Hace pocos días, un grupo de militantes se ha retirado del PSTU, luego de un período de debate sobre diferencias internas, programáticas, políticas y metodológicas.
El PSTU es sección argentina de la Liga Internacional de los Trabajadores (Cuarta Internacional), que realizó hace seis meses su congreso mundial. A partir de ese Congreso, los compañeros que hoy se retiran fueron evolucionando en una visión escéptica sobre la LIT y una desmoralización sobre el trotskismo en general, y tomaron la resolución de abandonar la organización mundial, en pos de un nuevo proyecto que no ha sido explicitado aún, pero que señalizan como la necesidad de un nuevo “reagrupamiento internacional”, de una “corriente internacional”, por fuera de la LIT. Se trata por lo tanto, de una ruptura con la LIT-CI.
El grupo que se retira, sostiene una serie de diferencias políticas con la LIT y el PSTU. Sin embargo, se trata de debates que perfectamente pueden continuar entre miembros de la misma organización, y resolverse en sus instancias democráticas, tales como el próximo congreso de nuestro partido. Dentro del PSTU hay (y siempre han existido) distintas valoraciones de la realidad y las tareas que se desprenden, y que son resueltas democráticamente en los organismos, en conferencias y congresos. No hay otra forma de construir un partido verdaderamente revolucionario.
Pero los compañeros han optado por salir ahora, retirándose de los organismos, y quebrando la disciplina partidaria hacia afuera del partido, lo que es incompatible con el régimen de nuestra organización. Formaron un agrupamiento interno, con el objetivo declarado de organizar un grupo de militantes, para convencerlos de salir del partido. Escribieron que pelear por sus posiciones no tenía ya sentido, que “no podían seguir ya perdiendo el tiempo”. Y se retiraron.
La explicación política es que han llegado a la conclusión de que la construcción de la LIT y el PSTU no son ya su proyecto estratégico, y eso es, evidentemente, incompatible con su continuidad dentro de nuestra organización.
No han señalado en qué se concreta ese nuevo proyecto que mencionan. Nos dicen que su tarea central será el “reagrupamiento de los revolucionarios” en general, y de los “morenistas” en particular. Sin embargo, critican prácticamente a todas las organizaciones que provienen de ese tronco. Por lo tanto, solo queda como sujeto de ese “reagrupamiento” un par de pequeños grupos, que hace muchos años fueron parte de la LIT, y de la cual se fueron con metodologías desleales. Unir su destino a estos grupos en un seguro camino a una concepción nacionalista de la revolución (que llamamos nacionaltroskismo), hacia la marginalidad y dispersión.
Lamentamos el curso que han tomado estos compañeros, en nuestra opinión completamente equivocado. La experiencia en la lucha de clases tendrá, como siempre, la última palabra.