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LA DEUDA ES CON NOSOTRAS

En un contexto de crisis económica y pandemia, con picos de contagios y de muertes, la violencia hacia las mujeres se agudizó y profundizó. Hace solo unos días, el Gobierno de Alberto Fernández se reunió con una misión del FMI para renegociar parte de la deuda contraída por Macri.

Violencias multiplicadas

 La Ley para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (Ley 26.485),  detalla que hay distintos modos en los que se reproduce la violencia y que puede afectar tu vida, tu libertad, tu dignidad, tu integridad física, psicológica o sexual, tu situación económica, tu seguridad. [1]

En este momento es de suma urgencia declarar la Emergencia Ya y liberar una partida presupuestaria suficiente para cubrir todas las necesidades de las mujeres y disidencias. Sin ello, la Ley, sancionada en 2009, sigue siendo papel mojado.

Violencia económica

La situación en los hogares de trabajadores y trabajadoras es sumamente grave. Los indicadores de pobreza están cercanos al 40% de la población. En el segundo trimestre se perdieron más de 3 millones de puestos de trabajo formal e informal. Faltan alrededor de 4.000.000 de viviendas. La desocupación llega al 13,1% según el Indec (que contabiliza a quién no tiene y busca trabajo y excluye a los que se rindieron y no buscan). En algunas provincias el porcentaje sobrepasa el 20% y en las mujeres afecta aún más. Por eso ellas están al frente de las ollas populares y las tomas de tierras.

Violencia física

Hasta el 30/09/2020 el Observatorio Ahora Que Sí Nos Ven contabilizó 223 femicidios, la cara más cruda de la violencia hacia las mujeres. Para nosotras, nuestra casa, donde se supone debemos quedarnos para protegernos de la pandemia, es el lugar más inseguro: el 64% de los femicidios ocurrió en la vivienda de la víctima. Los femicidas son parejas o ex parejas, el 65% de los asesinatos fueron cometidos por varones con estos vínculos.

La violencia psicológica es completamente subestimada. No existen cifras oficiales sobre ella. Más de una vez hemos escuchado cómo las mujeres que sufren violencia física acuden a la comisaría y son ninguneadas. Imaginemos cómo podemos denunciar la violencia psicológica, el maltrato, la denigración, la tortura psicológica, en el hogar, los lugares de trabajo y otros espacios.

La ilegalidad del aborto provoca violencia física y psicológica a las mujeres y personas gestantes. Nos obliga a acudir a métodos clandestinos, a violencia médica, a

maternidades forzadas. Hoy más que nunca, donde el sistema de salud se encuentra colapsado, es necesario que se decrete el Aborto Legal Seguro y Gratuito.

Necesitamos soluciones de fondo

Los datos antes detallados fueron extraídos de cifras oficiales o de organismos que son dirigidos por personas afines o parte del Frente de Todos. Por lo tanto, no podemos decir que el Presidente Alberto Fernandez o la Ministra de Mujeres Elizabeth Gómez Alcorta, desconocen la situación.

Desde su asunción el Presidente habló de la legalización del aborto, de la voluntad de erradicar la violencia. Hasta el momento, Señor Presidente: mucho ruido, pero pocas nueces.

A principios de julio presentaron el Plan Nacional contra la Violencia de Género prometiendo una partida de 18 mil millones de pesos para los próximos dos años. Como parte de eso, hasta el momento se ha anunciado el Plan Acompañar, un bono para víctimas de violencia de género. Se trata de una ayuda económica para mujeres e integrantes del colectivo LGBT que equivale a un salario mínimo vital y móvil: $18.900 actualmente. Para esto se brindó una partida presupuestaria de 4500 millones de pesos. Sin embargo, los casos son cientos de miles: Solo entre 2013 y 2018 el INDEC registró 576.360 casos de violencia de género. Una mujer víctima de violencia de género, que debe salir de su casa, afrontar gastos de alimento, vestimenta, con hijes a cargo, con $18900 no puede cubrir todas las necesidades. Necesitamos presupuestos acordes.

Sin embargo, el 12 de Octubre partió la misión del FMI con quien el Gobierno promete acordar y reperfilar los 45 mil millones pedidos por Mauricio Macri y de los que ni un peso fue para combatir ningún tipo de violencia, u otro plan en beneficio de trabajadores y trabajadoras.

A esto se suma que en el presupuesto 2021 se destinará un ínfimo 0,07% a Género y Diversidades. Sin embargo, anuncian con bombos y platillos una gran partida para combatir la violencia porque incluyen en sus anuncios lo que ya se destina, por ejemplo a la Asignación Universal Por Hijo. 

Bajo el gobierno de Macri el movimiento de mujeres se embanderó diciendo “No al FMI” y “la deuda es con nosotras y nosotres”. Quedaron atrás esos momentos donde la colectiva Ni Una Menos tomaba, al menos en el discurso, una postura antiimperialista. Hoy, siendo parte del staff gobernante, son del grupo que se sienta a negociar con el Fondo Monetario como si algo bueno pudiera salir de ahí. No nos podemos dejar engañar. Patear los pagos al 2024 implicará mucho más hambre para mañana y ningún pan para hoy. 

¡Emergencia contra la violencia machista YA!

Las mujeres precisamos patear el tablero. Es vergonzoso que ante la enorme cantidad de femicidios, la pobreza creciente, la crisis, quienes dicen luchar por mejorar esta situación como NUM (Ni Una Menos) no convoquen a movilizar para que se declare ya mismo la Emergencia contra la Violencia Machista y para decretar el aborto legal.

Hasta ahora la mayoría de las organizaciones de mujeres nos dieron la espalda. Igual que las centrales sindicales y federaciones estudiantiles y gran parte de los sindicatos y centros de estudiantes.

Con más razón debemos organizar la pelea en cada barrio, olla popular, toma de tierras, lugar de trabajo, sindicato o universidad. Y si nos quieren arrebatar por la fuerza lo que nos pertenece, prepararnos para resistir y defendernos.

Necesitamos esa organización por abajo, para imponer a la CGT y a las CTA, junto a toda la dirigencia política, sindical y del movimiento de mujeres, que se reclame del campo popular, que se pongan al frente.

Y que obliguen a Alberto Fernandez, principalmente quienes lo consideran su gobierno, a decir un rotundo No al Fondo y a aplicar impuestos a las multinacionales, grandes empresas y fortunas, para obtener de ahí la plata que requieren un real combate contra la violencia machista y las demás necesidades obreras y populares.

 

[1] eN: https://www.argentina.gob.ar/justicia/afianzar/caj/conoce-y-ejerce-tus-derechos/guia-de-informacion-sobre-violencia-contra-las-mujeres