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Gobierno y oposición patronal: la vida por los votos

El FpV golpeado, pacto de Macri con Carrió, Massa con la burocracia sindical, UNEN averiado.
Ninguno es alternativa para los trabajadores.

 

La crisis explosiva abierta en Argentina por la muerte del fiscal Nisman desvela a todos los candidatos patronales que se desesperan por una resolución que frene toda movilización popular y proponen diluir la investigación, junto con la causa AMIA, en una vía judicial sin salida.
Mientras tanto para contener la crisis económica el gobierno recurre al “apoyo” de China, otorga gigantescos subsidios a los capitales locales que compran deuda pública a tasas usurarias, agravando la crisis de la deuda pública, y busca financiamiento internacional a través de YPF para lo cual paga el petróleo 40 % más que el caído precio que registra en el mercado mundial.
En esta situación el kirchnerismo es el gran perdedor aunque se esfuerce en disimularlo hablando de que “Clarín Miente”, de las “bondades del modelo”, de la “revolución ferroviaria” de Randazzo – con los vagones comprados a China – o de las cifras récord de la temporada turística. La mayoría de los trabajadores y demás sectores populares miran al gobierno como el principal culpable de sus castigados bolsillos y le asignan responsabilidad en la muerte de Nisman.
Los candidatos del gobierno retrocedieron. Una reciente publicación otorga a Scioli un 18%, a Randazzo un 5% y a Aníbal Fernández un 1,5%.1 Con este panorama el gobierno se aferra alsalvavidas de Scioli aunque éste no le responda ciegamente.

 

Oposición patronal: el baile de la escoba

Mientras tanto en los partidos de los otros candidatos presidenciables es tan grande el apetito por los cargos que todo sucede como si estuvieran esperando una palmada de manos para cambiar de partido.
El boom fue la concreción del acuerdo Macri-Carrió, que unieron sus respectivos y vacíos slogans: “Gestión” con “Mafia o República”. En el olvido quedaron viejas ofensas como por ejemplo cuando Lilita acusó a su actual socio político de jefe de los “barrabrava de Boca” y de liderar una conjunción de “negocios, política y violencia”.2 Ahora se juntan en la loca carrera por los votos.
Pero el efecto más importante de ese pacto es dinamitar a UNEN y a la UCR.
El radicalismo quedó partido en tres, en espera de su Convención Nacional de marzo. Una parte, dirigida por Sanz, apoya el acuerdo: por eso Macri anotó para la vicegobernación de Neuquén al radical “Pechi” Quiroga. Otro sector lo rechaza: Cobos-Alfonsín. Un tercer bloque pacta con Massa, como Morales de Jujuy. Paralelamente la UCR, el PRO y el Frente Renovador han dado vía libre a distintos rejuntes provinciales.
Mientras Pino Solanas vinculaba a Carrió con Stiuso y el partido de ésta lo acusaba de mentir descaradamente, Binner recogía los pedazos de UNEN donde solo le quedó el débil apoyo de Libres del Sur (Victoria Donda – Humberto Tumini).
Massa recibió el apoyo del burócrata petrolero Pereyra, segundo de Moyano en la CGT, senador del MPN, especialista en acuerdos de “paz social” con el gobierno K. Y estuvo de campaña por los lugares de veraneo asesorado por Ramiro Agulla, el mismo que le hizo a De La Rúa el libreto del spot “Dicen que soy aburrido” y que ahora le escribió a Massa el guión del criticado “Contame cuáles son tus sueños”, con acentos de varias provincias. También Massa se entrevistó con la CTA opositora a la que prometió eliminar el impuesto a las ganancias y revisar los contratos políticos de La Cámpora. “Estamos halagados por la presencia de Sergio y de su equipo” retrucó Pablo Micheli.3
Sanz de la UCR, no descartó una interna única Massa-Macri; lo mismo hizo Gustavo Posse, el itinerante de San Isidro (de origen radical, se pasó luego con Massa y ahora con Macri). La interna única de la oposición es una salida que algunos analistas atribuyen al grupo Clarín. Aunque es improbable, guardan ese as en la manga por si es necesario contener un posible agravamiento de la crisis y en aras de intentar recomponer dos opciones patronales – una más de derecha y otra más “progresista” – que se alternen en el poder (bipartidismo). Justamente uno de los grandes problemas que tienen las patronales es la división y dispersión de sus dos grandes partidos tradicionales: el PJ y la UCR.
El periodista K Horacio Verbitsky arriesgó que si la oposición no se une ganaría el FpV en primera vuelta. Pero la enorme contradicción del kirchnerismo es que el beneficiado sería Scioli un candidato simpático para la “corpo”.

 

Basta de las mismas recetas

El año electoral arranca con desdoblamientos electorales tramposos, hechos a la medida de los intereses de cada feudo municipal y provincial, que buscan evitar que la elección nacional les arrebate votos locales. Así habrá elecciones municipales en Mendoza en febrero, luego le seguirán Salta, Santa Fe, Ciudad de Buenos Aires y Neuquén, entre otros. A esto se suma que sigue rigiendo la barrera proscriptiva de las PASO: por lo tanto en algunos distritos habrá ¡cuatro elecciones durante 2015!
El kirchnerismo o las distintas variantes peronistas, Macri-Carrió, UNEN, la centroizquierda o la nueva izquierda, todos con distintos matices tienen propuestas para gobernar junto y para los empresarios, banqueros y buitres. Dan la vida por los votos para sacar tajadas del ajuste y la entrega: ninguno sirve para sacar a los trabajadores y al país del pantano patronal e imperialista.

Notas:
1 Clarín, 01/02/2015, Fara y asociados
2 Página 12, 16/02/2007
3 CTA, 04/02/2015

 

 

Frente de Izquierda y de los Trabajadores

Aprovechar las elecciones para llevar una salida obrera a las luchas

El FIT tiene el único programa electoral alternativo a la vieja política: para que la crisis la paguen las grandes patronales y banqueros, por el no pago de la deuda externa, reestatización de las empresas privatizadas, recuperación del petróleo y demás recursos naturales, todo bajo control de los trabajadores. Y que enfrenta la falsa disolución de la ex SIDE, reclama la disolución de todos los servicios de inteligencia, que se abran todos los archivos secretos y que se vaya Milani, entre otras propuestas de fondo que nadie impulsa.
Sus tres integrantes principales: PO, PTS e IS no pueden limitarse a declaraciones o acciones parlamentarias. Tampoco pueden seguir dando respuestas individuales y a veces enfrentadas entre sí, ante las necesidades de la clase obrera y los sectores populares, como sucedió el año pasado con los encuentros de Atlanta y del Luna Park.
El FIT debe estar al servicio de los trabajadores y de sus luchas, de la organización unitaria de los activistas, comisiones internas de fábrica, sindicatos antiburocráticos.
En el terreno electoral, el FIT debe abrirse para que ingresen y encabecen sus listas esos mismos compañeros y para dar representación y participación en sus decisiones a los demás partidos políticos que lo integramos.