Ya son conocidas varias de las medidas que aplicó Milei ni bien asumió. Desde el DNU y la tan discutida hoy Ley Ómnibus hasta el protocolo antipiquetes, todas son contra los trabajadores y el pueblo. Entre ellas miles de trabajadores estatales despedidos. Entrevistamos a nuestro compañero Alexis Penela, de la Dirección de reciclado de CABA.
Avanzada socialista: ¿Cuál es la situación general de los trabajadores estatales?
Alexis: La situación de los empleados públicos no está fácil, hay miles de despidos en todo el país, y estamos cobrando salarios por debajo de la línea de la pobreza. Pero el paro y la movilización del 24 muestran que hay ganas de pelearla, y eso es lo más importante. Hace años que las leyes y los convenios colectivos firmados por los sindicatos legalizaron la precarización laboral permitiendo que haya trabajadores contratados como monotributistas, que no cobran aguinaldo y todos los diciembres están con la incertidumbre de no saber si les renuevan el contrato. Pero el DNU y la Ley Ómnibus de Milei pretenden agravar aún más esa situación, profundizando la precarización laboral, permitiendo, por ejemplo, que se hagan contrataciones cada tres meses, y que trabajadores estatales pasen a ser mano de obra barata de empresas privadas. Esto lo venden como «reinserción laboral privada de agentes públicos», para lo cual crearían un «régimen de promoción» que eximiría de cargas sociales a empresas que contraten «agentes públicos en situación de disponibilidad». Acá ya no estamos hablando de trabajadores contratados, sino de personas que pertenecen a la Planta Permanente del Estado, que podrán ser puestos a disponibilidad y en un año ser echados pagando una indemnización en cuotas. Además, pretenden que devolvamos la indemnización si reingresamos antes de los cinco años de la efectiva desvinculación. O sea que si te echan no podés usar la plata para vivir porque si después te reincorporan la tenés que devolver. Y por las dudas que queramos protestar, la Ley Ómnibus pretende incorporar como artículo 16 bis de la Ley N°24.185, que es la Ley Marco de Regulación del Empleo Público Nacional que «será obligatorio el descuento del proporcional de haberes por los días en los que el empleado haya decidido hacer uso de su derecho de huelga”. Es decir, no tendríamos derecho a huelga.
AS: ¿En el lugar donde trabajas como se expresa esto?
Alexis: Acá, en la Ciudad de Buenos Aires, ya van unos siete mil despidos aproximadamente. Milei dijo que había que recortar el 30% de los contratos y Jorge Macri está cumpliendo, mientras veranea en Punta del Este. En mi trabajo, a más de 90 compañeros y compañeras les informaron que no les iban a renovar el contrato. Una locura. Así terminamos el 2023 y empezamos este año nuevo. Eso fue un viernes, y el martes 2 de enero nos concentramos en la puerta del Ministerio, donde también funciona el Ministerio de Hacienda de Ciudad, hicimos asamblea y empezamos con una serie de medidas que finalmente, luego de más de tres semanas, resultaron en la reincorporación de la mitad de las compañeras y compañeros. Esto es una alegría, pero no podemos dar por perdidos al resto y tenemos que seguir peleando porque ninguna familia quede en la calle.
AS: ¿Qué perspectivas ves? ¿Qué política deberían tener?
Alexis: Creo que la Marcha del 24 nos mostró la fuerza que tenemos. Pero no puede quedar ahí. Lo que estamos enfrentando es un plan político y económico. Los despidos, la precarización, el achique del Estado que estamos viviendo, no es una cuestión sectorial o sindical. Están despidiendo estatales porque quieren esa plata para pagarle la Deuda al FMI y a los buitres. Yo no tengo ni un poco de confianza en los dirigentes de la CGT, ni tengo ninguna confianza en el Congreso. Creo que sería equivocado esperar que sean ellos los que resuelvan esto. Por eso son fundamentales las asambleas, y que no nos atemos a los cuerpos de delegados y comisiones internas. La situación obliga a pensar y darle forma a nuevas formas de organización que sirvan mejor a la lucha. Ahora lo primero es tirar abajo la Ley Ómnibus, el DNU y pelear por las reincorporaciones. Y si se vota la ley tendremos que enfrentarla en los hechos, como hicimos el 14 y el 18 de diciembre de 2017, o como hicimos en el 2001. Pero no se termina ahí la cosa. El problema que tenemos es más profundo. Yo creo que es necesario sacar a Milei, Caputo, Bullrich, pero no para que vuelva el peronismo, ni el pro, ni los radicales. Hay que construir algo nuevo. Desde que tengo memoria, los laburantes estamos mal. Algunas veces peor y otras mejor, pero en este país los ricos son cada vez más ricos y los pobres somos cada vez más pobres. Es un país semicolonial, con los recursos naturales entregados a las multinacionales que se llevan todo, con una Deuda con los organismos internacionales de crédito que se llevan gran parte del presupuesto. Esa estructura económica de saqueo y entrega, es una máquina de generar pobreza, y mientras eso siga así, seguiremos discutiendo si somos más o menos pobres, más o menos precarizados. Tenemos que proponernos terminar con ese saqueo, poner los recursos del país en manos del pueblo, y dejar de pagarle a los buitres del sistema financiero, y para eso es necesario tirar abajo este Estado gobernado por empresarios, y construir un nuevo Estado donde realmente gobiernen los trabajadores y el pueblo.