El ajuste no tiene fin. La caída industrial multiplica los despidos y suspensiones. Más de 2000 empresas ya presentaron “preventivo de crisis”. Es decir, están avisando que van a seguir despidiendo, como la fábrica Honda en Campana, que ya dejó a 1600 compañeros en la calle, o Fate, que ya amenazó con cerca de 500 despidos.
Macri se nos ríe en la cara cuando declara que la inflación está bajando y la economía está sólida. Se nota que vive de vacaciones, porque por nuestras casas todavía no terminamos de pagar los tarifázos (luz, agua, transporte) en medio de los cortes de luz.
Por otro lado, cada vez es mayor la dependencia con el FMI. Siguen llegando las delegaciones de Lagarde para “supervisar las cuentas” y asegurarse los pagos para los usureros. Ese es el único plan de gobierno: todo lo que ahorraron con el ajuste de este tiempo se va para pagar los intereses de los préstamos que se llevaron los banqueros y empresarios. El esfuerzo que nos piden solo es para llenarle los bolsillos a los mismos de siempre.
¡¿Adonde está…que no se ve… esa famosa CGT?!
Muchos compañeros se preguntan: ¿con todo esto que está pasando por qué todavía no se pudrió todo? Por el contrario, en el peor año de Macri, con una notable caída de su imagen política, tuvo el fin de año (2018) más tranquilo en lo referido a la conflictividad social en mucho tiempo.
La respuesta a esta pregunta hay que buscarla por el lado de la traición de las direcciones sindicales. Aunque parezca mentira, cada día sorprenden más con su papel vergonzoso de cómplices que dejan correr todo sin hacer nada. Tan bajo cayeron que ya casi no disimulan ni con declaraciones. El triunvirato de la CGT se borró y la CTA está cumpliendo el mandato de su Sec. Gral. Yasky (diputado kirchnerista) de no pararle al gobierno para privilegiar el año electoral.
Para colmo, estos caraduras por lo bajo le echan la culpa de esto a las bases diciendo que son ellas las que no quieren pelear. Nada que ver con lo que pasa en la realidad.
Bronca hay de sobra, y siempre que las convocaron, las bases han respondido. Y pese a todo, las luchan siguen (los movimientos sociales, C5N, Nidera, Pilkington, Siderar, y un largo etcétera).
Lo que pasa es que estos traidores las condenan al asilamiento, trabajando incluso junto a la patronal para que agachemos la cabeza, incentivando el miedo y persiguiendo a los que quieren luchar, como hizo el gremio petrolero neuquino de Guillermo Pereyra saliendo en defensa de las multinacionales al pedir más incentivos para las empresas, después de la entrega de las conquistas que le dieron con la adenda (flexibilización laboral en los yacimientos) y de que en estos 3 años no pararon de ganar con la devaluación, el aumento del precio del barril de petróleo y de los combustibles.
¿Y a que se debe semejante traición?
En primer lugar, estos dirigentes hace rato que no representan ni tienen nada que ver con la vida de sus dirigidos. Son millonarios y viven de los negociados que sacan por ocupar ese lugar en los sindicatos. Por eso están atornillados a los sillones y no quieren saber nada con la movilización de las bases por el temor que les causa perder el control. Así han transformado a los sindicatos en brutales aparatos para controlar a los trabajadores en defensa de sus privilegios y no para organizar la lucha. No viven como trabajadores y no les importa lo que padecemos a diario, porque a ellos y sus familias no les toca.
Por otro lado, estos dirigentes, que curiosamente dicen que los sindicatos no son “para hacer política”, siguen los lineamientos de las distintas alas del PJ a las que pertenecen y están metidos hasta la maceta en la rosca electoral. Todos están jugando en la interna con Cristina, con Massa, Pichetto, etc. Y por lo tanto, concuerdan en dejar gobernar a Macri hasta las elecciones de octubre para que avance con el ajuste lo más posible y mientras preparan el cambio electoral.
Los empresarios (y sus representantes políticos como el PJ) han aprendido del 2001 y no quieren agitar las cosas con miedo a que se les vaya de las manos. Son plenamente concientes de la debilidad del gobierno y de que una chispa puede hacer volar todo. También saben que su papel desde la oposición es central para sostener al gobierno. Porque como sucede en todo el mundo, la crisis capitalista no deja espacio para ninguna concesión: obliga a elegir entre estar con los trabajadores o estar con los capitalistas. Más allá de los discursos, o se ajusta para mantener la dependencia capitalista o se construye un plan opuesto de ruptura con el imperialismo (ver recuadro).
Y el PJ es un instrumento de las patronales, más allá de su retorica. Solo basta con mirar cómo Macri gobernó estos 3 años con minoría parlamentaria y con los sindicatos supuestamente en “oposición”. Sin la colaboración del PJ, hubiese sido imposible. Muchos discursos pero, cuando las papas quemaron, le votaron las leyes (Reforma Previsional, acuerdo con el FMI, presupuesto 2019, etc.) mientras los sindicatos trabajan para que pase el ajuste en nombre de la “gobernabilidad”.
Por eso necesitamos nuevos dirigentes, porque no podemos esperar hasta las elecciones. Estos dirigentes son los que no tienen nada que perder, los que están luchando ahora defendiendo a sus familias.
Porque las cuentas hay que pagarlas hoy, el hambre y el crecimiento de la pobreza hay que frenarlo ya. Porque nuestras conquistas se deben defender ahora sin excusas, organizando asambleas, plenarios y coordinadoras regionales para unir las luchas, tirar abajo el plan de ajuste y echar ya mismo a Macri y a todos los ladrones que lo rodean. No hay nada que esperar. Ningún cambio favorable vendrá de las elecciones.
EL 8M ES UNA OPORTUNIDAD: ¡PARO GENERAL POR LAS MUJERES!
Cada 36 matan a una mujer, y ni hablar de los hechos de violencia que se multiplican a diario. Para el gobierno son solo estadísticas. Incluso recortaron los recursos del presupuesto para combatir esta violencia.
Nuestro dolor no debe quedarse en resignación. Y para nada esto debe ser un problema solo de las mujeres, sino de todos los trabajadores, con las compañeras a la cabeza. El 8M se está organizando a escala internacional, y no paran de crecer las movilizaciones en Argentina y en el mundo entero.
Esto forma parte de la misma pelea y debemos aprovechar esta oportunidad para salir, organizarnos y sobre todo unir las luchas en un paro por las mujeres, con movilizaciones y cortes de calle, que exprese todo nuestro repudio y obliguen a las centrales obreras a no hacerse las distraídas. No alcanza con declaraciones de adhesión y mandar delegaciones a la movilización para cumplir. El 8 hay que parar, que dejen de estar de vacaciones y así empezar un plan de lucha en serio.
¡BASTA DE AJUSTE! ¡HAY OTRA SALIDA!
Los socialistas del PSTU sí sabemos cómo terminar con el hambre, la inflación y la desigualdad:
- Ruptura con el FMI y todos los pactos de sometimiento internacional. No pago de la deuda.
- Que la crisis la paguen los que la provocaron: los bancos y las multinacionales. Estatizar recursos naturales y la banca financiera bajo control de sus trabajadores.
- Control obrero de la producción para ayudar al desarrollo de las economías regionales.
- Impuesto a las grandes fortunas y la renta financiera. Eliminación del IVA y reducción de impuestos a Pymes y comercios.
- Junta de granos y carnes, para regular los precios y garantizar la alimentación de la población y así evitar que todo se vaya para afuera y al bolsillo de los oligarcas del campo.
- ¡El trabajo no se toca! Ningún despido ni suspensiones. Expropiación de cualquier empresa que lo haga
- Aumento general de salarios, pensiones, jubilaciones, ayuda social, acorde a la canasta familiar.
- Mayor presupuesto para salud y educación
- Plan de obras públicas para generar empleo y mejorar la insfractuctura
- Por un gobierno obrero y popular para aplicar estas medidas, en camino al socialismo internacional.