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La lucha en defensa de la educación pública es una sola

Esta semana continúan las medidas de fuerza por parte de los docentes universitarios. En 57 universidades a lo largo y ancho del país los docentes extienden el paro ante la irrisoria oferta salarial del Gobierno: 10% en dos cuotas.
A esto se suma el desfinanciamiento de las universidades con un recorte de 4 mil millones de presupuesto, los miles de docentes que trabajan gratis siendo Ad Honorem y el estado edilicio desastroso de todas las sedes que se enfrentan a la privatización hace décadas.
El ajuste a la educación pública no es nuevo en el Gobierno del PRO. Recordaremos a nuestros mandatarios por frases célebres como “caer en la educación pública” (Mauricio Macri) o “los pobres no llegan a la universidad” (María Eugenia Vidal). Pero este ajuste se profundiza en un marco de recorte generalizado dirigido directamente por el FMI. Quieren un país servil a las multinacionales, no quieren profesionales ni mano de obra calificada, nos quieren sumisos y sin educación para explotarnos mejor.
El estado de la educación pública es cada vez peor. Pero todos los sectores se están levantando. Los terciarios de Capital Federal continúan luchando contra el cierre de los profesorados, se suman los estudiantes secundarios de las técnicas contra el recorte de los planes de estudio, los docentes de primaria y secundaria están en guerra por presupuesto, justicia por Sandra y Rubén y ahora se adicionan los docentes universitarios.
No podemos mantener estas luchas aisladas. La educación pública es una sola, y es de los trabajadores. Eso es lo que debemos defender. No podemos permitir que nos la arrebaten los empresarios y millonarios del gobierno mientras financian la educación privada y pagan la deuda externa. Ese dinero tiene que utilizarse para aumentar el presupuesto de toda la educación y la ciencia y para que los docentes tengan salarios igual a la canasta familiar. Las federaciones estudiantiles deben unificar todas las acciones y colocarse a la cabeza de esta lucha.
En cada escuela, profesorado y universidad tenemos que hacer asambleas para sumarnos a esa lucha. Debemos acompañar el paro docente y todas las luchas como la del Astillero Rio Santiago, que en la localidad de Ensenada también enfrenta el vaciamiento de este mismo gobierno. Las centrales sindicales no pueden seguir mirando a otro lado. Los hijos de los trabajadores que dicen representar son los que asisten a la escuela pública. Tienen que llamar a paro general y plan de lucha en defensa de la educación. No pueden dejar solos a los docentes y estudiantes. Es con los métodos de la clase obrera con los que podemos ganar. Y si el gobierno no responde tendremos que sacar a Macri y a Vidal, como hicimos en el 2001.
Organicemos acciones en todos los lugares de estudio y de trabajo. Tenemos una primera parada el 30 de agosto en la Marcha Nacional en Defensa de la Educación Pública. No bajemos los brazos. Unamos las luchas como lo hicimos el 8A en las calles por el aborto legal. Unidos somos más fuertes y podemos vencer.