Desde las 0 horas del jueves 25 de junio, los trabajadores de la empresa Monsa, se encuentran en conflicto con la patronal, por el despido sin causas de un trabajador. Desde el primer momento, la modalidad de la medida de fuerza implementada por los choferes, fue negarse a cobrar el boleto a los usuarios, que viajaron en forma gratuita, para evitar la paralización del servicio. La empresa buscó durante toda la jornada del jueves, llevar el conflicto al paro, buscando excusas para evitar que los coches salieran a prestar el servicio, llegando incluso a denunciar supuestas amenazas de bomba en las tres cabeceras. Con el correr de las horas, los compañeros que iban terminando sus recorridos, se quedaban en las cabeceras, haciendo el aguante a los que debían salir, y preparando la vigilia que se mantendría esa noche. El día viernes, la medida se mantuvo, con el acatamiento de más del %90 de los compañeros. “Si tocan a uno, tocan a todos” fue el grito de guerra que se instalo en todas las cabeceras, mientras una amplia solidaridad se extendía entre los usuarios y otros sectores del movimiento obrero, dándoles el aliento para seguir. Docentes, metalúrgicos, mecánicos y organizaciones sociales y políticas se acercaron para brindar su apoyo. Hasta los compañeros del Sindicato Metroviarios de San Pablo (Brasil) enviaron su solidaridad, hecho que sorprendió gratamente a todos los compañeros. El viernes por la noche, el ministerio de trabajo dictó una supuesta conciliación obligatoria, que no fue firmada ni por el gremio, ni por la empresa, que siguió negándose a reinstalar al compañero despedido. El día sábado, empezó con la noticia de 47 nuevos despedidos en la cabecera Constitución, en un nuevo intento de la patronal por desmoralizar a los compañeros. Y en el correr del día, la empresa comenzó a exigirle a los que debían tomar servicio, que firmaran un compromiso a vender boletos, o no se les permitiría trabajar. Ningún compañero firmó, demostrándole a Dota-Monsa que la voluntad de defender los puestos de trabajo está firme, y que estan más unidos que nunca. El Lock Out de la empresa, fue denunciado en la justicia y los medios, por el cuerpo de delegados. Aunque en las comisarías y fiscalías de Ingeniero Maschwitz y Constitucion, se negaron a recibir la denuncia en una clara muestra de la connivencia entre empresarios explotadores y el estado.
La lucha de los trabajadores de Monsa es un capitulo mas, en la lucha de todo el movimiento obrero contra los planes de ajuste del gobierno y las patronales. Es la lucha de todos. De los docentes de Buenos Aires y de los aceiteros de Rosario. De los petroleros de la Patagonia y de los Mecánicos. Es tarea de todos los luchadores, rodearlos de solidaridad y darle todo nuestro apoyo, porque si ganan los trabajadores de Monsa, ganamos todos.