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Las paritarias “bicicleta”, en llanta…

Los salarios no alcanzan para nada. En una época nos arreglaban con un “aumento” anual, después tuvieron que agregar algún bono por única vez. Mas adelante aparecieron las cláusulas de revisión que iban “ajustando” el aumento “según la inflación”. Hoy los gremios negocian paritarias a tres meses, con bonos o items “no remunerativos” y varias cláusulas de revisión o ajuste que prometen “alcanzar” la inflación. Aunque nos bicicleteen con los aumentos el resultado está claro: el salario no alcanza. Con una Canasta Básica Total en $191.228 pesos (que no incluye un alquiler por ejemplo) y un salario mínimo en $84.512 pesos es urgente que los trabajadores discutamos cómoganarle a la inflación y recuperar el salario.

Las trampas de la “paritaria”

Las “paritarias” son presentadas como una  negociación entre “pares” donde se sientan empresarios, trabajadores y gobierno y acuerdan un aumento. Todo esto es mentira.

  • No es cierto que los trabajadores participamos: en la mesa paritaria se sientan los dirigentes de los gremios que hace años no trabajan, que no consultan a su base y que negocian sus propios intereses (como por ejemplo los porcentajes de plata que van a los gremios en cada acuerdo).
  • No es cierto que hay una “negociación”. Lo que hay es un pacto por arriba siempre perdemos los trabajadores. No ceden ellos, cedemos nosotros.
  • No es cierto que la paritaria consigue “aumentos”. }Para que fuera así el salario debería servir para comprar más cosas que antes del acuerdo. Como siempre corremos por detrás de la inflación, los acuerdos paritarios no impiden perdamos, mucho menos ganar un “aumento”.

Los números no mienten, los dirigentes sí

El año pasado Comercio, bancarios, la UOM, petroleros y hasta el Neumático entre otros, salieron a festejar acuerdos que “empataron” o le “ganaron” a la inflación. ¿pero, cuál es la trampa? Los dirigentes muestran números finales: con una inflación del 100% y un aumento del 100% “habría” un empate. No es así. El 100% de inflación es acumulativo: un kilo de pan cuando aumenta lo hace sobre el precio que está en el momento. Los acuerdos paritarios en cambio son NO acumulativos. Se fijan en base al salario al momento de abrir la paritaria y se cobra en cuotas. Cada cuota es sobre aquel salario inicial. Así, cuando cobramos una cuota en el mes 10 de la paritaria, estamos cobrando con 10 meses de atraso. Ahí está la trampa, en las cuotas no acumulativas.

Algunos sectores incluido el kirchnerismo y parte de la propia CGT vienen impulsando haya aumentos de salario por suma fija. Eso, lamentablemente, podría ubicar esa suma dentro de los montos que se devalúan y encima depender de que acuerden una suma para volver a “recuperar” algo de lo que perdimos.

Podemos ganarle a la inflación

La única forma de no seguir perdiendo es que los salarios aumenten de forma acumulativa, automáticamente acorde al aumento de las cosas. Una escala móvil de salarios que acompañe la inflación cada quince dias o un mes. Además debe ser sobre la base de un aumento general de salarios para recuperar lo perdido. Para combatir la desocupación que arroja a la miseria de los planes sociales a millones de personas también hay solución. En vez de que los patrones nos tiren migajas a cambio de horas extra (que perdemos de tener con nuestras familias y amigos), hay que repartir las horas de trabajo entre ocupados y desocupados contratando más trabajadores. Una escala móvil de horas de trabajo nos permitiría trabajar menos horas por la misma plata e incorporar a millones de personas al trabajo. Si las empresas se niegan porque “no pueden pagarlo”, que abran sus libros contables para demostrarlo.

Todas éstas medidas sólo son posibles si los trabajadores las tomamos en nuestras manos y nos organizamos para conseguirlas. No nos van a regalar nada. Hay que exigir a los delegados que hagan asambleas para discutir y votar medidas para defender nuestros salarios. Tenemos que organizar grupos de compañeros de fábrica para unir a los sectores y a todos los que trabajan en un mismo lugar independientemente del gremio al que estén afiliados. Si los delegados y dirigentes se niegan habrá que pasarlos por arriba, organizando la bronca desde abajo.