LA MOVILIZACION DE LOS BANCARIOS LE TORCIO EL BRAZO AL GOBIERNO

La contundencia de la adhesión al paro de 24 hs. del 14 de abril y el inicio de otro de 48 hs. los días 21 y 22 , a pesar de los métodos burocráticos de la conducción de la Asociación Bancaria liderada por el ex zanolista Sergio Palazzo (1), y a pesar de la falta de una oposición antiburocrática unificada y organizada, mostró que los trabajadores bancarios estaban decididos a luchar cansados de una indefinición paritaria por salarios, reincorporación de despedidos y condiciones laborales.

El convenio paritario había vencido el 31-12-2015 y el sindicato había acordado algunos adelantos a cuenta para el trimestre 2016, rápidamente pulverizados por la colosal devaluación del nuevo gobierno de Mauricio Macri, aumento de tarifas y una inflación que profundizó sin límites la generada en el gobierno anterior de Cristina Kirchner.

 La burocracia presionada se puso a la cabeza

Si bien la conducción de La Bancaria no se definía sobre el monto a pedir de aumento salarial desde enero del 2016, la situación se presentaba como mucho más compleja que en años anteriores. Numerosas asambleas, reuniones de delegados de base, especialmente en la banca oficial, que se acrecentaban día a día, obligó a Palazzo a movilizar al gremio, incluyendo un “acampe” en las puertas del Banco Central.

La tensión se venía agudizando desde que en esta entidad estatal, a cargo del macrista Adolfo Sturzenegger, se despidieron 60 trabajadores y otros 6 en el Banco Provincia de Buenos Aires, la potencial pérdida de 2000 puestos de trabajo en el Banco City y 500 en el Hipotecario (banca privada), la afectación al pago del Impuesto a las Ganancias (impuesto al salario) a 20.000 bancarios más que en años anteriores y el constante incumplimiento de diversos acuerdos en varios bancos del Convenio Colectivo de Trabajo 18/1975, tercerización de tareas bancarias y contrataciones fraudulentas de trabajadores como monotributistas o eventuales a nivel nacional.

 Varias Comisiones Internas y agrupaciones de oposición, ante la indefinición de La Bancaria, promovía la exigencia de un aumento del 40% de aumento salarial retroactivo a enero 2016 para compensar el desfasaje salarial del año anterior y parte de la inflación proyectada además de los reclamos centralizados por el Sindicato como los mencionados en el párrafo anterior, llevaron a La Bancaria a promover movilizaciones por la city financiera de Buenos Aires y los paros de 24 y 48 hs.

 Las patronales financieras tuvieron que ceder

Los bancos estatales como el Nación, Provincia de Buenos Aires, Ciudad y Central, comandados ahora por funcionarios políticos de Macri no querían apartarse de las sugerencias del Gobierno de un máximo del 24% de aumento en relación a lo proyectado hipócritamente para la inflación de este año, a lo cual se plegaban los bancos privados amparados en el discurso oficialista.

Pero las patronales bancarias y el Gobierno no podían ocultar que el sector financiero fue uno de los que más ganancias tuvo en los últimos años, tanto con el Gobierno de Cristina como en los primeros meses del macrismo. Basta recordar las maniobras especulativas promovidas por el anterior ministro de Economía, Axel Kicillof, con la venta de bonos Lebac de deuda pública a tasas usurarias y del “dólar a futuro” que ya preveía una devaluación inevitable. Así los sectores financieros se apropiaban de dólares cercanos a los $10.- llegando su valor recientemente a los $15.- en promedio, con millonarias ganancias para los banqueros y sus asociados de multinacionales.

 Sergio Palazzo, de origen radical, juega un poco de independiente en los últimos años, luego de la huida de su antecesor Juan José Zanola por el escándalo de los medicamentos truchos. A veces es CGT Azopardo y a veces CGT Balcarce. Jugó con Cristina cuando ésta le amparó el retorno del control de la obra social bancaria quebrada y salvada con el 2% sobre los intereses bancarios como aporte a sus servicios sociales, y al actual Gobierno le muestra las cartas sabiendo que tiene artillería fuerte, al poder parar las operativas financieras con blindados que no circulen y cajeros automáticos sin efectivo.

 Así, dentro del juego de las burocracias para perpetuar sus privilegios, y ante la presión de los justos reclamos de los trabajadores, movilizó de cierta forma al gremio y obtuvo importante concesiones de las patronales:

* Un aumento del 33% de una vez retroactivo a enero 2016.

* Aplicación de este aumento en todos los adicionales como la falla de caja, guardería, etc.

* Mantener la asignación de participación en las ganancias según las categorías, llevando el salario inicial conformado $ 20.517.57 desde enero 2016.

* Garantizar a todos los trabajadores de Call Center bancarios un sueldo fijo inicial bruto similar.

* De los 63 empleados despedidos del Banco Central, deducidos los que aceptaron retirarse con indemnización, 15 serán recontratados por la entidad y el resto se distribuiría entre otros bancos como el Nación.

* Los días de paro no serán deducidos de los salarios.

* Se estableció asimismo una cláusula por la que en el caso de alteraciones en el proceso económico como que el alza de precios/inflación superara el porcentaje acordado se reiniciará la negociación paritaria”.

Banco Provincia, una lucha por la defensa de la banca pública

Es de resaltar el caso de los trabajadores del Banco Provincia de Buenos Aires, con una tradición de lucha muy fuerte en el gremio bancario en los últimos años. Además de acompañar los reclamos expuestos precedentemente, todas las comisiones gremiales de esta entidad decidieron unificarse para revertir lo que explícitamente es un ataque a la banca pública.

La gobernación de la provincia, a cargo de la macrista María Eugenia Vidal, y su séquito de funcionarios patronales, apuesta a reducir la incidencia de la banca pública en este distrito, como el hecho de proyectos de cierre de sucursales con la excusa de falta de rentabilidad, cuando además de funciones económicas financieras, este banco cumple un rol de fomento social desde hace 194 años.

Para ello, además de colocar como presidente de la institución a un ex funcionario del Banco Ciudad, Juan Ernesto Curuchet , ex abogado del Banco de Boston y de patronales adquirentes de empresas públicas en la época menemista, con la excusa de tener que cubrir el cargo de Gerente General, nombró en este cargo al Ing. Jorge Gustavo Allen, ex director del Banco BBVA- Francés, materializando así un hecho inédito en toda la historia de este Banco. Por reglamento y estatuto este puesto debe ser cubierto por un agente de trayectoria dentro del personal del BAPRO, atacando de esta forma la tradicional carrera bancaria y abriendo la puerta a funcionarios ideológicamente afines con el gobierno de Mauricio Macri y sus planes capitalistas de privatizaciones y mercado disminuyendo la importancia de la banca pública.

 Los trabajadores del Banco Provincia, con asambleas, reuniones de cuerpo de delgados de base y unidad de todos los ámbitos gremiales internos, ejecutaron medidas de fuerza, además de acompañar a La Bancaria en reclamos paritarios, que lograron revertir los proyectos patronales macristas. El presidente Curuchet desplazará al Ing. Allen a la función de Coordinardor de Areas Gerenciales, comprometiéndose mediante acta explícita a nombrar un Gerente General con trayectoria dentro del Banco; de los 6 trabajadores despedidos 4 serán reincorporados a partir del 1º de mayo; el compromiso de no cerrar filiales, garantizar la carrera bancaria y los puestos de trabajo.

Un triunfo que golpea al Gobierno y fortalece a los trabajadores

El acuerdo paritario es beneficioso para los trabajadores en este contexto económico-político-gremial, a pesar de la burocracia del sindicato, que como es su costumbre no consulta y ni decide democráticamente junto con los trabajadores. Obtuvo un 33% de aumento cuando se podía conseguir mucho más si avanzaba y profundizaba la lucha contra los proyectos del Gobierno.

No obstante, para los trabajadores se ratifica una conclusión: ante las justos reclamos por el ataque patronal y gubernamental con los tremendos ajustes que estamos sufriendo, la predisposición de los trabajadores para exigir y presionar a sus conducciones gremiales y políticas para la movilización y la lucha, organizándose desde abajo, puede obtener valiosos triunfos para defender su nivel de vida y predisponer a otros trabajadores a imitarlos.

Sólo faltaría que los empleados bancarios comiencen a unificar a todos las agrupaciones y activistas dispuestos a generar una nueva dirección gremial y política que se anteponga a los planes del capitalismo, de las patronales financieras y de los gobierno de turno que juegan a su favor, que aunque debieron hacer concesiones, volverán al ataque para cobrarse lo que tuvieron que ceder de sus ganancias.

 

(1) Sergio Palazzo fue secretario adjunto de Juan José Zanola, secretario general de la Asociación Bancaria desde la última Dictadura Militar, y que tuvo dar un paso al costado en el ante el escándalo de los medicamentos truchos en el 2009 que involucraba a la obra social controlada por su sindicato.