Este oscuro panorama de ajuste y vaciamiento no se limita a la Argentina, ni siquiera al Continente. Nos está tocando vivir la mayor crisis económica mundial de la historia que lleva a que millones de jóvenes y trabajadores alrededor del mundo, salgan a enfrentar los gobiernos que día a día golpean la ya baja calidad de vida de la población, para sostener las millonarias riquezas de un puñado de empresarios y banqueros.
Además de ser los jóvenes, en especial las mujeres, quienes peor sufren las consecuencias del ajuste con salarios de miseria, trabajos precarios y represión policial, también ven truncado su futuro cuando van a escuelas y universidades que se encuentran en condiciones cada vez peores. En los últimos veinte años la privatización y la precarización de la educación pública pegaron un salto aterrador, por eso en todo el mundo encontramos escuelas que se caen a pedazos o directamente cierran porque los gobierno no destinan fondos, facultades que se privatizan o se concesionan a empresas, docentes que no cobran y un largo etcétera.
Esto hace que sea la juventud la que hoy está protagonizando valientes luchas contra el vaciamiento a la educación pública y el ajuste brutal que se quiere hacer pasar a la mayoría de los trabajadores y los jóvenes como en Argentina.
Es así que en Paraguay los estudiantes, que ya habían logrado desmantelar el sistema de corrupción que impera en las universidades nacionales con un masivo paro educativo el año pasado, obligaron a renunciar a la Ministra de Educación, Marta Lafuente, a principios de mayo ante protestas y más de 130 tomas de colegio de miles de estudiantes secundarios que reclamaban mayor presupuesto para educación y el boleto educativo gratuito para transportarse. Por su parte en Brasil, los jóvenes junto a los trabajadores se levantaron masivamente contra el ajuste brutal de Dilma ya desde 2013, tirando abajo el tarifazo al transporte y el año pasado frenando el cierre de casi cien escuelas en San Pablo con tomas en cientos de secundarios. Esto continúa hasta hoy, donde hay escuelas tomadas en Río De Janeiro, y varias facultades en San Pablo, en protesta contra los recortes presupuestarios. Además, vemos como en Chile la lucha de decenas de miles de estudiantes por una educación pública y gratuita que sostienen desde 2010 no se apaga, cuando la semana pasada los estudiantes dieron el presente en las calles de Santiago una vez más, y acompañaron las movilizaciones de los pescadores en Chiloé. Exigen a Bachellet que cumpla con las promesas de avanzar hacia una educación pública de calidad.
Pese a que con la represión, la criminalización a la protesta, la baja de edad de imputabilidad e incluso con los 43 estudiantes desaparecidos en México quisieron apagar la lucha, hoy siguen siendo los jóvenes quienes impulsan y encabezan la pelea en defensa de sus futuros.
La unidad con los trabajadores
Al igual que en Francia, donde los estudiantes junto a los trabajadores hicieron arder el país movilizándose masivamente en contra de la aplicación de la reforma laboral que destruye muchísimos derechos para la clase trabajadora. La única forma de derrotar los planes de ajuste que los distintos gobiernos, se vistan de progresistas o no, aplican sobre la juventud y los trabajadores, es con la máxima unidad. Es el camino para poder acabar de una vez por todas con este sistema capitalista que sólo trae miseria y hambre para la inmensa mayoría de la población. Hoy, los jóvenes que están saliendo a luchar en el mundo son muchos, pero la lucha por un futuro socialista, sin explotadores ni explotados es cada vez más, una sola.