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Golpe a la ilusión del “Progresismo” K

En un abrir y cerrar de ojos la candidatura de Randazzo se esfumó, y en una minicumbre de crisis en Casa Rosada, Cristina decidió cerrar filas tras la candidatura de Scioli. El temor a una derrota llevó a los K al “pragmatismo”: Abandonar todo intento “progre” y acompañar a Scioli. Tras lo ocurrido les proponemos a los honestos luchadores que creyeron en los K, que quieren luchar contra los fondos buitres, que buscan defender los derechos humanos, que rechacemos juntos la candidatura de Scioli y votemos al Frente de Izquierda.

La decisión de Cristina Kirchner provocó un tembladeral en el kirchnerismo. Randazzo envió una carta pública a Cristina, y se fue del gobierno que tantas estaciones de tren le habia hecho inaugurar. El gobierno intentó explicar que Scioli es “su” candidato, que siempre fue fiel a Cristina, que con él el “modelo” tendrá continuidad, etc, pero la realidad es que Scioli siempre tuvo su propio perfil y construcción, es un dirigente muy vinculado a las grandes empresas y grupos económicos, la Iglesia, las Fuerzas Armadas y la “maldita policía”, lo peor del PJ, las intendencias del conurbano, la burocracia sindical, y el menemismo. Sin duda, la decisión de bajar a Randazzo es un gran triunfo de Scioli que avanza en el control del aparato del PJ. ¿Qué llevó al kirchnerismo a tomar esta decisión?

Una perspectiva con nubarrones

A pocos días del cierre de listas para las PASO, el gobierno se encontraba ante una delicada situación. Había impulsado un agrupamiento del “kirchenrismo puro” que se encolumnaba detrás de la candidatura de Randazzo para darle batalla a Scioli en las PASO, pero esa lista iba camino a una contundente derrota. Y de cara a las elecciones de octubre, las encuestas lo dan a Scioli con apenas 7 u 8 puntos delante de Macri, sin posibilidad de ganar en primera vuelta y con la perspectiva de ir al ballotage, lo cual es un peligro para los K. En el gobierno saben que existe un alto porcentaje de la población dispuesta a votar cualquier cosa con tal de que se vayan de la Casa Rosada. A pesar de una leve levantada de la imagen de Cristina en los últimos meses, la imagen del gobierno sigue cuestionada, el descontento por la pobreza, la inflación, los bajos salarios, es inocultable y la ruptura política con el kirchnerismo continúa. Tan débil está el gobierno, que hasta Macri se agrandó y rechazó una alianza con Massa porque todo indica que cuanto más “puro” aparezca el PRO, mas“opositor”, y menos ligado al PJ, más posibilidades tiene de ganar. Es decir, a pocas horas del cierre de listas, el kirchnerismo estaba en graves aprietos, la perspectiva de una derrota en las PASO, y la complicada perspectiva de las elecciones de octubre, hizo que Cristina acelerara los pasos, diera por terminada la “aventura Randazzo”, quien se enteró por los medios de comunicación que ya no era candidato. Al igual que miles de jóvenes militantes y dirigentes K, a quienes sus dirigentes les están diciendo que el progresismo es ahora el sabor amargo de votar a Scioli.

Zannini, Wado de Pedro y La Cámpora comparten listas con Scioli

Cualquier nubarrón que plantee la perspectiva de una derrota aterra a los K, no sólo políticamente. Desde Boudou, hasta Cristina, desde Aníbal Fernández, hasta los jefes de La Cámpora todos tienen en sus hombros denuncias de corrupción, y negociados, lo que significa que tendrán que vérselas con la justicia. Y si bien la justicia es tan corrupta como ellos, más de uno teme terminar preso por lo cual necesitan cargos que les den inmunidad, como ocurrió con Carlos Menem, el ex presidente que quedó convertido en “senador vitalicio”para evitar los múltiples fallos que lo condenan. Los K saben que una derrota los puede dejar en estado de indefensión, frente a tantos enemigos que han sabido cultivar. Por eso en las listas de Scioli han puesto funcionarios y dirigentes del “riñón” que defiendan los negocios y la continuidad de la estructura K, cerrando filas con Scioli, lo que les permite dar una pelea contra Macri mostrándose unidos, para jugársela y lograr una victoria en primera vuelta. La ubicación de Zannini es clave en el armado, es un hombre con formación marxista por su paso por el maoísmo, que viene trabajando con los K desde Santa Cruz, y siempre fue parte de la “mesa chica” K. A la muerte de Néstor Kirchner impulsó desde la Secretaría Legal y Técnica el abandono de la “transversalidad”, la campaña contra los fondos buitres, el matrimonio igualitario, todo una política de presentarse como una fuerza “progresista” y de construcción de un gobierno “puro K”, que incluyó el lanzamiento de nuevas figuras como Kicillof, Recalde, Wado de Pedro, e incluso el propio Máximo Kirchner para reposicionar un delfín sucesor de Cristina. Este “giro” del gobierno tras la muerte de Néstor hizo que hubiera una tensión permanente con el PJ. La tensión llegó a Scioli y la burocracia sindical, la ruptura con Moyano, y el comienzo de un ataque furibundo contra Scioli al que varias veces lo dejaron sin dinero ante graves conflictos como la huelga docente del 2014 en Buenos Aires. Pero todo el “discurso progre” se dio de bruces con la realidad de la entrada con fuerza de la crisis mundial del capitalismo al país. Se terminó el crecimiento a “tasas chinas”, el “boom” sojero, se disparó la pobreza, la inflación por las nubes, y comenzaron los nubarrones de recesión en la economía. El descontento con el gobierno comenzó a expresarse en paros generales contundentes y movilizaciones y luchas muy importantes.

La careta “progre” deja paso al “pragmatismo”

Ahora, ante la perspectiva de derrota, el kirchnerismo desanda el camino. Scioli ya no es “el enemigo”, como lo afirmaba Hebe de Bonafini, y la Cámpora. Ahora Wado de Pedro y Kicillof no tienen inconvenientes en ubicarse en las listas detrás de los hombres de Scioli, la careta del discurso “progre” está llegando a su fin, y con ella, las ilusiones de quienes apostaron al kirchnerismo como una herramienta política para enfrentar al imperialismo, impulsar la unidad de los países de América Latina contra el FMI, o luchar por los derechos humanos. Con la candidatura de Scioli esta careta se cayó, desnudando la realidad de un proyecto como el de los K, al cual siempre hemos denunciado por no ser lo que pretendían mostrarle a muchos trabajadores, jóvenes y activistas que creyeron en él. Desde el PSTU les proponemos a los luchadores que creyeron en los K, que quieren luchar contra los fondos buitre, que buscan defender los derechos humanos y las minorías, que rechacemos juntos la candidatura