El 30 de noviembre en el cual se terminó el plazo del acuerdo de suspensión a los trabajadores suspendidos en marzo (cerca 350) firmado por SMATA y General Motors.
Recordamos que dicho acuerdo, consistía en que al finalizar ese tiempo, se procedería a los despidos y que para evitar perder dinero de indemnización, la empresa y el gremio, invitaba a los suspendidos a firmar acuerdos de desvinculación.
Sin embargo, la situación económica de muchos suspendidos hizo que vayan firmando esos retiros voluntarios, la empresa y el gremio han acordado una extensión de 30 días.
¿Porque se estira 30 días?
Simplemente por el costo político dentro de la planta, porque, aunque en gran parte la patronal impuso su postura, lo que lo que hubo en la fábrica fue una rebelión.
Las asambleas rechazaron el acuerdo, el gremio siguió adelante con ello, los trabajadores denunciaron los ritmos de producción y las lesiones y el SMATA hace oídos sordos.
Pese que ya quedan menos suspendidos sin arreglar un retiro voluntario, ir a despidos en la planta generaría otra nueva rebelión con un final abierto, ya que los principales puntos que propuso el Comité de Lucha están más vigentes que nunca y la realidad comprobó su actualidad.
¿Un mes de espera o de lucha?
La patronal también está mirando que pasa con las reformas que impulsan junto al Gobierno, pero también que puede pasar con los sindicatos, esta extensión solo fue una tregua firmada con el gremio, sin embargo no hay que bajar los brazos, impulsando la organización y reclamo ya que debemos unir la vuelta a los puestos de trabajo de los suspendidos, los reclamos del servicio médico, la ART y frenar la reforma laboral.
Solo así podremos tener las condiciones para derrotar estas políticas nefastas. Para ello no solo es importante retomar las asambleas generales sino también la coordinación con otros gremios y organizaciones que están movilizadas contra las reformas.
No olvidarse de los 350 suspendidos
Para el gremio y la patronal los 350 eran un estorbo, a lo cual tiraron a la deriva. Para nosotros no, ya que atrás de cada suspendido hay una familia. Y si por la situación económica fueron obligados a arreglar, hoy, pasando estos meses podemos decir que la plata del retiro se lo llevaron los bancos, los prestamistas, que muchos pusieron emprendimientos que han fracasado. Por eso también debemos tenerlos en cuenta, para formar una bolsa de trabajo de todos los despedidos de la industria automotriz de Rosario.
Debemos en cada fabrica o concesionaria poder volver insertar laboralmente a esos compañeros.
Por nuevos dirigentes
El próximo año se deben realizar las elecciones de delegados de GM. Es la oportunidad de cambiar a los delegados que firmaron el acuerdo y otros que se borraron de la lucha de los suspendidos.
La necesidad de barrer con esos traidores es posible. Los trabajadores vieron con sus propios ojos lo que paso y como actúan. Para poder estar mejor hay que sacar de cada sector a esos delegados traidores poniendo nuevos dirigentes que retomen las asambleas y el programa del comité de lucha.