Macri se está derrumbando. Y está claro que de ellos solo se puede esperar más entrega. Por eso es importante ver en que anda la oposición peronista que se prepara para la carrera en Octubre .
Por un lado, Lavagna viene perfilandose como un posible candidato. Fue quien pagó peso por peso 9500 millones al FMI en 2003. Hoy quiere renegociar con el FMI, pagar nuevamente la deuda y además aplicar la Reforma Laboral que Macri no pudo. En pocas palabras, promete ser buen alumno del Fondo a costa de más ajuste para los trabajadores.
Massa, Urtubey, Pichetto, y compañía siguen deshojando la margarita y haciendo cuentas para ver si se presentan o no en las PASO de agosto. Los números de las encuesta no ayudan y todos ellos fueron cómplics del macrismo estos años, aportándole los votos necesarios para que Cambiemos apruebe las leyes del ajuste en el Congreso (Acuerdo con el FMI, pago a los buitres, reforma previsional, presupuesto ajustador, etc)
Por otro lado, está casi confirmada la postulación de Cristina, con buena parte de los mismos impresentables del aparato del PJ detrás. Ella viene realizando denuncias a muchos de los ajustes del gobierno, los recortes en el estado, el aumento de precios y tarifas y en algunos casos también contra los despidos. Por eso hay quienesven con expectativa su postulación, incluso porque hay quienes desde el Kirchnerismo denuncian correctamente los lazos con el FMI y la dependencia a la que nos lleva Macri. La pregunta es: ¿cómo podemos terminar con esa dependencia económica que pretende destruir las conquistas que tenemos y llevarnos a vivir como en los países más pobres del mundo? Según Kicillof y varios referentes Kirchneristas, el camino es volver a negociar con el FMI. O sea, pedirle al lobo que por favor no se coma a las ovejas. Una verdadera utopía.
La única salida es NO pagar la deuda y romper con el FMI
No hay forma de salir del pozo donde nos metieron si seguimos pagando la deuda ilegítima a la que nos comprometieron sin preguntar y a costa del hambre popular. En nuestro país los trabajadores conocemos bien las recetas del FMI que nos llevaron al desastre del gobierno de De La Rúa que el pueblo sacó saliendo a las calles en el 2001. Grecia por su parte sufrió en carne propia no solo el ajuste del Fondo sino la «renegociación» que impulsó Syriza (partido de gobierno) y que trajo más hambre, privatizaciones y desocupación.
La única salida para los trabajadores es dejar de pagar la estafa de la deuda externa y poner esos miles de millones al servicio de las necesidades del pueblo. Crear trabajo genuino, invertir en la salud y educación públicas y dar pasos en reindustrializar el país. Para eso los trabajadores tienen que tomar las riendas de la economía y del gobierno. Y solo podemos lograrlos con la organización, la lucha y la movilización.