Perdimos una nueva final, si otra vez ante Chile, otra vez en penales, la suerte de la selección no cambia. La tercera en dos años, pareciera que en lo deportivo el tan ansiado campeonato se nos niega año tras año, y encima de eso, Messi, el mejor jugador del mundo anuncia después del partido que deja la selección. Se canso de las críticas injustificadas y del constante manoseo de parte de algunos que poco entienden de futbol.
La repercusión que tuvo a nivel mundial generó que millones en nuestro país y en el mundo se manifieste en apoyo al crack del Barcelona y que le pida su continuidad en el seleccionado, y como si todo eso no fuera poco, a la par de lo que pasa en la cancha e íntegramente ligado, la crisis en la AFA siga sumando capítulos nuevos a una novela cada día mas bizarra y grotesca que nos tiene hartos a los millones que amamos este hermoso deporte y nada tenemos que ver con cómo se hacen las cosas allí.
La pelea por la sucesión no resuelta en la entidad madre del fútbol argentino, que se abrió a partir de la muerte de Grondona hace ya dos años, pareciera no tener final. Muchos nos preguntamos, ¿qué hay detrás de todo este circo mediático para que los dirigentes de los clubes no puedan ponerse de acuerdo? Y la respuesta llega fácil, como en todos los ámbitos en este sistema capitalista podrido y cada vez más destructivo, el negocio es lo que ordena absolutamente todo. No es ningún secreto la crisis que atraviesa nuestro futbol en el último tiempo y no nos referimos a la cuestión deportiva, sino, a todo lo demás. Clubes con deudas millonarias, acusaciones de corrupción en el manejo de los fondos del Fútbol para Todos, jugadores de equipos con 5 meses sin cobrar, cheques sin fondo y una larga lista de etcéteras que cada vez es mayor.
Para resumir la cuestión, el propio técnico Martino renunció a la selección. Hacia varios meses que no cobraba su salario y cuando debía empezar a entrenar al seleccionado Sub23 de cara a los Juegos Olímpicos tuvo que retrasarse una semana más debido a que los clubes no prestan a los jugadores. Y además, la propia AFA informó que si los entrenamientos comenzaran ahora mismo, no podría garantizar el almuerzo de los jugadores. Ante todo esto nos preguntamos nuevamente, ¿cómo se llegó a esta situación? ¿cómo se sale? Lo que vemos es que todos los negocios que se realizan a través de nuestro futbol, la venta de jugadores, los contratos de televisación, tienen un profundo origen destructivo hacia el deporte, pensando a nuestros clubes como empresas con el único fin de facturar, y no como entidades sin fines de lucro, como originalmente surgieron.
La salida a estos problemas que nos quieren proponer la mayoría de los presidentes y dirigentes es una Superliga, “made in Europa”, que vendría a revolucionar y profesionalizar el manejo del fútbol, pero en realidad lo que va a hacer realmente es privatizar aún mas nuestro deporte, reventando a los clubes más pequeños y generando más ganancias a los empresarios que tienen inferencia en los equipos más poderosos. Y más allá de algunos roces o supuestas diferencias entre el sector de Moyano por un lado, y el de Tinelli por el otro, de fondo ambos buscan sostener este negocio multimillonario a costas de una privatización aún mayor, y lo que se disputan, por decirlo de alguna forma, es quien lo lleva adelante.
Para nosotros la salida para volver a tener un deporte que gire totalmente alrededor de lo que pasa en la cancha, es terminar con los negociados de raíz, la profesionalización del deporte bajo el sistema capitalista prostituye al futbol y lo convierte en una fuente más para sus ganancias, destruyendo toda función social con la que fueron fundados los clubes hace más de un siglo. Por eso es necesario rechazar la injerencia de todas las empresas privadas dentro de nuestros clubes, para que las canchas puedan volverse a poblar de trabajadores y sectores populares que buscan un lugar de esparcimiento, de encuentro y de construcción social, y esto solo lo podemos conseguir con un deporte que funcione de forma amateur, lejos de los negociados y el lucro. Eso tiene que ser parte de la lucha por una Argentina gobernada, no por los representantes de los banqueros y las multinacionales, sino por las organizaciones obreras y populares, y desde el PSTU nos ponemos a la cabeza de esta lucha.