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Hace falta un paro nacional y un plan de lucha unificado

“Esto no se aguanta más”. Es la frase que se escucha cada vez más fuerte en las fábricas, en los talleres, en los yacimientos,en las oficinas, en el mercado, en la escuela. Y no es para menos. En cada familia nos enteramos de alguno que viene de perder su trabajo, y los diarios dicen que ya hay 130.000 despidos y 30.000 suspensiones en este año. Los tarifazos y los aumentos desenfrenados de los precios destrozaron nuestros salarios y en las barriadas populares crecen la bronca y la desesperación, buscándole la vuelta para poder seguir parando la olla. Para colmo Macri, que ya no puede ocultar lo que pasa, nos miente en la cara y declara que “le duele como a todos” tener que aplicar este ajuste. Como el buen empresario que es, llora mientras beneficia a los de su clase a costillas de nuestro esfuerzo. Si en tan sólo cuatro meses de gobierno,la propia Universidad Católica Argentina tuvo que reconocer que hay 1.400.000 de nuevos pobres en nuestro país, que se suman a los 12 millones que nos había dejado el gobierno de Cristina. Y los únicos que ganaron en este tiempo son los bancos, las multinacionales y los grandes empresarios. 

Las centrales sindicales son cómplices 

En este escenario, las CGTs y CTAs han abandonado a sus dirigidos. No alcanza con las declaraciones, “ir de visita” e impulsar proyectos de ley en el Congreso cuando nos están matando día a día con el nuevo plan. También es insuficiente la marcha convocada para el próximo 29 de abril que hace la CGT. Hace falta un paro general que inicie un plan de lucha para enfrentarlos. Pablo Moyano dice que se acabó la “luna de miel” con el Gobierno y recién se dio cuenta de que estamos viviendo un “ajuste brutal”, pero no convocan a nada concreto. Y por el contrario, Roberto Fernández de la UTA (choferes) firmó la paritaria a la baja por el 29% en tres cuotas, mientras avaló un aumento del 100% sobre las tarifas del transporte que pagamos todos los trabajadores. Cuando la inflación anual supera largamente el 40% (es del 15% en el primer trimestre), la UOM y Empleados de Comercio. También van a firmar a la baja y en cuotas. Y para colmo, todos los capos sindicales parecen gerentes de recursos humanos gestionando los retiros voluntarios, las suspensiones, diciendo que no hay que hacer nada para no “poner en riesgo” el trabajo. Los trabajadores tenemos memoria y no queremos volver al hambre de fines de los 90, porque sin trabajo las indemnizaciones se gastan y son nuestras familias la que pagan la cuenta mientras los empresarios siempre sobreviven de algún modo. Las CTAs por su parte, convocaron a paros aislados sin darle continuidad y sin unificar la pelea, dejando correr los miles de despidos y el plan de desguace que implica la nueva reforma del Estado en curso. Al no unificar los reclamos y darles continuidad estos dirigentes han dejado a su suerte a provincias enteras en lucha como Santiago del Estero, Santa Cruz y Tierra del Fuego.

Unir desde abajo la lucha contra el plan antiobrero de Macri 

Sin embargo, cada vez son más las luchas que enfrentan este nuevo plan económico. La bronca va creciendo por abajo y empieza a resquebrajar el acuerdo de los de arriba. Los docentes hicieron el primer paro nacional, con un acatamiento casi total, obligando a la conducción de la CTERA a tener que convocarlo luego de firmar un acuerdo paritario vergonzoso. Tierra del Fuego está incendiada y ya se dio un paro general unificado a escala provincial. Los bancarios el 14 van al paro contra el ajuste y los despidos. Los estatales vienen multiplicando sus luchas y ya tienen convocado un nuevo paro nacional de ATE para el próximo 19 de abril.
Ya empezaron las primeras manifestaciones estudiantiles exigiendo el boleto estudiantil y las mejoras edilicias, junto a los reclamos contra los tarifazos en la luz, el gas y el agua. De lo que se trata es de unir todas estas luchas para derrotar el plan antiobrero de Macri y las patronales que nos están hundiendo en la miseria. No vamos a conservar el trabajo y defender nuestras condiciones de vida sin pelear. Aquellos que dicen esto para desmovilizarnos nos están tendiendo una trampa para dividirnos e ir cocinándonos en tandas.

Por un Paro Nacional activo

Desde los sectores en lucha, desde las comisiones internas y los sindicatos debemos impulsar las asambleas por un pliego común de reivindicaciones, que empiece a construir el plan obrero de emergencia que necesitamos ante la crisis.
Para ello, debemos obligar a las conducciones sindicales a que rompan el acuerdo con el Gobierno y las patronales, convocando plenarios y encuentros obreros organizados por la base a escala regional, que vaya construyendo el paro nacional masivo y contundente que necesitamos. Hay que tomar el ejemplo de la unidad obrera estudiantil alcanzada en Francia, que puso contra las cuerdas la reforma laboral del gobierno de Hollande.
Y a su vez, ese paro no puede ser una medida aislada. Debe ser el inicio de un plan de lucha unificado hasta derrotar el plan económico en curso, pegándoles donde más les duele, organizando piquetes y cortes de ruta que permitan paralizar el país. Como demostró el triunfo del conflicto aceitero del año pasado, hay que ganar al conjunto de la población para paralizar los puertos, los aeropuertos, los yacimientos, y las fábricas por donde las multinacionales se llevan toda la riqueza que nosotros producimos. Es alrededor de esta lucha que se irá gestando la nueva dirección  que los trabajadores necesitamos. Manos a la obra.