Durante el kirchnerismo, para la convivencia del Estado con las empresas generadoras, transportadoras y distribuidoras de energía, se dispusieron millonarios subsidios, supuestamente para evitar el aumento de las tarifas, un real beneficio para los trabajadores y el pueblo. Pero en el marco de un gobierno capitalista con medidas populistas para la gobernabilidad generó millonarias ganancias para las empresas beneficiadas y enormes bolsones de corrupción dentro de la estructura estatal.
Qué pasó con los subsidios, que entre 2005 y 2015 sumaron U$S 85.000 millones. Representando en el 2015, por ejemplo, un 61% del total de subvenciones del Estado a la economía, uno de los principales factores del déficit público. (1) Esos subsidios llegaron en 2014, dentro del “Plan Gas” de Cristina, por ejemplo, a U$S 11.300 millones, mas lo importado, un 81% más que en 2013, y un 100% más en 2015 en la partida destinada a las petroleras. (2)
Millonarios subsidios provenientes del Tesoro Nacional y del Banco Central, fondos públicos para alimentar la fiesta produciendo más déficit que impide proveer otros servicios para bienestar de la población. Sin control a las empresas para verificar sus reales costos y las obligadas inversiones para generar más energía (gas y petróleo) y mejor transporte y distribución. Un ejemplo histórico fue el de Repsol YPF, “argentinizada” por el gobierno anterior que criticó a la multinacional española por falta de inversiones y mantenimiento pero, obedeciendo a las leyes del capitalismo, indemnizó con U$S 10.000 millones de dólares, bien visto por Macri y sus socios actuales.
(1) Agencia Telam – 11-05-2016
(2) Instituto Argentino de la Energía
Notas complementarias: