En los paros y concentraciones, miles de honestos activistas obreros, juveniles y populares que se reivindican peronistas y/o kirchneristas, han hecho de esta consigna su canto de guerra. Compartimos la aspiración de libertad y soberanía que representa, así como la comprensión de que la mayor parte de los problemas que sufre el pueblo argentino son consecuencia de la entrega de los recursos naturales de nuestro país, y del hecho de que gobierno tras gobierno se han dejado de lado las necesidades de las mayorías en función del pago de la ilegítima deuda externa.
Compartimos la visión de que la mayor parte del trabajo y la riqueza que producimos van a las manos de las grandes multinacionales y los organismos de crédito de los países poderosos. Y el anhelo de terminar con eso de una vez y para siempre.
Por eso, estamos dispuestos a luchar con todas nuestras fuerzas para impedir que nuestra patria siga siendo vendida. Comprometemos la mayor unidad de acción con todo aquel que se disponga, lealmente, a dar su vida por recuperar nuestra segunda y definitiva independencia nacional, rompiendo las cadenas (políticas, económicas, militantes, jurídicas e institucionales) que nos someten.
En nombre de ese compromiso, queremos debatir francamente, para sacar conclusiones que nos ayuden en ese enorme desafío.
La patria ya está bastante “vendida”
El actual gobierno, a través de su sumisión explícita a Estados Unidos y todo su proyecto, impulsó la Ley Bases y el Pacto de Mayo, suscripto por la mayoría de los gobernadores (incluso muchos que hacen parte de lo que se llama “peronismo”).
El RIGI y demás artículos representan un remate a precio vil de todas las riquezas del subsuelo, el suelo, el mar y los ríos de Argentina. Asegura enormes ganancias futuras a las multinacionales que vengan a “invertir” ( es decir, a poner algo de capital para llevarse de inmediato mucho más, saqueando todo). Pone a su disposición la energía, los alimentos, los minerales, el agua que debe pertenecer al pueblo.
Tenemos que derrotar ese proyecto. Para estar en condiciones de hacerlo, tenemos que ver en qué punto estamos.
La entrega no empieza hoy. Fue Menem, otro presidente peronista, quien continuó la tarea de la Dictadura Militar, dando un fuerte impulso a la colonización del país. El 2001 y nuestra lucha pusieron un freno momentáneo, que se expresó en la pelea contra el ALCA y el default de la deuda, que posibilitó una serie de concesiones al pueblo.
En el 2005, Néstor Kirchner retomó el pago de la deuda al FMI, volviendo al círculo infernal de expoliación y actuando al revés que Perón. A la vez, mantuvo en manos privadas multinacionales las empresas que habían sido privatizadas, así como la Constitución de 1994, sancionada por Menem en acuerdo con Alfonsín, que significó un avance muy grande en la entrega de nuestros recursos. Lo que ya había sido entregado no fue recuperado (con muy pocas excepciones, tales como parte de los Ferrocarriles, o la mitad de YPF). Es decir, la mayor parte de lo que había sido entregado se mantuvo igual.
Durante los gobiernos de Néstor y Cristina, no solo se siguió pagando la deuda, sometiendo nuestra soberanía a los tribunales internacionales, sino que se sancionaron leyes ordenadas por EEUU (como la Ley Antiterrorista, que hoy Milei intenta aplicar contra los que enfrentan su plan).
En el 2010, con las fiestas del Bicentenario, el gobierno de Cristina nos dijo que “habíamos conseguido la Segunda Independencia”, y nos habíamos liberado del yugo colonial. Lamentablemente no era así. Argentina no es un país independiente. Esa es una tarea que está pendiente.
Esta realidad permitió que Macri (sin necesidad de grandes cambios) volviera a aceptar los monitoreos del FMI, y aumentara el endeudamiento.
Fue nuevamente un gobierno peronista (el de Alberto y Cristina) quien renegoció y regularizó la relación con el FMI, manteniendo el sometimiento. Y terminó poniendo a Sergio Massa -un agente de la embajada yanqui- al mando de la economía.
En síntesis, no somos independientes. La Patria está bastante vendida. No se trata solo de impedir que Milei la siga entregando, sino de recuperar nuestra soberanía para lo cual es necesario dejar de pagar la deuda externa, expropiar y recuperar todos los recursos naturales, expulsar a las empresas multinacionales y poner toda la riqueza al servicio del pueblo. Además, por supuesto, de no abandonar la pelea por la recuperación de nuestras Malvinas y demás islas del Atlántico Sur.
Macri tuvo el apoyo del peronismo
Nos dicen fue Macri el que volvió a endeudarnos con el Fondo. La deuda con el FMI fue cancelada, pero no así el conjunto de la deuda. Pero es cierto que Macri contrajo el último préstamo de 44.000 millones de dólares en el 2018.
Macri duró hasta el fin de su mandato gracias a la CGT y el peronismo.
En diciembre del 2017, las jornadas frente al Congreso contra la Ley Previsional colocaron a Macri al borde de la caída. Él mismo reconoció que su gobierno había sido “quebrado”.
En lugar de continuar la lucha hasta echarlo, la CGT y el peronismo pusieron el freno, bajo la consigna “Hay 2019”, y que se debían respetar los “tiempos electorales”. Es decir, no hubiera existido este nuevo endeudamiento si la CGT y el peronismo hubieran actuado de otro modo.
No se enfrenta en serio a Milei
Hicimos enormes movilizaciones y dos paros generales, pese a la desconfianza en los líderes de la CGT. La clase obrera mostró su disposición a enfrentar a Milei y su plan.
Lamentablemente, una gran parte del peronismo colaboró con la votación de la Ley Bases, y muchos gobernadores han suscripto el Pacto de Mayo, un pacto antiobrero y de entrega.
El 12 de junio, cuando se votaba en Senadores (es decir, en el último round), la CGT y demás centrales no hicieron un paro. La mayoría de los gremios no movilizaron, y los que sí lo hicieron no llegaron a la Plaza Congreso (como los Camioneros) o se retiraron antes de la votación, liberando la cancha para la represión. Los intendentes y demás figuras peronistas no movilizaron.
Es un hecho que la dirigencia sindical negoció, y luego de la sanción de la Ley Bases se ha vuelto a entrevistar con el gobierno.
Por acción u omisión, todo el peronismo colaboró con el proyecto de Milei.
Sus principales figuras actuales (como Guillermo Moreno o Grabois, además de Cristina) repiten que hay que respetar los tiempos de la democracia, y dejar a Milei gobernar hasta el fin de su mandato. Que hay que preparar el recambio para después. ¿Y mientras tanto?¿Lo dejamos que venda lo que queda de nuestro país? ¿Es eso lo que hay que hacer?
El hambre, los despidos, las suspensiones, la inflación, no pueden esperar.
Para recuperar la Patria hay que pelear en serio
No vamos a parar la entrega con medias tintas ni esperando las elecciones. La independencia fue lograda hace dos siglos mediante un enfrentamiento continental armado contra el opresor español. No habrá Segunda y Definitiva Independencia sin una lucha igual o mayor.
Tenemos que enfrentar al imperio y a sus agentes y alcahuetes locales, como hicieron San Martín, Belgrano, Moreno y demás próceres.
Esa es la batalla que tenemos planteada, y solo puede ser lograda a través de una nueva Revolución, que enfrente a los opresores hasta las últimas consecuencias.
Para eso, necesitamos prepararnos, y organizarnos, con nuevos dirigentes políticos y sindicales. Comprometemos nuestro mayor esfuerzo y la actitud más unitaria con aquellas y aquellos que se dispongan, en serio, a que rompamos con la dependencia y logremos la libertad.
En principio, llamamos a los y las honestas simpatizantes peronistas a organizarnos juntos, reclamar a la CGT y al peronismo que rompan la tregua con Milei, y salgamos a luchar para derrotar su proyecto. Y algo más: no podemos quedarnos esperando que se decidan. Desde ya mismo tenemos que preparar desde abajo la lucha para lograrlo.