nuevo. El gatillo fácil y la complicidad political viene cobrándose vidas desde hace tiempo. Ya en el 91, Walter Bulacio era detenido y asesinado en un recital de los redondos, o Luciano Arruga, a quién la policía secuestró, mató y desapareció en el 2009 por negarse a robar para ellos. Podemos mencionar también el caso de Julio López como un claro ejemplo de que incluso siguen operando sectores mafiosos de la dictadura dentro de la policía bonaerense.
La Descomposición capitalista y el cinismo son los asesinos.
Ni siquiera podemos reducir la cuestión a las fronteras nacionales. En Rio de Janeiro la policía está detrás del 19% de los asesinatos que se producen en la ciudad. En 2017 la policía de EEUU asesinó 1.129 personas (casi tres por día), de los cuales una cuarta parte eran afroamericanos.
Leyendo esta información resulta una burla el decir que “la policía está para defender al ciudadano”. Ese “ciudadano” no es más que quienes son dueños de los bancos, las fábricas, las tierras y toda gran fortuna en general. La policía, el ejército y todas las fuerzas armadas tienen como finalidad la protección y el resguardo de la propiedad privada de los medios de producción.
Por eso no se mosquean si tienen que liquidar a la «población sobrante», es decir a aquellos a los que el sistema no puede incluir ni siquiera como explotados. El propio sistema los ha excluido en el desplazamiento de la mano de obra del proceso productivo.
La descomposición del capital arrastra la descomposición de sus propias fuerzas de seguridad. La policía se transformo en la gran organizadora del delito (desde el hurto, hasta el narcotráfico y las redes de trata).
Todo esto que decimos no es más que el capitalismo en su expresión más pura. Un sistema donde unos pocos ganan millones a costa de la gran mayoría y donde esa mayoría se ve confinada al hambre y hasta a la mismísima muerte a manos de los agentes del sistema.
Los trabajadores tenemos una salida.
Frente a este panorama creemos que hay una solución y que sólo la puede tomar la clase obrera en sus manos. Por eso planteamos toda una serie de cuestiones que apunten a disolver el aparato represivo que se lleva la vida de los jóvenes y organiza el delito.
*Control de organismos de derechos humanos, organizaciones obreras, populares y estudiantiles de las comisarías, secretarias y ministerios de seguridad.
*Basta de desocupación. Ocupación de toda fábrica que cierre o despida. Reparto de horas de trabajo sin afectar el salario.
*Plan de urbanización de todos los barrios populares. Queremos hospitales, cloacas, clubes y escuelas para nuestros pibes.
*Fuera los narcos de los barrios. Desmantelamiento de las redes de tratas. Apertura de los libros contables de los casinos, bancos y financieras.
*Contra las mafias y la violencia policial, organización de la autodefensa desde los sindicatos, comisiones internas, centros de estudiantes
*Fuera Ritondo, Vidal, Bullrich y Macri. Responsables políticos del asesinato de los pibes de monte.