La inflación es el aumento permanente y generalizado de los precios de los bienes y servicios. Según el INDEC el promedio mensual este año está en el 2% (hasta julio un 13,2%), Algo que no aguantará mucho en plena negociación de la Deuda. Economistas capitalistas ya pronostican que esta contención ficticia de muchos precios con estas devaluaciones especulativas, más el reajuste inexorable de las empresas si se controla la pandemia, llevarán la inflación de 2020 a más del 45%.
El 2% mensual es una cifra relativamente baja producto del congelamiento temporal por el Gobierno del precio de los servicios (energía eléctrica, gas, transporte, alquileres, etc.) y ahora el costo en las comunicaciones hasta diciembre. Aunque ya permitió aumentos en los combustibles con el argumento de que estaban atrasados. Las sucesivas devaluaciones previas y durante la pandemia siguieron empujando la inflación. Y desde marzo comenzó una tremenda carrera de precios de los alimentos, artículos sanitarios y de limpieza y medicamentos a pesar de la emergencia declarada. A los capitalistas no les importa la crisis, solo la ganancia. Pero en plena pandemia ¿por qué el Gobierno, que la criticaba en campaña electoral, no la reduce de una vez? ¿Cuáles son los factores causantes en el capitalismo que azotan nuestra economía y del cual Alberto Fernández se identificó como defensor?
CAUSAS Y CAUSANTES
- Las devaluaciones del peso argentino frente al dólar, y que se trasladan a los precios, al ser una economía dependiente del capital extranjero licuando deudas de los capitalistas y salarios. Los grandes especuladores y bancos juegan a presionar para el aumento del dólar.
- Las multinacionales y grandes empresas miden sus resultados a valor dólar, y si este aumenta, se traslada automáticamente a los precios. Ej.: si la carne y la soja se venden a China a valor dólar, el precio interno se equipara a dicho valor. Las carnes aumentaron hasta un 100% en cuarentena, como el caso de los medicamentos y artículos de aseo y limpieza.
- La remarcación continua de precios por las empresas medianas y grandes, nacionales y multinacionales, grandes grupos económicos, intermediarios y bocas de expendio a través de toda la cadena de valor y/o comercialización, en su afán de mayores ganancias. Una transferencia enorme de recursos a los capitalistas al estar los salarios prácticamente congelados.
- Los sectores ligados a las exportaciones y a la especulación financiera llevaron el dólar paralelo (blue), a $135.- manteniendo el Gobierno el oficial en los $75.- promedio. Así perciben más pesos al cambio.
- En una economía dependiente de productos elaborados en el extranjero, como los tecnológicos, por la devaluación se encarece su importación.
- La emisión millonaria de dinero (impresión de billetes) para cubrir los déficits por los gastos financieros estatales, los gastos por los servicios constantes y en aumento de la Deuda Pública. Con dólar devaluado hacen falta más pesos para cancelar capital e intereses.
- El aumento de impuestos por el Estado (Nacional, Provincial y Municipal), no centralizando dicha presión en las grandes capitales nacionales y extranjeros. A mayores precios, más recauda con el IVA para pagar Deuda.
El Presidente Alberto Fernández se declaró defensor del capitalismo. Desde el PSTU le decimos que “esto” es capitalismo, que no genera en consecuencia una vida digna a millones de trabajadores. No se puede humanizar como pregona y la única salida para modificar esta barbarie es una economía planificada, una economía socialista controlada por los propios trabajadores.