25 DE MAYO: DEL “PRIMER GOBIERNO PATRIO” A LA PRIVATIZACIÓN DE LOS RÍOS
Un nuevo aniversario del 25 de mayo de 1810 transcurre bajo la pandemia, en momentos en que un hecho vuelve a dejar claro que la Argentina marcha a toda velocidad de regreso a ser una colonia: la nueva entrega del río Paraná y sus afluentes a las multinacionales, que se viene gestando hace meses. Un hecho que demuestra que las clases dominantes no pueden hacer otra cosa que entregar el país al mejor postor, en perjuicio del pueblo trabajador. Un hecho que demuestra que la clase obrera debe pelear por una segunda independencia para dejar de sufrir las consecuencias de esa entrega.
En 1810 se comenzó a poner fin a tres siglos de saqueo y exterminio por parte de la corona española contra nuestra América. Sin embargo, las clases sociales que encabezaron esa revolución -sin lugar a dudas, la gesta más importante de la historia del país- traían consigo una debilidad congénita: siendo principalmente comerciantes y hacendados, su modo de vida pasaba por relacionarse con capitales extranjeros desde una situación de desigualdad.
Con el transcurso de los años, esos sectores entraron en conflicto entre sí, hasta que surgieron los estancieros, quienes dieron origen a la actual clase dominante, y sentaron la base de la entrega y el atraso de nuestro país. Centrarse en actividades extractivas como el agro o la minería, que no agregan valor e impiden un desarrollo económico que responda a las necesidades de la población. De este orden económico, de este capitalismo de dependencia, surge un orden político carente de soberanía, que cada día se parece más a la administración de los virreyes.
Necesitamos una Segunda Independencia Obrera y Socialista
Actualmente más del 70% de las principales empresas están en manos de capitales imperialistas y el país se halla sometido al FMI y a los bancos internacionales a través de la fraudulenta deuda externa. No es posible controlar las principales palancas de la economía y recuperar la soberanía nacional sin romper con el Fondo, dejar de pagar la deuda y expropiar los grandes monopolios imperialistas. Pero para eso es necesaria una nueva gesta antiimperialista que los capitalistas argentinos son incapaces de encabezar. Ellos son socios menores del imperialismo en el saqueo del país.
Por eso la nueva independencia que necesitamos, solo es posible con una nueva revolución pero esta vez encabezada por la clase obrera acaudillando a todos los explotados y oprimidos de la sociedad. Solo con un gobierno de los trabajadores es posible construir un orden diferente al capitalismo, en el que la economía no esté basada en generar ganancias para unos pocos sino en satisfacer las necesidades de toda la población: un orden socialista, una sociedad que solo puede construir la clase obrera. Ese es el objetivo que desde el PSTU levantamos como alternativa ante la decadencia capitalista y el saqueo de nuestro país.
La batalla para recuperar la Hidrovía es parte de esta lucha
Como venimos diciendo desde hace varios números, el vencimiento del acuerdo de entrega del Río Paraná presenta una oportunidad clave para recuperar este estratégico curso de agua, y los puertos que el agronegocio ha instalado en varios puntos de sus orillas, puertos que funcionan como verdaderos enclaves en los que el Estado argentino no tiene mayor autoridad, pequeñas “Malvinas” de hecho.
Muchos sectores, incluso entre los que apoyan al Gobierno, han comenzado a reclamar que el Estado argentino recupere el control de este curso de agua clave para la exportación sojera, cuya privatización facilita desde la evasión de impuestos hasta el narcotráfico. Desde el PSTU, aunque tenemos diferencias muy grandes con las políticas de fondo de estos sectores, estamos de acuerdo con la importancia de recuperar la Hidrovía. Pero creemos que esta lucha hay que darla a fondo, movilizándose para doblarle el brazo tanto a los sectores entreguistas del Gobierno como a los capitales concentrados. Y sobre todas las cosas, hacer de esta lucha la primera batalla para impulsar la pelea por una Segunda y Definitiva Independencia