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Gran jornada por la Absolución de los condenados del 18 de diciembre

El pasado 13 de abril  se realizó la audiencia de Casación Penal para ratificar o no las condenas por las jornadas del 18 de diciembre de 2017 donde más de 200 mil personas de diversos sindicatos, de organizaciones de desocupados, jubilados y de diversas fuerzas políticas se manifestaron contra la ley que perjudicaba a las jubilaciones, pensiones, asignaciones familiares y a los veteranos de guerra. Fue sin duda una jornada heroica de nuestra clase obrera argentina, y por ello el ataque de las instituciones del Estado y el empresariado contra los luchadores.

Por Daniel Ruiz (preso 13 meses en el penal de Marcos Paz

y condenado a 3 años de prisión)

 

Un poco de historia, las jornadas de diciembre de 2017 fueron teñidas por varios elementos, de los cuales se destaca primero que el Gobierno de Cambiemos venía de ganar las elecciones de octubre de ese año, nada menos que en Buenos Aires, a Cristina Kirchner. Ese no es un dato menor porque la clase obrera y popular todavía tenía en la mente los dos últimos años de mandato como presidente de los K y en ellos hubo ajustes, represión y salarios a la baja. Pero también que en los 2 años de Macri la oposición K no hizo nada o en el mejor de los casos votaba con ellos leyes anti obreras. Este hecho precipitó la bronca y determinó un mensaje a la clase capitalista desde la clase obrera y popular: “Si los políticos no hacen nada, si nuestros votos no sirven, entonces lo haremos nosotros como sea”: es por ello que las marchas se masificaron y también con ello ningún miedo a enfrentar la represión.

Como siempre de la periferia al centro

Nuestro pueblo tiene una tradición, cada movilización en CABA viene precedida por grandes luchas en el interior, por ello los Cordobazos y Rosariazos fueron antesala de los ‘70, las huelgas petroleras y de peones rurales de la Patagonia de 1919 fueron los pasos previos de la Semana Trágica, las huelgas obreras en todo el país entre 1936 a 1943 dieron origen al 17 de octubre de 1945, las luchas de los piqueteros desde 1996 al 2000 alimentaron la fuerza del Argentinazo del 2001. Y en 2017 no fue la excepción: solo volver a mirar los piquetes petroleros, de los mineros de Río Turbio, de astilleros en Río Santiago, de Fabricaciones Militares, de General Motors en Rosario, antes de diciembre de 2017, ya  nos marcaba que las jornadas de diciembre serían fuertes e importantes.

Es por ello que las marchas contra la Organización Mundial del Comercio (OMC), de los Movimientos Sociales y la del propio 14 de diciembre fueron brutalmente reprimidas. Se vieron momentos de resistencia obrera, antesala de lo que pasó el 18 de diciembre. A esas confrontaciones clase, a esa determinación, la burguesía, el Estado y el imperialismo le tuvieron miedo, por ello la persecución hasta nuestros días.

Persecución, presos, allanamientos y atentados

No podemos minimizar cada hecho de la clase política y el Estado capitalista contra el 18D, por ello la persecución a Sebastián Romero, las órdenes de detención a Cesar Arakaki y Dimas Ponce, los allanamientos y los atentados o “robos casuales” a nuestro abogado, a Germán Tonero y a otros compañeros de las organizaciones.

Así después de 9 meses, llegó mi detención arbitraria, pero también la celeridad de la Justicia para usar el Código Penal contra los luchadores, cuando siguen sin pisar la prisión políticos corruptos como Macri, Cavallo, así como militares genocidas y otros criminales.

Tribunal de los ricos y el verdadero tribunal popular

Si algo quedó demostrado en estos años y teniendo en cuenta las causas anteriores de persecución, es que todo el sistema capitalista y esta Justicia, es para los ricos: está escrita por ellos y a su servicio.  Para mantener sus privilegios montaron todo un aparato represor, no solo en los juzgados sino hasta en las cárceles y con ello un sinfín de burócratas que viven de las migajas del infame sistema que ayudan a sostener. Y allí están, se llaman jueces, fiscales, policías, penitenciarios, funcionarios judiciales, abogados, la defensoría del pueblo y tantos otros más, como los medios de comunicación masiva, que lo único que hacen es brindar su servicio para que los ricos duerman tranquilos.

Sin embargo hay otro tribunal aún no oficializado, pero que tarde o temprano se impondrá y son las organizaciones obreras y populares que durante estos años fueron no solamente solidarios, sino con un compromiso fundamental para que la lucha obrera no sea criminalizada. Fueron ellos que con actos, marchas, juntada de firmas, con carteles o con mensajes de apoyo no nos abandonaron ni un día y nos absolvieron desde el mismo 18 de diciembre. Ellos en gran parte, tanto a nivel nacional como internacional, fueron los protagonistas de una gran marcha con miles de personas en CABA y en otras ciudades del país para exigir nuestra absolución.

Hay que ir por más, tenemos que cambiar las cosas de raíz

Los golpes al bolsillo del pueblo trabajador y la fuerte persecución a los que luchan nos están marcando que debemos subir la vara, no solo por la necesidad imperiosa de la autodefensa ante la represión o las campañas amplias y unitarias contra la criminalización de la protesta social. Debemos unificar todos los reclamos obreros y populares en uno solo, coordinar, masificar, avanzar en acciones directas que afecten al capital. Todo eso es urgente pero si no vamos en busca de hacer una revolución social, si no imponemos un gobierno de los trabajadores y el pueblo, difícil será revertir la situación. Ello dependerá fundamentalmente de que construyamos una herramienta política de nuestra clase que tenga ese objetivo, desde el PSTU nos ponemos al servicio de esa tarea.