Nosotras sabemos que no podemos esperar al socialismo para construir una sociedad sin machismo, por eso trabajamos diariamente dentro de los sindicatos, los centros de estudiantes, y todas las organizaciones de las que formamos parte como revolucionarias. Sin embargo, no confiamos en las leyes burguesas. Porque no alcanzan, no solucionan el problema de fondo, son parches que logramos arrancarle al gobierno con la movilización y la lucha.
Por eso proponemos seguir organizándonos en los lugares de trabajo y estudio, desenmascarar las falsas promesas de Macri y Túñez, denunciar la insensibilidad de las conducciones gremiales y estudiantiles y exigirles – sobre todo a la CTA Yasky, que desarrolla una campaña contra la violencia hacia la mujer- que tomen la batalla contra el ajuste macrista, por trabajo genuino y salario digno para las víctimas de violencia familiar y para todas las trabajadoras, por una real protección a la maternidad, por aumento sustancial del presupuesto destinado a combatir la violencia, por la licencia por violencia de género, por conseguir la libertad para Belén y el derecho al aborto legal, seguro y gratuito.
Confiamos en nuestras compañeras y compañeros y juntos dar la pelea. Porque sabemos que lo que nos hermana es la condición de clase.
La organización, la lucha en las calles, y la permanente movilización debe servirnos para terminar de una vez por todas con el sistema capitalista y llevar adelante un gobierno socialista de los trabajadores, única forma de encontrar la solución de fondo a la opresión y a la explotación.