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La lucha de la línea 60 ante la muerte de un compañero: David Ramallo presente!

Los trabajadores de la línea 60 están con la frente en alto, con bronca porque quedó una familia sin su padre, con bronca porque salís a laburar y no sabes si volvés a tu casa, que cuando saludas a tus hijos a la mañana, o a tu novia o a tu mujer, no sabes si los vas a volver a ver.

Lo primero que tenemos que decir de los trabajadores de la línea 60, es que acaban de sufrir la perdida de un compañero de laburo, que es un hermano de todos los trabajadores.

Lo segundo es que no se callaron, y salieron a la calle a exigir justicia por David, marchando bajo la lluvia por avenida Corrientes hasta el Ministerio de Trabajo, contra la empresa y contra el gobierno.

Y luego, con los colectivos llenos de banderas se fueron al velorio y al entierro, a despedir a un hermano con el dolor de una batalla perdida.

Nadie lo puede traer de la muerte, pero podemos hacerle justicia peleándola para que no haya más trabajadores muertos por accidentes evitables, porque vayan presos los dueños de la empresa y los funcionarios que provocaron esta tragedia.

Los trabajadores de la línea 60 están con la frente en alto, con bronca porque quedó una familia sin su padre, con bronca porque salís a laburar y no sabes si volvés a tu casa, que cuando saludas a tus hijos a la mañana o a tu novia, o a tu mujer, no sabes si los vas a volver a ver.

La muerte de David Ramallo es la muestra más clara y cruel de la contradicción absoluta entre los intereses de los trabajadores y los intereses de los patrones.

La enorme cantidad de trabajadores muertos por accidentes de trabajo evitables en todo el país son víctimas de la desidia de las empresas y la política del gobierno de Macri, que busca avanzar aún más en la flexibilización laboral y el deterioro de las condiciones laborales, para garantizar productividad y competitividad a las empresas, como le prometió a los gerentes de las principales multinacionales en el foro “Mini Davos” que organizo en Capital, y como intenta hacer con su proyecto de modificación de la ley de ART.

Para ganar más son capaces de asesinar trabajadores haciéndonos trabajar en condiciones de riesgo permanente, aumentando las enfermedades y accidentes laborales.

También son responsables de la muerte de David los funcionarios que dejaron funcionar ese elevador, en esas condiciones, y que le ponen la estampita de la VTV a colectivos que andan con el volante temblando y con pocos frenos.

Los choferes realmente hacen malabares a veces para manejar con esos coches. Por eso los trabajadores de la 60 son claros: son la empresa y el gobierno los que no permiten que ellos salgan  a trabajar, porque no les garantizan las condiciones mínimas de seguridad.

Es fundamental rodear de la mas amplia solidaridad a los trabajadores de la 60 en éste momento. Los comunicados de apoyo de diferentes gremios, comisiones internas, delegados, activistas y partidos son fundamentales para apoyarlos en esta lucha que es una pelea de todos los trabajadores.

La inspección está dejando en evidencia la falta de inversión y control

Luego de la movilización del lunes, el Ministerio de Trabajo se comprometió a llevar adelante una inspección a partir del día martes. Si bien el acta firmada el lunes no reconocía perito de parte a los trabajadores, en la inspección, los choferes impusieron la participación de algunos delegados y choferes con un técnico de confianza.

Nosotros apoyamos este justo reclamo de un perito de parte de los trabajadores porque no confiamos en la CNRT y la Superintendencia de Riesgos de Trabajo, que fueron cómplices del asesinato de David Ramallo.

Hasta el momento de cerrar este artículo en el predio de Barracas llevaban 25 colectivos revisados de los cuales 22 quedaron fuera de servicio por distintas irregularidades, dejando claro que la muerte de David fue por negligencia de la empresa y los que habilitaron esas herramientas de trabajo.

Los choferes de la 60 han dejado claro que no volverán a trabajar si los coches no andan bien, o los talleres no están en condiciones.

Aunque arreglen todos los coches y vuelvan a trabajar, el control de las condiciones de trabajo será una tarea permanente que no pueden llevar adelante los choferes y mecánicos individualmente. La mejor forma de controlar las condiciones de trabajo es que la comisión de seguridad e higiene que organizaron los choferes, tenga capacidad para no permitir que salgan los coches que no estén en condiciones. Pero como aún la comisión no tiene esa potestad, y mientras peleamos por que la tenga, la responsabilidad de realizar esta tarea de control recae sobre los delegados, que deben estar atentos a las condiciones de trabajo. Esto no significa que los delegados y la comisión se hagan cargo de la desinversión o las fallas y accidentes. Significa que deben parar el trabajo si no hay condiciones de llevarlo adelante con seguridad.

Una pelea de fondo en todo el transporte público

No podemos dejar que se nos sigan muriendo compañeros porque las empresas no invierten un peso en nuestras condiciones de trabajo. No solo está en riesgo la vida de los choferes, también está en riesgo la vida de nuestras familias que viajan en esos colectivos.

Los trabajadores, estudiantes y jubilados somos los que usamos el transporte público, nuestras familias y amigos viajan en esos colectivos y trenes. Nosotros corremos los riesgos, no los empresarios que viajan en sus autos de alta gama y sus aviones, que compran con el dinero que hacen con nuestro trabajo, y con el dinero que se ahorran no poniendo un peso en nuestras condiciones de trabajo y de seguridad.

No es solo un problema de la línea 60. El transporte público en manos de las privadas es una montaña rusa.

Los 52 muertos en la tragedia de once, son víctimas de la misma lógica: el gobierno le da la gestión del transporte público a empresas que lo único que les interesa es comerse los subsidios millonarios, abaratando costos para engordar sus ganancias.

Por eso decimos que Dota se tiene que ir. Sabemos que DOTA (con la autopartista Agrale) y Metropolitana (ligada al Ministro de Transporte Guillermo Dietrich) son las dos empresas que se disputan los transportes de colectivos y que la 60 no escapa a esa rapiña entre empresas. Que si se va DOTA intentarán meter a Metropolitana. Los trabajadores no podemos hacerle el juego a ninguna de las dos. No podemos exigir el fuera DOTA y dejarle el negocio a Metropolitana y tampoco podemos hacer la vista gorda con los asesinos de DOTA.

Por eso, necesitamos exigir que se vaya DOTA y que el Estado se haga cargo de la empresa sin pagarles un peso de indemnización. Pero como no confiamos en este gobierno, los trabajadores debemos tener control sobre lo que hace la empresa. Sobre la seguridad, la higiene y también sobre los libros contables, para que no pueda haber robo y corrupción.

Cuando hablamos de estatización con control obrero parece que estamos planteando algo muy distante, o una locura. Pero la verdadera locura es que estas empresas que se la llevan en pala y ponen en riesgo nuestras vidas sigan manejando el transporte público, la energía o las principales ramas de la industria.

Cuando hablamos de control no estamos diciendo que los choferes hagan una cooperativa y se conviertan en patrones. Lo que queremos decir es que el estado se haga cargo del transporte, del gas, de la luz, de todos los servicios públicos y las grandes empresas, y nosotros los trabajadores podamos controlar la actividad de la empresa estatal.

La línea 60, por ejemplo, tiene organizado una comisión de prensa y una de seguridad e higiene. Son grandes esfuerzos que hacen los compañeros que además de trabajar se ocupan de difundir lo que pasa, y tener un control sobre cuestiones de seguridad. Para controlar la empresa como nosotros decimos, debería formarse un comité de control votado en asambleas, organizándose otras comisiones, como auxiliares de ese comité, para controlar las finanzas, para ver si es cierto que la empresa no tiene plata, para ver en que gasta el dinero, en particular el de los subsidios del estado; podría armarse una comisión de planificación para organizar mejor nuestro trabajo, etc. Nadie está más preocupado que los colectivos anden bien que los propios choferes y usuarios.

Que la UTA llame a un paro nacional de transportes

Sabemos que esto es una pelea más larga y que no la podemos conseguir solos. Hoy más que nunca tenemos que exigirle a la UTA, empujando desde abajo, que llame a un Paro Nacional del Transporte por condiciones de trabajo, reapertura de paritarias y todos los reclamos pendientes. Los trabajadores de la 60 pueden ser punta de lanza de éste reclamo y que la UTA tenga que moverse para que no tengamos que lamentar otros compañeros fallecidos en las demás líneas. Sabemos que el año pasado estuvieron en la vereda de enfrente durante los 42 días de lucha de los choferes de la 60, que tienen negocios con las empresas del sector y que la conducción de la UTA es cómplice de la muerte de Ramallo porque sabía en las condiciones que se estaba trabajando y no hizo nada. Por eso mismo no podemos dejar que se la lleven de arriba.

En ese sentido creemos que es muy importante distinguir la conducción de la UTA de los trabajadores del gremio. Si no hacemos esa distinción podemos confundir a los dirigentes traidores con los trabajadores de las distintas líneas que no han podido organizarse de manera independiente de Fernández y Mata.

Sin esos choferes de las otras líneas, no hay forma de sacar a estos dirigentes vendidos de sus sillones, y no hay forma de ir a fondo porque se haga justicia por David, y se tomen todas las medidas para que esto no vuelva a ocurrir. Para poner en movimiento a los choferes de todas las líneas es precisamente que, no sólo debemos denunciar a la conducción, sino exigirle que llame a asamblea del gremio para votar el plan de lucha.

Unir las luchas contra el ajuste del gobierno

Se podría hacer una gran campaña nacional por la seguridad laboral, contra la reforma laboral que intenta llevar adelante Macri y sus cómplices, uniendo los reclamos de diferentes comisiones internas, cuerpos de delegados y sindicatos, fortaleciendo la pelea junto a todos los familiares, amigos y compañeros de trabajo de las víctimas de la desidia de las empresas y el gobierno.

El mismo día que moría David, falleció un obrero de la construcción porque se le cayó una pared encima, y semanas antes Juan Ruiz Díaz perdió la vida en Ternium Siderar cayéndose de un techo.

Esto deja claro que no es un problema de un gremio en particular, todos ellos son víctimas de una ofensiva del gobierno contra las condiciones de trabajo, en beneficio de los empresarios. Por eso la unidad de todos los trabajadores es la única garantía de triunfo. Tenemos que construir desde abajo y exigiendo a las direcciones de cada gremio la lucha contra el ajuste de Macri en todo el país.Por eso a la vez que exigimos a la UTA, le exigimos a las CTA y la CGT que no esperen más y llamen ya mismo a un Paro Nacional y Plan de Lucha, para derrotar el plan de Macri, incluyendo en los reclamos las cuestiones de seguridad e higiene.

En ese sentido este viernes 16 a las 11 hs movilizaremos a la Usina del Arte a decirle no al Tarifazo, a decir ¡Fuera Aranguren! y a exigir la estatización con control de los trabajadores de las empresas de gas, luz y todos los servicios públicos.

#VIDEO: Marcha de los trabajadores de la 60 al Ministerio de Trabajo por la muerte de David Ramallo.