La lucha de ayer, continúa hoy

Desaparecer por luchar, desaparecer por justicia, por educación, por futuro; desaparecer en manos de la Dictadura  a los 16 años, desaparecer por ser joven, por ser “peligroso”, por subversivo, por revolucionario, desaparecer en los papeles y en el cuerpo. La Junta desapareció a Claudias y María Claras, Gustavos y Pablos¹.  Por la noche del 16 de septiembre de 1976, los grupos de tareas los sacaron a palos de sus camas, amenazaron a sus viejos, y se los llevaron a Arana y luego al Pozo de Banfield. Ya son 38 años de ausencia e incertidumbre. Estos pibes dejaron los guardapolvos colgados, listos para que los ocupemos quienes hoy levantamos sus banderas con orgullo.
Son 38 años, con Obediencia Debida y Punto Final, con Indulto menemista de por medio. Con tres décadas de supuesta democracia sólo un 15%² de los torturadores fue procesado y encarcelado, otro tanto fueron absueltos, algunos murieron sin haber sido procesados, y a otros el Gobierno “de los derechos humanos” los colocó al mando de las Fuerzas Armadas, como Milani. Si consideramos que en Argentina los Centros Clandestinos de Detención llegaron a ser unos 600 en todo el país y los implicados en delitos de lesa humanidad son cerca de 200 mil, estamos hablando de que una minoría ínfima está pagando por las atrocidades que se cometieron durante esos años, pareciera que la justicia se hace a cuentagotas.
Más de 2000 adolescentes desaparecieron, 200 de ellos estudiantes secundarios, torturados con picana eléctrica, arrojados al mar en los Vuelos de la Muerte. No se echaron atrás, no “cantaron”. ¿Eran peligrosos para el monstruo de la Dictadura?, sí; eran peligrosos por los ideales que perseguían, por la militancia que llevaban al hombro. Por eso los Falcon llegaron de noche como llegan los cobardes a actuar en la oscuridad y los arrancaron de las asambleas y de las marchas por el boleto.

La lucha continúa

En 2014 no tenemos a las “botas” al mando, pero tenemos toque de queda en Misiones (ver nota en esta página), Código de Faltas en Córdoba, tenemos Luciano Arruga en las comisarías del Conurbano, tenemos Mariano Ferreyra y 32 jóvenes asesinados el 19 y 20 de diciembre del 2001. Tuvimos Cromagnon y masacre de Once, Marita Verón y Walter Bulacio y tenemos detenidos por cortar la Panamericana. Más de 3700 muertes por gatillo fácil desde la caída del Proceso y un calendario sin Julio a partir del 2006.
No tendremos más Garage Olimpo, ahora la ESMA es un “ex” centro clandestino de detención, pero tenemos Ley Antiterrorista, Proyecto X, a la policía adentro de las fábricas y patovicas en las facultades. Están hablando de la Ley Antipiquetes para cercenar la protesta social, se olvidan de que los trabajadores y los estudiantes tenemos que ganar las calles para hacernos oír.
Habrán bajado el cuadro de Videla, pero Milani dirige el Ejército y Berni aterriza en los piquetes en helicóptero. Por lo que luchaban los pibes de la Noche de los Lápices sigue vigente, porque no hay boleto, ni educación, salud, trabajo, no hay futuro garantizado para los trabajadores. El Gobierno Nacional pide a gritos que le dejen pagar la deuda externa, y ni se atreve a nombrar a los 195³ desaparecidos en democracia. Queda muchísimo por esclarecer, hay 400 nietos que todavía no conocen su verdadera identidad, pero no es la voluntad de quien gobierna colocar sus fuerzas allí. Si hay 115 nietos recuperados, esto fue a causa de la movilización popular, del trabajo gris y cotidiano de familias enteras luchando contra los gobiernos, el Estado y sus brazos armados.
Para el Gobierno y sus aliados, seguimos siendo algo peligrosos. Por eso el gatillo fácil, la persecución y criminalización de la juventud sigue a la orden del día. Es por esto que seguimos levantando la bandera de la lucha de los jóvenes de aquel 16 de septiembre, el verdadero día del estudiante secundario. Por justicia y esclarecimiento. No más Claudia Falcone, Luciano Arruga y Mariano Ferreyra. Su lucha sigue viva en nuestra lucha día a día.

Notas:
¹ Nombres de algunos de los jóvenes desaparecidos el 16 de Septiembre de 1976. Pablo Díaz fue el único sobreviviente.
² En: http://hijosprensa.blogspot.com.ar/2014/01/mas-justicia-cuentagotas.html
³ En: http://correpi.lahaine.org/?p=1156