El viernes 9 de noviembre, a los 65 años y luego de varios días de internación producto de un ACV, falleció nuestro compañero Guillermo. Militaba ahora en la zona Oeste, como antes lo había hecho en muchos otros lugares.
Era un militante de la vieja guardia. Habiendo entrado al PST antes de la dictadura, se exilió en México durante esos años. A su regreso, se integró inmediatamente al MAS, en el cual militó en diversas regionales.
Acompañó el camino del puñado de militantes que nos mantuvimos en la Liga Internacional de Trabajadores –Cuarta Internacional siempre, fiel a Nahuel Moreno, de quien la Internacional fue principal obra.
Muy alegre y bromista, hacer alguna tarea militante junto a él siempre fue pasar un buen momento. Volanteando fábricas, insistiendo siempre para ir a vender periódicos y construirnos en las barriadas obreras, porque es allí donde el trotskismo puede y debe crecer sin desviarse y forjarse como una alternativa capaz de pelear por el poder contra la burguesía.
Siempre listo para preparar el asado o los choris en las fiestas del partido. O para ir a buscar los periódicos del partido. Un viejo compañero, con formación marxista, que estaba dispuesto a cualquier tarea por sencilla o compleja que fuera.
Viajaba por su trabajo, y donde llegaba hacia amigos y hablaba del partido, su partido.
Estuvimos despidiéndolo muchos compañeros, junto a sus familiares y amigos. Dimos un gran abrazo a sus hijas, con quienes hicimos un compromiso: tendrán en cada militante del PSTU una madre, un padre, un hermano más. Una de ellas, Celeste, joven militante del partido desde hace varios años. La otra, Jazmín, a quien tenemos mucho afecto. También a su actual compañera, y a todos los familiares.
Fue una despedida militante para un militante querido de muchos años. Es decir, un juramento de seguir en la pelea por la construcción del partido y la Internacional.
Guillermo: ¡hasta el socialismo siempre!