Mientras en Argentina la carrera electoral ya es un hecho y atraviesa el conjunto de la escena política del país, el primer mes del 2023 estuvo atravesado en Latinoamérica por procesos trascendentes, aunque de signos contrarios: por un lado, la intentona golpista del bolsonarismo en Brasil (ver pág 15) y, por el otro, la heroica movilización del pueblo peruano, que marca el camino de la combatividad que hoy las luchas de los trabajadores latinoamericanos necesitamos.
La lucha del pueblo trabajador peruano lleva semanas de enfrentamiento a una brutal represión que lleva ya más de 60 muertos, más de 1100 de heridos y centenas de detenidos. El pedido de elecciones recorre el país, como un reflejo de la ilegitimidad de un gobierno que subió prometiendo mejoras para la vida del pueblo trabajador y no garantizo nada de eso, mientras las propias disputas internas, luego de un fallido intento de auto golpe, terminaron con la destitución del presidente Castillo y la asunción de la vicepresidenta.
Pero lo que expresa el heroísmo y la continuidad de la movilización va más allá de estos últimos hechos que las detonaron, como desarrollan nuestros compañeros del Partido Socialista de los Trabajadores de Perú expresan el fracaso del régimen de la democracia para ricos al servicio de las multinacionales y el imperialismo.
Por eso, a pesar de los muertos y la intensificación de la represión no logran frenar la movilización y los caídos se transforman en más razones para seguir peleando.
¿Y a nosotros qué?
Pero eso no va a ser eterno. La solidaridad internacional es fundamental para evitar que la represión derrote a la movilización y cierre el proceso. Y esto es importante no solo por la solidaridad misma, que de por si es fundamental, sino también porque una derrota no solamente afectará a ese pueblo, sino al conjunto de las luchas de los pueblos latinoamericanos.
Muchos compañeros y compañeras quizá piensan que por qué en lugar de preocuparnos por Perú, no nos preocupamos por lo que pasa acá, los sueldos que no alcanzan, las tarifas que aumentan y demás, etc. Sin embargo, esta visión, que todo el tiempo nos imponen los gobiernos y poderosos, es muy equivocada. Por un lado, porque los trabajadores y trabajadoras argentinos, tenemos mucho más en común en cuanto intereses que con los trabajadores y trabajadoras peruanos que con los empresarios/as y gobiernos argentinos.
Por otro lado, porque, aunque se expresen en forma muy distinta, enfrentamos enemigos comunes en todo el continente: un plan de intensificación del saqueo brutal por parte del imperialismo que viene por todo (ver) y el accionar de gobiernos que unos con discursos más “progres” otros con discursos más conservadores, son serviles a esos planes. Entonces una victoria del pueblo peruano nos dejaría en mejores condiciones para enfrentar los planes de saqueo y ajuste al servicio del FMI que hoy tenemos que enfrentar acá, y que se concretan en la pelea por salario, condiciones laborales y demás.
¿Y la Patria Grande?
Los distintos sectores que integran actualmente el Gobierno del FDT y particularmente el kirchnerismo que, aunque intente pararse como opositor es parte fundamental del gobierno actual, muchas veces hablan de la unidad latinoamericana. El reciente encuentro de la CELAC que se realizó en nuestro país a fines de enero sin nada concreto (ver páginas) volvió a poner en discusión el tema de esa unidad. Pero la unidad a la que ellos refieren nada tiene que ver con la unidad entre los trabajadores que es la que necesitamos.
El Gobierno argentino si bien en principio firmó una declaración (junto a México, Chile, Ecuador, Bolivia, Colombia y Honduras) dura con el Gobierno de Boluarte, mantuvo las relaciones diplomáticas. Ni hablar de condenar la represión o llamar a alguna acción para frenarla. Aun los sectores sindicales y de movimientos sociales que apoyan al Gobierno, y que se ubican como un sector más crítico y realizaron la CELAC social (CTA, UTEP, etc), se limitaron a repudiar testimonialmente la represión, también como parte de los alineamientos electorales. Así como fue con Piñera cuando estalló la revolución chilena, la complicidad con la represión gubernamental es lo que prima, más allá de muchos discursos de unidad latinoamericana.
Por una campaña internacional
Desde el PSTU como parte de la LIT-CI hacemos propio el llamado de nuestros compañeros de Perú “Por eso reiteramos nuestro llamado a las organizaciones estudiantiles, obreras y populares de todo el continente y el mundo a pronunciarse en solidaridad con la lucha del pueblo pobre del Perú” y nos ponemos a disposición de realizar acciones de solidaridad unitarias en los lugares donde estamos, como la que realizamos el 1ro de febrero frente a la Embajada de Perú en Argentina. Es necesaria una campaña internacional para frenar la represión del Gobierno de Boluarte y el Congreso, por la libertad de todos los detenidos y detenidas (cuyo número no cesa de crecer).
Desde el PSTU y la LIT-Ci creemos fundamental plantear el derecho del pueblo pobre peruano de defenderse de la represión de forma organizada y la pelea por abajo el gobierno de Boluarte y el Congreso y la convocatoria inmediata a elecciones generales y a una Asamblea Constituyente para recuperar los recursos los recursos naturales y la necesidad de un gobierno de las organizaciones de lucha de la clase trabajadora y el pueblo pobre en Perú.
La unidad latinoamericana de los trabajadores y trabajadoras para enfrentar a los gobiernos y sus planes al servicio del FMI y el imperialismo, hoy es una tarea fundamental. Como revolucionarios internacionalistas nos ponemos al servicio de la misma, en la perspectiva de construir la Segunda y definitiva Independencia y la revolución obrera y socialista que nuestro continente necesita (ver página 6).