Los estudiantes secundarios de Buenos Aires luchan contra la reforma educativa que el Gobierno planea implementar en los colegios de la Ciudad a partir del 2018, para luego comenzar a aplicarlo en todo el país. Mediante toma de escuelas, cortes y marchas, los estudiantes le dijeron NO a una reforma que quita la mitad de horas de contenido del último año para hacer prácticas laborales en empresas de manera gratuita.
Además establece que las escuelas recibirán presupuestos en base al desempeño que tengan a través de pruebas evaluativas que el Gobierno ya viene realizando desde el año pasado y que buscan, por otra parte, atacar a los docentes y condenar vez más a las escuelas que están en los barrios obreros y populares.
Quieren una educación de ricos, y una de pobres
. Por eso nos quieren quitar contenidos mientras siguen financiando la educación privada. Quieren que la escuela sirva para producir solo mano de obra barata. Y ni hablar de la educación terciaria y universitaria, que comienza a verse como una opción utópica frente a las realidades y necesidades que debemos enfrentar. La educación pasaría a ser el privilegio de unos pocos, mientras que el trabajo precarizado y tercerizado se continuaría profundizando.
Es como un “volver a los 90”, y no en el sentido de la moda hispster. Nos recuerda a lo que dicta la LES menemista, aplicada durante todo el kirchnerismo, “la educación es un servicio y no un derecho”. Así lo dicta el Banco Mundial y todos de quienes el Gobierno toma deuda externa.
Por una educación pública, laica, científica y de calidad
Una de las medidas principales para defender la educación pública es decir NO AL PAGO DE LA DEUDA EXTERNA USURERA Y FRAUDULENTA. Que esa plata se ponga en las escuelas, terciarios y universidades.
Colocando esos recursos a favor del pueblo podríamos desarrollar una educación científica, que produzca trabajadores con pensamiento crítico, que se dedique a hacer avanzar la ciencia y la investigación. Cuántos son los científicos que no se desarrollan porque van a escuelas pobres y ellos no tienen recursos propios para acceder a una educación superior. La educación tiene que estar al servicio del desarrollo del pueblo, para combatir enfermedades, para desarrollar puestos de trabajo, obra pública y todo lo que necesitamos para vivir mejor.