El 2016 empezó con los maestros tan mal como en los años anteriores. Los dirigentes gremiales le dieron a Macri la ventaja de empezar las clases sin paro nacional. Para las mamás y papás trabajadores fue un alivio empezar las clases normalmente. Sin embargo durante el año los maestros salieron una y otra vez a la calle, viendo su salario reducirse un 10 % a causa de la inflación galopante.
Ahora se anuncia un no inicio nacional de 48 hs para el 6 y 7 de marzo. Quizá Ud. mande a sus hijos a la escuela pública o, sacrificándose, estire su sueldo para pagar una escuela privada. Se estará preguntando cuándo comenzarán las clases, porque además, el 8 de Marzo la CGT y las CTAs apoyan una jornada de paro internacional por los derechos de las mujeres.
Macri prometió: “Porque son un ejemplo para los chicos todos los maestros van a ser respetados, cuidados y bien remunerados. Ése es mi compromiso”. Hace lo contrario: ofrece un mísero 18 % en cuatro cuotas; la gobernadora Vidal amenaza con usar “todos los medios a su alcance” para que las clases comiencen y ataca el derecho de huelga; por las redes se difunde un “voluntariado” donde se anotan candidatos para boicotear el paro.
Los funcionarios acusan a los maestros de abandonar a los chicos. Lo que nunca dicen es la cantidad de días de clase que se pierden por falta de presupuesto: baños que no se reparan, techos que se llueven, agua contaminada, pozos ciegos que rebasan, paredes electrificadas. ¿No lo saben?
Otro tema por el cual los docentes son “noticia” es la baja en la calidad educativa (recordemos el Plan Aprender 2016). Según el INDEC, 1 de cada 3 habitantes del país es pobre. ¿Puede haber educación de excelencia con un pueblo empobrecido? ¿Quién es el responsable?: ¡el gobierno! Reparte millones entre los buitres de la deuda y los ricos, aplica las Leyes de Educación vigentes -que benefician a la escuela privada- y nada de plata para educación y salud públicas, ni para generar trabajo.
Otra campaña de Macri y de los políticos patronales, multiplicada por los medios, es que “los maestros son vagos, faltan mucho”. ¡Es una excusa para atacar los estatutos docentes!
Pensemos que a los maestros le confiamos lo mejor que tenemos: nuestros hijos. A cambio reciben sueldos por debajo de la línea de pobreza ($8500 de salario inicial) – trabajan en escuelas ruinosas y asumen muchos problemas que tienen los alumnos y sus familias; además, la mayoría de los docentes (el 80%) son mujeres.
Parecido a otros gremios, donde hay gran cantidad de compañeras, por ejemplo alimentación, se siente lo difícil que es abrirse camino siendo mujeres. Muchas docentes son madres solas, otras tienen a sus maridos desocupados, víctimas de los miles de despidos del Plan Macri; todas trabajan en la escuela y luego en la casa, preparando clases, haciendo comida, lavando ropa, cuidando hijos. Con años de luchas obtuvieron los estatutos docentes, que contienen importantes derechos para las mujeres trabajadoras: días pagos para cuidar a los hijos enfermos, día femenino, licencias con goce de sueldo más largas por embarazo y por nacimiento. Por efecto de las enormes movilizaciones de “Ni Una Menos” algunos estatutos, por ejemplo en Chubut, incorporaron la licencia por violencia de género. Ayudemos a defender esos logros: ¡son las mismas cosas que nosotros reclamamos para nuestras compañeras en los gremios industriales!
Desde hace años los gobiernos y las empresas usan la paritaria docente como “testigo”. Si los docentes logran un acuerdo similar al de los bancarios, un 24,3 % de aumento, vuela el techo salarial del gobierno y estaremos en mejores condiciones de salir juntos todos los trabajadores, codo a codo, a empujar a las conducciones gremiales, a hacer un paro nacional y a derrotar el ajuste de Macri.
También tenemos que apoyarlos para defender los derechos de la mujer y de la familia trabajadora. Y el derecho a una educación impartida por el estado, gratuita, laica y que esté al servicio del conocimiento de los trabajadores y el pueblo.
Cuando hay paro docente lo cotidiano se complica, buscando quien cuide a los hijos, mientras vamos a trabajar. Pero hagamos el esfuerzo y apoyemos a los docentes. ¡Si ganan, ganamos todos los trabajadores!