En el día de hoy, le otorgaron la excarcelación a Higui. Ella estaba presa desde octubre del año pasado, momento en el cual fue abordada por un grupo de diez hombres que la agredieron a los golpes e intentaron violarla. Higui se defendió de sus violadores, y en el forcejeo consiguió herir a uno de sus atacantes con una cuchillada en el pecho que finalmente le produjo la muerte.
Fue encarcelada y acusada de homicidio simple, desconociendo el contexto de legítima defensa en el que se produjo la muerte, pero además a ella no le proporcionaron asistencia médica de ningún tipo, a pesar de los golpes recibidos por una patota de hombres y de presentar signos y evidencias de intento de violación. Cuando finalmente pudo hablar y dar a conocer su historia, es que el cuadro se hace más escabroso: este grupo de hombres acosaba regularmente a Higui por su orientación sexual, por ser lesbiana, la amenazaban con violaciones correctivas, y la hostigaban y pretendían amedrentarla. Mientras la golpeaban le decían que la iban a empalar, que la harían una “verdadera” mujer. Es en ese contexto en el que Higui mató a su agresor.
A Higui la metieron presa por pobre, por lesbiana y por ejercer su legítimo derecho a defenderse. Este sistema pretende adoctrinar nuestros cuerpos, por eso tolera la violación como correctivo ante las disidencias. Y luego pretende hacer casos ejemplificadores de lo sucedido. Nos quieren demostrar que si nos defendemos de nuestros agresores vamos a ir presas. Pretenden dominar nuestros cuerpos y nuestra rebeldía. Así pasa con Higui.
Sin embargo, fuimos nosotras, junto a nuestros compañeros de clase, que dimos la pelea en las calles, movilizándonos y visibilizando lo que pasaba con Higui, los que logramos este primer paso, hacia la libertad definitiva de nuestra compañera. Somos las organizaciones las que con la lucha sacamos a Higui. Sos vos, que cuando te mandaste a la calle con tu cartelito de #LibertadPara Higui no dejaste que se sepulte su historia bajo toneladas de papeles judiciales. Sos vos, que te sumaste a una pelea que es diaria, y que continúa siempre. Una pelea en contra del machismo y contra toda forma de opresión dentro de este sistema capitalista que utiliza nuestras diferencias para reventarnos mejor. No los dejemos dormir en paz, no los dejemos vivir en paz, porque aún nos quedan muchas cosas por cambiar juntos.
Hoy festejamos este día histórico, y abrazamos con fuerza a Higui, que finalmente puede volver a casa. ¡¡Y que la justicia, ahora se ponga a buscar a los nueve violadores que están sueltos y que los meta presos!!
¡Contra todos los crímenes de odio!
¡¡Por nuestro derecho a defendernos!!
¡Ningún femicida suelto!
¡Ningún violador en su casa!
¡Absolución para Higui!!