Luego de promesas de unidad, habrá 4 candidatos peronistas. Randazzo e Ischii dentro del PJ, Cristina por fuera apoyada en distintos sellos electorales. Y Massa que se sigue diciendo peronista, sin contar a los que hacen parte de Cambiemos.
Hubo un tiempo en que los peronistas tenían un dicho: “para un peronista no
hay nada mejor que otro peronista”. Eso cambió. Pero lamentablemente millones de trabajadores siguen confiando en que, de alguno de ellos, saldrán las soluciones a nuestros problemas.
Massa viene participando de la mano de la embajada yanqui hace varios años,
intentando conformar una fuerza que pueda, desde el peronismo, presentarse como absolutamente confiable para las multinacionales y el poder económico. No es necesario abundar.
Cristina, que también gobernó para los mismos intereses, sin cambiar para nada las bases de dominación imperialista del país, se presenta también.
Y por dentro del peronismo, Randazzo trata de dar inicio a la construcción de un nuevo “peronismo” post kirchnerista, preparándose para un futuro fracaso del macrismo.
Todos tienen en común que, más allá de los discursos, defienden la gobernabilidad para que Macri llegue hasta el 2019 y haga todo el trabajo
sucio de ajustar a fondo a los trabajadores y entregar el patrimonio nacional. Y ninguno de ellos defiende atacar las superganancias de las multinacionales
y los grandes grupos económicos. A partir de eso, todos critican al macrismo y se critican entre ellos, postulándose como una salida de gobierno en el 2019, y mintiendo que ellos serían más favorables al pueblo trabajador. Todo falso.
Es necesario profundizar lo que representan Randazzo y Cristina. Sobre el primero volveremos en futuras notas. Pero en relación a Cristina, es preciso
detenerse ahora.
Acaba de hacer su acto electoral el 20 de junio. Allí denunció la entrega, la miseria y la pobreza, la deuda externa comprometida a 100 años, cosas
que todos sabemos. ¿Qué propuso? ¿Cuál es su programa como legisladora, y como futuro gobierno? Poco y nada. Intenta dejar el mensaje de que un gobierno suyo, volvería a traer algunas mejoras que se dieron en el primer período del período kirchnerista. Sin embargo, eso no es posible.
El primer gobierno kirchnerista se benefició de la devaluación brutal de Duhalde, así como del default –cese de pago de la deuda-. Con la mejora de los precios de las exportaciones argentinas, se dio un corto período de “bonanza”,
que le permitió dar algunas mejoras, muy relativas. Sin tocar las ganancias de las grandes empresas monopólicas ni el gran capital –tanto financiero, como agropecuario e industrial-, y sin cambiar la precarización laboral ni los bajos
salarios, es cierto que hubo más empleo, y se extendieron las jubilaciones a nuevos sectores. Pero esas condiciones terminaron.
La única posibilidad de mejorar, así sea en parte, el nivel de vida y empleo, la salud y la educación, exige medidas de fondo, el no pago de la deuda, la nacionalización de los recursos naturales, y la liquidación de los grandes beneficios empresariales. Pero Cristina nada dijo de eso. Y su programa
electoral es una serie de recetas imposibles.
Compartimos con miles de honestos luchadores la pelea contra Macri. Y respetamos su confianza en Cristina. Pero no la compartimos. Por eso,
les proponemos que reclamen una explicación alrededor de cómo hará un gobierno suyo para resolver los grandes problemas del pueblo trabajador.
Mientras tanto, sigamos luchando juntos.
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