La crisis de la economía capitalista argentina está llegando a límites insoportables para el pueblo trabajador. Los Fernández vienen regateando exigencias de los acreedores externos para negociar una parte de la Deuda Externa usuraria, y volver a los mercados financieros internacionales. Es decir, incrementar más la Deuda perpetua y la estafa de sus intereses ante el Déficit Fiscal que se acrecienta, a causa de la pandemia, afectando la producción y las ganancias de las patronales. Arrodillarse ante los buitres no tiene nada de soberano.
En el mundo hay decenas de países que están en “Default” (dejar de pagar) como nuestro país desde mayo, y esperan a la Argentina como un caso testigo de negociación. La pandemia del corona virus aumentó los déficits fiscales en todo el planeta generando millones de desocupados, caída de la producción, pobreza creciente e incertidumbre a millones sobre su futuro, en calidad de vida y hasta supervivencia.
Pero lo más importante para el capitalismo es como evitar que caigan las ganancias de las colosales fortunas acumuladas con la explotación de los trabajadores y las economías semicolonizadas. En plena crisis, los usureros, poseedores de grandes recursos financieros ya colocados en países dependientes, apoyados por los gobiernos imperialistas y la complicidad de los locales, se aprovechan de la necesidad de estos últimos y apuestan al “chantaje” y “coerción”. Exigen compromisos imposibles de cumplir para cobrar los intereses a pesar que estos bajen, y ofrecen más préstamos en un mercado saturado de miles de millones de dólares ociosos.
En este contexto, el Gobierno, por más que lo maquille, accede a negociar una Deuda que es y fue estafa en su origen, sin investigarla y sin saber en qué se utilizaron realmente estos fondos. Aunque todo indica que se destinaron a grandes negocios financieros como el último préstamo del FMI al gobierno de Macri. Así como llegó se fue, fugando divisas para garantizar el pago de intereses a los buitres.
La Argentina no puede ni debe pagar
El Gobierno difunde a través de sus medios burgueses amigos que “no negociará con el hambre de la población”, pero calla que esta Deuda es impagable.
Prorrogada hasta agosto la definición, Fernández podrá ceder a los acreedores un mayor valor de los bonos devaluados, alguna baja del interés o unos meses de gracia. Pero los buitres saben que necesita los fondos del mercado y quieren cobrar intereses.
La negociación actual por U$S 65.000 millones es por la quinta parte de la Deuda total del Estado central. Pero al no haberse declarado oficialmente el “Default” y haber pagado hasta mayo último los intereses siguieron corriendo y la Deuda parcial ya es por U$S 72.000.- millones. Los buitres contentos, ya que se le ofrece pagar desde el 2021 los intereses acumulados.
Un acuerdo de confidencialidad impediría difundir lo que ofrecen ambas partes, pero se sabe que los usureros aprietan en los siguientes puntos: 1. En la distribución temporal de los pagos (a la brevedad, devengando intereses si hay plazo de gracia) 2. Considerar las exportaciones y el Producto Bruto Interno (PBI) 3.El marco legal de nuevos títulos (En Estados Unidos) 4. Más cláusulas antidefault (si hay atraso cae el acuerdo y se exige todo 5. Los intereses serán corridos (desde que los bonos vencieron). Algo “leonino” ante la desesperación del Gobierno para obtener más fondos del mercado. El Gobierno también sabe que los buitres quieren ganar, pero éstos pueden esperar, ya que los intereses siguen corriendo y como recaudo tienen los tribunales yanquis de Nueva York.
16 de Julio de 2020.-