LA ECONOMÍA CAPITALISTA NOS LLEVA AL ABISMO

El sistema capitalista mundial atraviesa una gran crisis, mayor que en los años ’30. Inflación, falta de inversión productiva, especulación financiera, guerras como en Ucrania, desocupación, migraciones forzadas, destrucción del medio ambiente, etc. Y nuestro país, como semicolonia, no es ajeno a esta tragedia económica.

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En Argentina, la inflación, devaluaciones y deudas impagables continúan aumentando la pobreza y produciendo una gran trasferencia de riqueza desde los trabajadores y el pueblo hacia las burguesías nacionales y a las multinacionales que controlan la economía, solo en función de sus ganancias. A la par hay síntomas productivos que ya alertan fuertes bajas.

 

Variables del Gobierno muestran que luego de la pandemia, en 2021, la economía había repuntado un 11% en general, como en otros países. Pero actualmente el Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) del INDEC, demuestra  que en 2022 comenzó a disminuir. Por ejemplo, el último cuatrimestre registra una caída del 2,6% que continúa en este año.

 

La pesca cayó un -11,1%, la industria -1,3%, transporte y comunicaciones -0,3%, ganadería -0,07%, comercio -0,5%, intermediación financiera -2,7%. Solo la minería creció un 11,1% por las concesiones extractivistas y la hotelería un 8,6% por el turismo ante el costo del dólar.

 

Para el Banco Mundial en 2023 el crecimiento será 0,0%, y en 2024 aumentaría solo un 2%. El FMI, supervisor de nuestra economía, pronostica este año  solo el 0,2% y una caída del Producto Bruto Interno (PBI) del 3,5%.

 

Mayor endeudamiento impagable

 

La Deuda del Estado Central sobrepasa los U$S 400.000 millones, la del Banco Central con Leliqs llega a los U$S 70.000.- millones. Sumando la de los organismos estatales y las provincias supera los U$S 500.000.- Y por la tremenda inflación se conceden intereses positivos a instancias del FMI. Una fiesta especulativa de inversores buitres, bancos y financieras.

 

Hay una balanza comercial en baja ante la crisis mundial, a la que se suman la sequía, los millones en intereses por las Deudas Internas y Externas y la fuga al exterior de las ganancias patronales. Las reservas del Banco Central casi no existen, emite más billetes y toma dinero de los bancos con las Leliqs a tasas del 91%.

 

El Gobierno desespera en un año electoral debiendo aplicar mayores y exigentes ajustes (recesivos) acordados con el FMI para generar reservas, con el fin de pagar la odiosa y fraudulenta Deuda Externa. El préstamo del FMI a Macri no se está pagando, el organismo refinancia cada tres meses cobrando suculentos intereses.

 

Los precios imparables

 

Los principales factores son la sangría mencionada del pago de intereses de deudas impagables, la remarcación de las grandes y medianas productoras de alimentos, insumos industriales y laboratorios, la intermediación comercial, la quita de subsidios dando rienda suelta a las empresas para aumentos en energías y servicios. Muchas patronales  adquieren insumos importados al dólar oficial de $230.- pero aplican en los costos el dólar “blue” ilegal obteniendo fabulosas ganancias. Como en cereales y carnes que nos aplican el precio internacional.

 

La inflación no es generada por los aumentos de salarios, siempre debajo de la inflación. Una inflación que conviene al Gobierno para recaudar más impuestos como el IVA, al cheque, Ingresos Brutos, etc., destinados a disponer recursos y pagar la estafa de la Deuda.

 

Nuestra economía capitalista está estancada y a las puertas de una recesión con consecuencias terribles por la baja del consumo y la perspectiva de aumento del desempleo con el posible efecto de que desesperemos por mantener un trabajo, aunque sea salarios miserables. Y siempre con la losa de tener que disminuir el Déficit Fiscal, con menor gasto público en obras, servicios, salarios y haberes, exigido por el FMI.

 

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NOTA 2

 

Devaluación y dolarizaciones es más ajuste

 

El superministro de Economía, Sergio Massa, viaja seguido a EE.UU. por más préstamos, prometiendo pagar lo impagable. Se intentará cumplirlo con el saqueo del FMI y beneficios a las inversiones de las grandes multinaciones de la energía y el litio, por el que conceden regalías irrisorias del 3%.

 

Mientras, sectores capitalistas presionan con la devaluación, tratando de unificar el dólar oficial ($224.-)  con el “blue” ($470), como con Menem y Cavallo. Alternativa con tremendas consecuencias para los trabajadores y el pueblo como en 2001. Mayores aumentos de precios, con  salarios y jubilaciones reducidos a una mísera cantidad de dólares, como es la tendencia en América Latina.

 

Como todo gobierno capitalista burgués, Fernández es incapaz de tomar medidas para proteger a los trabajadores, como una Junta Nacional de Carnes y Cereales que priorice el mercado interno a precios accesibles antes de exportar, un Control de Cambios estatal, una nacionalización del sistema financiero, que estatice las extracciones mineras protegiendo el medio ambiente, y que se importe realmente lo necesario. Y una necesidad urgente: dejar de pagar la sangría de la Deuda Pública Interna y Externa. Este Gobierno no lo hace porque esas medidas parciales insuficientes, no se podrían sostener si no se profundizan con acciones verdaderamente socialistas controladas por un gobierno de los trabajadores y el pueblo.