Los capitalistas quieren cobrarnos su crisis

La historia no es nueva y vuelve a repetirse. Durante años los patrones vinieron obteniendo ganancias fabulosas a costa de nuestro trabajo, beneficiándose con subsidios y créditos a tasas de “ganga” otorgados por los gobiernos. Ahora la crisis capitalista generada por ellos mismos hace que, aunque sigan ganando fortunas, se les reduzca la ganancia. La solución que se les ocurre no es nada original: que la diferencia se la paguemos los trabajadores. Pero estamos hartos de que siempre descarguen su crisis sobre nuestras espaldas, debemos luchar para que esta vez la paguen ellos.

Uno de los sectores más afectados por la crisis es sin dudas la industria automotriz (ver página 10) y por ello uno de los lugares donde han comenzado los ataques a los trabajadores con una ola de despidos y suspensiones. En Córdoba, FCA (Fiat Chrysler Automóviles) además de las suspensiones que viene aplicando desde hace ya meses, tiene “en marcha un plan de retiros voluntarios (similar al que está aplicando GM) con el que pretende reducir su plantel en unas 240 personas, el 10% de la plantilla. Rige desde mayo” en el marco de una caída en la producción de 1500 vehículos menos para el mes en curso.

La situación de FCA no es una excepción. La General Motors (GM) de Rosario anunció ayer a través de un representante de la firma, que se suspenderá la producción durante cuatro días en septiembre: “El objetivo es ajustarse a la demanda actual de Brasil”. GM exporta casi un 80 por ciento de su producción a Brasil. Además la empresa viene ofreciendo retiros voluntarios, que no son otra cosa que despidos encubiertos, buscando así reducir la cantidad de empleados. Ford tendrá 170 suspendidos rotativos hasta fin de año en su planta de Pacheco.
Los datos de la industria automotriz son la punta del iceberg de una situación que está afectando a diversos sectores de la industria como petroleros, neumático, alimentación y no industriales como comercio, entre otros. El problema de fondo es que la perspectiva es a mayor recesión, lo cual significa que las miles de suspensiones van camino a transformarse en nuevos despidos.
Mientras tanto los dirigentes de los sindicatos de cada sector, tanto como los de las CGTs y CTAs brillan por su ausencia o son agentes de las patronales a quienes ayudan a elaborar los planes de suspensiones. Con el verso de “mejor suspender que despedir” no hacen más que sembrar suspensiones hoy que solo se cosecharan como despidos más temprano que tarde. No se puede esperar otra cosa de estos dirigentes vendidos que solo trabajan para cuidar sus prebendas y para apuntalar en las elecciones a los candidatos patronales.

Que la crisis la paguen ellos

Desde el PSTU decimos que los trabajadores no podemos, no queremos ni debemos pagar la crisis de los capitalistas. Durante años ganaron millones y ahora lloran por la crisis, pero siguen ganando. En las páginas centrales de esta edición explicamos las propuestas para que la crisis no la paguemos los trabajadores.
Hay que exigirles a los dirigentes sindicales de las CGT´s y la CTA´s que rompan su pacto con las patronales y se pongan al frente de estos reclamos. Pero sin depositar ninguna confianza en ellos debemos organizarnos desde cada lugar de trabajo para imponer nuevos dirigentes y preparar esta pelea. Que esta vez ellos se paguen su crisis.


El Estado subsidia el barril, la industria y garantiza el saqueo de los recursos

Despidos, ajustes en el petróleo y las mentiras de las empresas multinacionales

Una crisis por la baja del barril ficticia provocada por los grandes carteles del petróleo. Por un lado la OPEP, por otro las multinacionales yanquis y las plataformas del Mar del Norte. En su disputa por quien fija los precios y condiciona a los mercados. No les interesan que sus peleas por ganar millones de dólares más, hayan dejado sin trabajo a 120 mil trabajadores y sus familias en lo que va de este año.

Pero esta pelea también involucra al país, un país dependiente del petróleo y gas porque el saqueo de los últimos 20 años ha dejado profundas huellas difíciles de recuperar, este gobierno que se jacta de la recuperación del 51% de las acciones de YPF, solo ha hecho acto tras acto en confirmar la política entreguista de yacimientos y de garantía económica y jurídica a empresas extranjeras. Es descarado que una empresa inglesa como la BP controle a su gusto el más grande yacimiento convencional del país en Cerro Dragón, Chubut y que otra empresa, la yanqui Chevron, controle el más grande yacimiento no convencional en Vaca Muerta Neuquén.

Pero estas empresas extranjeras están en pelea por el precio del barril en sus países por ello trasladan su disputa a la Argentina amenazando con despidos y ajustando en condiciones de trabajo, seguridad y hasta no otorgar los salarios justos. Pero este gobierno no solo les permite que saquen nuestro petróleo del país sin control y solo exigiendo una “declaración jurada” sino que además los premia con 3 dólares por barril exportado y otros 3 dólares por barril producido. Además, por si fuese poco, subvenciona el barril interno comprándolo desde los 60 dólares el barril de Escalante (pae, ypf, tecpetrol, capsa, sinopec, sipetrol) y 77 dólares el barril de Medanito (Neuquén)
Simplificando las cosas el riesgo empresarial es igual a 0 y con beneficios que pagamos todos los trabajadores argentinos con los altos precios de las naftas, con el IVA y el Impuesto a las Ganancias, y todo esto para beneficiar a las empresas extranjeras con el visto bueno del gobierno kirchnerista y los gobernadores.

Como no se sabe las tendencias del barril para el próximo año, estas empresas no “pueden planificar la inversión” por ello quieren leyes y compromisos de que les sigan subvencionando el barril como la reunión que sucedió en Neuquén hace unos días. Son unos caraduras porque presionan con la extorsión mandando telegramas de despido en sectores como operaciones especiales, a jubilar compañeros sin reponer esos puestos, a desvincular trabajadores ofreciendo retiros y mientras tanto la producción de petróleo ha crecido. Eso significa que se trabaja más con menos gente y ello es la causa de los accidentes fatales en la industria, atada además por su falta de inversión.
Por ello no debemos caer en el juego que nos quieren llevar las empresas y muchos de los sindicatos sean petroleros privados, jerárquicos, del supeh o la Federación. Debemos reclamar lo que es justo porque no hay una sola pérdida económica en las operadoras, que no solo reduce el personal sino que reduce tarifas a sus tercerizadas que trasladan ese costo a los trabajadores.

Sin embargo nos hacemos una sola reflexión: si el Estado está subvencionando a empresas extranjeras y al barril de petróleo porque no estatiza toda la industria petrolera y deja de darle dinero a empresarios yanquis, franceses o ingleses.
No hay duda que este gobierno está a favor de las multinacionales por eso los trabajadores debemos buscar nuestra propia opción luchando y organizándonos para que no seamos carne de cañón para intereses patronales, está en nuestras manos crear nuestra herramienta de lucha comenzando por denunciar y enfrentar los despidos, el ajuste y la entrega de nuestros recursos naturales.