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Guerra de Macri contra la Ciencia

   La fiebre electoral logró que pase bajo la alfombra un nuevo round entre Macri y los científicos nacionales. Mientras becarios del Conicet denunciaban la profundización del ajuste en el MinCyT, el Instituto Nacional de Tecnología Industrial cerró sus puertas, operativo policial mediante, en la cara de sus 2100 trabajadores tras denunciarse el desvío de fondos y sus pésimas condiciones laborales.

   Con una planta de 80% de contratados (una constante también de los gobiernos K), los trabajadores del INTI se encontraron con un verdadero Lock Out patronal cuando intentaban hacer el paro votado en asamblea. Llama la atención la participación de un operativo de 15 patrulleros, hidrantes, perros, etc, en un cierre por un supuesto corte de agua, como anunciaron las autoridades, pero va en línea con las pésimas condiciones laborales y de higiene, los atrasos salariales y la imposición persecutoria del presentismo a las que someten a sus trabajadores. Las denuncias no se detienen ahí, sino que involucran también un vaciamiento y la creación de sectores paralelos para el desvío de fondos. Con 20 obras públicas sin ningún tipo de control y la adjudicación constante de estas a empresarios amigos, los trabajadores denuncian la intención de poner al INTI definitivamente al servicio de las multinacionales y los amigos del gobierno. Todo esto en la era de las denuncias Odebrecht, contratista brasilera de la cual están saltando casos de coimas y corrupción en todo Latinoamérica. La que en Argentina, además de haber puesto plata por debajo de la mesa para la campaña de Macri (y Scioli) en 2015 (1), es investigada por sus vínculos con el Presidente.
   Mientras tanto, en el Ministerio de Ciencia y Tecnología los investigadores del Conicet celebraron el “velorio” de la ciencia y ocuparon el ministerio exigiendo que los reciba Barañao. Por un lado, la mesa de seguimiento encargada de ver el destino de los 500 becarios que intentaron echar en diciembre sigue en el freezer y hace meses que no se reúne. Por otro, denuncian una reducción del 16% más de becas y el desmantelamiento de distintos programas como el de producción de vagones de carga, de radares y del Sistema Aéreo Robótico Argentino (3), todo en línea con la privatización del Arsat 3 hace semanas (Ver Avanzada Socialista 136).

La ciencia bajo el Macrismo

   La política para la ciencia del gobierno de Cambiemos es clarísima. Su gestión del MinCyT y organismos como el INTI (encargado del desarrollo, la certificación y la asistencia técnica industrial en el país) está al servicio de redoblar la sumisión de nuestro país, dejando (aún más) el control de la ciencia y los procesos técnicos necesarios para la producción monopólica de las grandes multinacionales. Además de buscar este año un tratado de libre comercio con la Unión Europea, Macri anunció en 2016 su intención de incluir al país en el TPP (Tratado del Pacífico), el cual fortalece los monopolios de patentes y “propiedad intelectual” de las grandes multinacionales, traduciéndose ésto en, por ejemplo, medicamentos más caros y menos controles nacionales sobre éstos.
   Si bien Trump al frente del imperialismo yanqui se ha mostrado reticente a los TLCs, de ninguna forma eso significa que las multinacionales yanquis van a renunciar al monopolio del desarrollo técnico y científico que tanto rédito y control les da sobre nuestros países. La venida de su vicepresidente Mike Pence a nuestro país para celebrar que “Macri abrió las barreras del mercado” no puede verse de otro modo. TLCs o no, con la participación activa de Macri reventando a los investigadores de nuestro país y la complicidad de toda la oposición que no llama a enfrentarlo, van a redoblar por todos los medios el control sobre nuestro país. La ciencia es uno de estos campos de batalla.

(1) El colmo de la política antisindical. Página 12. 08/08/17 (2) Odebrecht aportó fondos para la campaña de PRO y otros partidos están bajo la lupa. La Nación. 30/04/17 (3) La ciencia, de luto. Página 12 08/08/17 TPP: El texto acordado confirma que el tratado es un mal negocio para la medicina. MSF 06/11/15