El día 13 se realizó un acto en apoyo al gobierno de Dilma Rousseff. Aún cuando parte de los trabajadores presentes en este acto se haya manifestado contra el quite de derechos por parte del Gobierno. El contenido del acto, dado por su dirección, fue esencialmente en defensa del Gobierno, contra un supuesto “golpe” de la derecha.
Los actos del día 15, apoyándose en el sentimiento tremendamente mayoritario y progresivo de oposición y de indignación contra el gobierno del PT, acabaron teniendo en su conducción a grupos de centro-derecha y la participación explícita de partidos de la oposición de derecha, como el PSDB (Partido de la Social Democracia Brasileña) y el DEM (Demócratas, partido antes conocido como Partido del Frente Liberal), que intentan beneficiarse de la crisis del gobierno y capitalizar electoralmente la insatisfacción existente.
El día 15 hubo una participación expresiva de la clase media, en particular de sus estratos más elevados, que fueron a las calles contra el Gobierno y la corrupción (22% de los manifestantes recibían entre 10 y 20 salarios mínimos, y 19% ganaban más de 20 salarios mínimos por mes, según un paneo realizado por el diario Folha de S. Paulo, en la avenida Paulista).
Una parte de ese sector social no esconde tener odio y preconcepto de clase contra los trabajadores y el pueblo pobre del Brasil.
Impeachment no es solución
La clase obrera debe estar reflexionando por qué los actos del día 15 no hablaron nada sobre el retiro de derechos que el gobierno Dilma y el PT está haciendo. Tampoco dijeron nada sobre el aumento de precio de las tarifas y de los alimentos. Ni mencionaron al ministro banquero de Hacienda, Joaquim Levy, nombrado por el PT, o a la ministra de los grandes hacendados, en Agricultura, Kátia Abreu. En fin, las manifestaciones del día 15 no reclamaron sobre los derechos laborales robados, el seguro de desempleo o el aumento de los pasajes, el precio de los alimentos, la luz y el agua.
La razón de eso fue que quien estuvo por detrás de la organización de la manifestación y de los grupos “independientes” que la convocaron era gente del PSDB, del DEM y hasta de grupos que reivindican la vuelta del régimen militar. El PSDB, el DEM y los grupos que estuvieron en su organización apoyan las medidas de “ajuste fiscal” del gobierno del PT contra la clase trabajadora. Al mismo tiempo, la condición social de parte de los manifestantes, compuesta por estratos más altos de la clase media brasileña, no se resienten con el retiro del seguro de desempleo ni de la medida que dificulta el acceso al PIS [programa de integración social]. Ya los grupos que defendían la vuelta del régimen militar eran muy minoritarios. Pero de cualquier manera es repugnante ver que esa gente –que defiende la tortura, la dictadura y la persecución de los dirigentes de la clase trabajadora– sea aceptada en la manifestación.
El PSTU llamó al voto nulo en el segundo turno de las elecciones y defiende que los trabajadores deben salir a las calles y construir una Huelga General contra el gobierno Dilma y también contra los gobernadores del PSDB, el PMDB y también contra la mayoría del Congreso Nacional, para defender nuestros derechos. Por eso, no apoyamos la manifestación del día 13, porque este era un acto de apoyo al gobierno Dilma. Y no convocamos para el día 15 porque este fue un llamado en defensa del “impeachment”, que es una propuesta que entrega el gobierno para el vice, Michel Tremer (PMDB) o para el Presidente de la Cámara, Eduardo Cunha (también del PMDB), y también porque no planteó en su convocatoria la defensa de las demás reivindicaciones de la clase trabajadora. Es decir, “impeachment” es cambiar seis por media docena.
¿Golpe de la derecha?
Luego de la protesta del día 15, militantes del PT y del PCdoB salieron con la tesis de que el gobierno de Dilma enfrenta una tentativa de golpe de la derecha. Otros sectores hablan de “ola conservadora”. Esa tesis, sin embargo, no se condice con la realidad. Veamos: ni el PSDB, la Folha de S. Paulo, la Globo, los banqueros, las contratistas y todos los grandes empresarios y banqueros del país, muchos de los cuales apoyaron el día 15, defienden el golpe. Además, por el momento, no defienden ni siquiera el “impeachment”.
Esos sectores, hoy, no quieren “dar un golpe”, porque están empeñados, al lado de Dilma, en la aprobación del ajuste fiscal. Es decir, apoyan las Medidas Provisorias que quitan el seguro de desempleo y dificultan el acceso al PIS, apoyan el aumento de precio de las tarifas de energía y de transporte y del de los alimentos. También apoyan los despidos y la venta de los activos de la Petrobras.
Defienden el recorte en el presupuesto de los gastos sociales (salud, educación, vivienda) para dar aún más dinero a los banqueros a través del pago de la deuda pública. Todos están a favor de los despidos y de más explotación: hacer que los trabajadores produzcan más y ganen menos. Además, ni el imperialismo norteamericano quiere derrocar al gobierno. Lejos de eso, el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, incluso adelantó su agenda para realizar un encuentro ahora, en abril, luego de que el vicepresidente de aquel país llamó [al gobierno brasileño] renovando el apoyo del gobierno de los Estados Unidos a Dilma. ¿Cómo explican el PT y el PCdoB ese apoyo?
Los banqueros y los grandes empresarios, además, ganaron mucho dinero en todos estos años de gobierno del PT, mucho más que los trabajadores y el pueblo pobre. Ahora quieren que la clase trabajadora pague el precio de la crisis que ellos generaron. Esos señores no preparan ningún golpe contra Dilma. Lo máximo que el PT puede decirles es que son muy mal agradecidos.
El PT siempre gobernó y continúa gobernando para ellos, por eso nombró a un banquero como ministro de Hacienda, un gran empresario como ministro de Industria y una latifundista para el Ministerio de Agricultura. En realidad, hoy, el PSDB, legítimo representante de banqueros y multinacionales, prefi ere o quiere volver al gobierno en las próximas elecciones. Para eso cuenta con el apoyo de los patrones y de los grandes medios.
Todos ellos tienen acuerdo con la actual política económica. Es esto lo que hace que los banqueros, las multinacionales, el agronegocio, Fernando Henrique Cardoso (FHC), Aécio Neves, PSDB, DEM, Globo, Folha de S. Paulo y todos los medios quieran desgastar aún más al Gobierno para tener más poder de chantaje sobre él e intentar volver a la Presidencia de la República en 2018. Mientras tanto, apoyan al gobierno en la aplicación de las medidas contra la clase trabajadora. Ellos apoyaron los actos del 15 y estimularon a los grupos de centro-derecha que estuvieron por detrás de estas manifestaciones contra el Gobierno y la corrupción (aun cuando ellos también sean corruptos). Pero ellos no quieren que la clase trabajadora se movilice con todo contra el gobierno Dilma, y también contra los gobernadores y el Congreso, y defiendan sus derechos, porque tienen acuerdo con el Gobierno sobre arrojar la crisis sobre las espaldas de los trabajadores.
La manifestación del 15, entonces, aunque tenga por detrás de los grupos que la organizaron a la oposición de derecha, y hayan participado de ella los sectores de la clase media que responden a un ideario de centroderecha, no inaugura una “ola conservadora” en el país. Por el contrario, la clase obrera y toda la clase trabajadora, que son la inmensa mayoría de los habitantes de este país, están indignados con este Gobierno Federal del PT, y también con todos los gobernadores del PSDB, el PMDB y demás partidos que aplican el ajuste fiscal, y con el Congreso Nacional y su mayoría de diputados corruptos.
La necesidad más importante es que esa mayoría de trabajadores entre en escena contra el Gobierno y contra la oposición de derecha, imponiendo sus reivindicaciones y no permitiendo que arrojen el precio de la crisis sobre sus espaldas. La clase trabajadora en acción contra el Gobierno y contra la derecha puede también responder a las angustias de todo un sector expresivo de la clase media, que también está indignada y con razón. Al final, no todos los sectores medios son reaccionarios por naturaleza.
Construir la Huelga General: formar un bloque de los trabajadores, contra el gobierno, los patrones y la derecha.
La salida de la crisis pasa por la movilización de la clase trabajadora contra el gobierno del PT y también contra el PSDB, y derrotar el ajuste fiscal. Es preciso movilizarse contra el gobierno y contra la oposición de derecha. Es importante que la clase obrera tome las calles con sus banderas, contra los patrones. El PSTU entiende que es preciso construir una alternativa de los trabajadores. La CSPConlutas, centenas de sindicatos, entidades estudiantiles y movimientos populares, además de otros movimientos reunidos en el Espacio Unidad de Acción, que realizaron manifestaciones el día 6 de marzo, ahora van a realizar una reunión amplia, el próximo viernes 20, en San Pablo. En discusión está la articulación de un plan de acción que busque romper esta falsa polarización entre el gobierno del PT, en alianza con la burguesía, y el PSDB.
El PSTU empeñará su esfuerzo militante en la construcción de esa reunión. Nuestro partido hace un llamado a las organizaciones de la clase trabajadora, al MTST (Movimiento de Trabajadores Sin Techo), partidos de izquierda que son oposición al Gobierno, como el PSOL y el PCB, y aún a sectores de la CUT o de la base del propio PT, que concuerdan con la necesidad de formar un campo de la clase trabajadora contra el Gobierno y la derecha: vamos a construir un proceso de lucha de masas, de acción, que busque romper esa falsa polarización y crear un campo de la clase trabajadora y de la juventud, contra los patrones, el gobierno y la oposición de derecha. Al mismo tiempo, hacemos un llamado a las centrales sindicales y movimientos populares que están contra el retiro de derechos: vamos a preparar una Huelga General para derribar las medidas del Gobierno apoyadas por la oposición de derecha. La CUT y el MST (Movimiento Sin Tierra) precisan romper efectivamente con el gobierno. La Fuerza Sindical precisa romper con el PSDB.
El PSTU reafirma que ni el PT ni el PSDB nos representan
Es necesario construir en las luchas una alternativa de los trabajadores, obrera y popular contra este Gobierno y la oposición patronal de derecha. Es preciso construir una huelga general que derribe las medidas que atacan a la clase trabajadora. Solo en esta lucha podremos forjar una alternativa de los trabajadores frente a la crisis. La clase obrera y toda la clase trabajadora en lucha tiene más fuerza que el gobierno, los patrones y la oposición de derecha. Y será con esa fuerza en acción que se podrá abrir también el camino para una lucha en pro de un gobierno de los trabajadores sin patrones y sin corruptos.
Traducción: Natalia Estrada.
Llamamos a las centrales sindicales y a los movimientos sociales y populares a construir una Huelga General con las siguientes reivindicaciones:
• ¡Ningún despido! ¡Reducción de la jornada sin reducción del salario! ¡Estatización de las empresas que despidan!
• Retiro de las MP’s [medidas provisorias] 664 y 665, en defensa del seguro de desempleo, del abono del PIS, de la
pensión por muerte y de los derechos de los pescadores; retiro del PL 4330 (de la tercerización).
• Reducción y congelamiento de los precios de los transportes, de las tarifas y de los alimentos.
• Petrobras 100% estatal bajo control de los trabajadores.
• Prisión para todos los corruptos y corruptores, y expropiación de sus bienes (o sea, incluir la investigación y castigo de los casos de corrupción también del PSDB y de FHC, que involucra a innumerables empresas y políticos, incluyendo la Red Globo).
• Suspensión inmediata del pago de la deuda a los banqueros (y auditoría), para que los trabajadores no paguen el
precio de la crisis.