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¿Hay que votar al menos malo?

Quienes apoyan tanto a Macri como a Scioli han encontrado un nuevo punto de acuerdo: atacar a quienes planteamos el voto en blanco con distintos argumentos. Muchos compañeros pueden dudar si no es mejor votar a Scioli para que no gane Macri o viceversa, de acuerdo a quien odian más. ¿Cuál es la mejor opción para el día después del 22 desde nuestro lugar de trabajadores? ¿Elegir al menos malo o no votar a ninguno?

¿Quién le hace el juego a la derecha?

De cara al ballotage del 22 de noviembre, Scioli y todo el Frente para la Victoria tienen como principal argumento de campaña que si gana Macri “se viene la derecha”, y que por eso habría que votar a Scioli.
Intelectuales afines a los K, el aparato de medios de comunicación oficialista y reconocidos periodistas, la burocracia sindical, etc. llevan adelante esta campaña tratando de meter miedo en los trabajadores y en la población diciendo que a pesar que Scioli no es el mejor candidato, frente a Macri debemos “cerrar filas” para cuidar nuestros puestos de trabajo y nuestras condiciones de vida. “No es lo mejor, pero es el menos malo”, repiten vergonzantes muchos militantes K.

Es cierto que Macri es de derecha

Desde el PSTU en el FIT no tenemos la menor duda de quién es Macri, lo denunciamos desde hace rato como un empresario al que la dictadura le estatizó las deudas de su gran empresa familiar. Gobernó la Ciudad de Buenos Aires vaciando los espacios y servicios públicos y con grandes negocios privados al mejor estilo neoliberal.
Por eso decimos claramente: Sí, Macri representa un intento de volver a los 90.

El kirchnerismo le hizo el juego a la derecha durante 12 años.

Pero igual de cierto es que todo esto Macri lo llevó adelante con la complicidad de los K. Si Macri creció y hoy tiene posibilidades de ser presidente es porque el kirchnerismo, en 12 años, tuvo una política de doble discurso y nunca fue a fondo contra los intereses que hoy representa el macrismo. En lugar de enfrentar a los sojeros cuando tenía el apoyo de la gran mayoría de los trabajadores, les permitió fabulosas ganancias a través de los pooles de siembra; devaluó el peso a pedido de los industriales que exportaban, lo que significó la pérdida del poder adquisitivo de nuestros salarios; reprimió a todo aquel que se atrevía a organizarse en sus lugares de trabajo para enfrentar a las patronales; y reprimió junto a la Metropolitana de Macri a los que buscaban en el Parque Indoamericano un techo para sus hijos. Además, en la Ciudad de Buenos Aires, el bloque de legisladores K voto a favor del 90 % de las leyes que propuso Macri.
Si Macri creció fue porque los K lo dejaron crecer y trataron de hacerle creer a los trabajadores que no había que enfrentar a las grandes patronales organizándose en los lugares de trabajo y en las calles.
Lo que nos proponen los que llaman a votar a Scioli es ceder posiciones y resignarnos a votar al menos malo. Nos dicen que resignemos nuestro salario para cuidar nuestro puesto de trabajo. Para derrotar a un patrón no sirve otro patrón. Esto es hacerle el juego a la derecha y a los ajustadores, ya que si arrancamos cediendo nuestro salario, inevitablemente van a venir por nuestro trabajo.

¿Cualquiera es bueno para derrotar a los K?

Millones de trabajadores dejaron de creer en el doble discurso del kirchnerismo. El gobierno “de los derechos humanos” y que “enfrentaba” al imperialismo comenzó a aplicar un brutal ajuste sobre el pueblo trabajador, reprimiendo a quien se atreve a protestar, al mismo tiempo que paga a los buitres de la deuda religiosamente y permite el saqueo de empresas como Chevrón y la Barrick Gold. Lo peor del PJ siguió en pie, con su corrupción, redes de narcos y trata de personas en los barrios.
Por eso, aquellos que habían creído en “la nueva política” ahora enfrentan al gobierno que quiere que la crisis la paguemos los trabajadores.

El “voto útil” para derrotar a Scioli y los K.

Eso reflejaron las elecciones generales del 25 de octubre, donde el Frente para la Victoria y sus aliados perdieron en la mayoría de las grandes ciudades del país, donde el PJ y sus caciques sufrieron una dura derrota en el conurbano bonaersense, y en la escasa diferencia entre Scioli y Macri, lo que le da grandes chances a Macri para que sea el nuevo presidente.
Los trabajadores han utilizado a Macri, la UCR y hasta candidatos que nada tenían que ver con la política para derrotar a los K.

¿Fortalecer con nuestro voto un candidato patronal y ajustador?

Pero si bien la derrota de los K es un triunfo de los trabajadores, no podemos perder de vista que dándole el voto a Macri también se está fortaleciendo una alternativa que, pasadas las elecciones, desde el poder va a seguir por el mismo camino del ajuste a los trabajadores, de más dependencia del imperialismo y la deuda externa y de represión a los que luchan por el salario y contra los despidos y suspensiones.
El gobierno de Macri en la Ciudad de Buenos Aires durante estos años llevó la marca del vaciamiento de hospitales para hacer negocios con la salud, como la represión a los trabajadores y pacientes del Hospital Borda que se organizaron en defensa del hospital; intentos de privatizar todo espacio público que pudo; por permitirle impunemente fabulosas ganancias a empresas que manejan los servicios públicos sin invertir un peso, como Roggio en el Subte. Macri construyó grandes edificios y emprendimientos inmobiliarios mientras reprimía y desalojaba del Parque Indoamericano (en conjunto con el gobierno nacional) a familias pobres que no tenían un techo para que sus hijos duerman.
Ya de por sí, esto muestra cual va a ser la política de Macri si llega a ser presidente.
Por eso, desde el PSTU en el FIT, decimos que los trabajadores no podemos derrotar el ajuste del gobierno dándole el poder a otro candidato ajustador.


Para enfrentar el ajuste: VOTA EN BLANCO

Votar a un candidato para que no gane el otro, significa resignar cualquier pelea por nuestras condiciones de vida. Cada voto que vaya a Scioli o Macri estará fortaleciendo una alternativa que, luego del 22 de noviembre, va a seguir pagando la deuda a los buitres, entregando nuestros recursos naturales y ajustando a los trabajadores.
Si gana Macri, igual que si gana Scioli, los trabajadores tenemos una sola tarea por delante, que es organizarnos para que la crisis no la paguemos nosotros.
Para eso, no podemos confiar más que en nuestras propias fuerzas, tenemos que organizarnos en nuestros lugares de trabajo y movilizarnos para derrotar el ajuste que todos los candidatos se comprometieron a aplicar ante los yanquis.
Es por eso que en lugar de elegir al menos malo para que nos gobierne, el 22 de Noviembre elijamos el voto en blanco para que desde hoy mismo los trabajadores les “marquemos la cancha” y pongamos en pie la pelea contra el ajuste.